El oratorio es el género por excelencia de monseñor Perosi. Lo demuestra desde su juventud, ya que su Masacre de los inocentes data de 1900, o sea cuando su autor no había llegado a los treinta años.
La estructura de esta pieza es, de comienzo, un hallazgo, porque reúne a un narrador que hace como de cronista histórico, con algunos personajes individuales como el insoslayable Herodes, voces proféticas, ángeles sueltos y en conjunto, y un coro que asiste y participa, a la vez, de la historia, congruentemente cantada en latín.
En el aspecto musical, brilla lo que podemos denominar constelación Perosi, en la cual se armonizan diversas herencias, desde el canto gregoriano y la polifonía clásica renacentista hasta el sinfonismo romántico tardío del siglo XIX, pasando por toda la experiencia oratorial del barroco que desagua en la música litúrgica de gran aparato del Ochocientos.
La habilidad de Perosi para conciliar tan dispares proveniencias es proverbial y hace a su magisterio en el mundo de la moderna producción eclesial. La obra tiene, además, un beneficio teológico, una respuesta doctrinal a la angustiosa pregunta de por qué Dios permite que el mal se cebe en el inocente. Justamente, porque es inocente y el castigo no corresponde a ninguna culpa, sino que es un acto sacrificial que permite santificar al puro y elevarlo a los altares por los siglos de los siglos, es decir: al menos mientras haya siglos.
Disco recomendado: Lorenzo Perosi: La strage degli innocenti (oratorio) / Di Domenico, Camastra, Bini. Coro Fons Amoris. Orquesta Sinfonica di Novara. Dir.: A.Sachetti / BONGIOVANNI / Ref.: GB 2332-2 (1 CD) D2
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