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«Gunga Din y otros relatos», de Rudyard Kipling

Los casacas rojas encarnan mejor que nadie el imperialismo victoriano que Kipling convirtió en un feliz estereotipo. Lo cierto es que pocos escritores supieron transformar el dominio colonial inglés en literatura de primer nivel, y en todo caso, ninguno llegó a la altura del autor de El libro de la selva, decidido a revelarnos todas las facetas de una empresa en la que los militares británicos fueron los protagonistas.

El volumen que presentamos, Gunga Din y otros relatos, debe al celuloide una parte de su atractivo. Los admiradores del cine clásico recordarán, sin duda, esa obra maestra que es Gunga Din (1939), una alegre producción de la RKO, dirigida por George Stevens y protagonizada por Cary GrantVictor McLaglen y Douglas Fairbanks, Jr.

Inspirada a partes iguales en el poema homónimo de 1892 y en la colección de cuentos Tres soldados, la película despertó la curiosidad de más de un lector, que quiso descubrir los antecedentes literarios de aquella divertida peripecia en blanco y negro.

Por eso mismo, en su época, a nadie le extrañó que varios de los relatos de Tres soldados y algún que otro apócrifo fueran reeditados aprovechando el éxito cinematográfico de Gunga Din.

Es lo que sucedió con un libro que el 16 de agosto de 1956 publicó la Colección Popular Literaria, y que lucía en su portada una lámina de Jano, obviamente inspirada en la película de Stevens. Aquel pequeño libro, Gunga Din (Eran tres soldados), impreso al estilo de las novelizaciones de películas que triunfaban por aquellos días, es un tímido antecedente de esta espléndida antología en la que Espuela de Plata reúne algunos de los mejores cuentos de la misma saga.

Se trata de historias coloreadas por la nostalgia, a medio camino entre la épica y el costumbrismo, protagonizadas en su mayor parte por ese trío de militares británicos que ‒atención, cinéfilos‒ tuvo una segunda oportunidad de lucirse en el largometraje Tres soldados (Soldiers Three, 1951), de Tay Garnett, con Stewart GrangerWalter Pidgeon y David Niven en los principales papeles.

¿Y quiénes son esos tres expedicionarios? Aparte de hermanos de armas, Terence Mulvaney, Stanley Ortheris y John Learoyd son grandes amigos: Learoyd es el típico hombre de Yorkshire, leal, respetuoso y simpático; Mulvaney es un irlandés bebedor y parlanchín, con dotes de liderazgo; y Ortheris, un formidable tirador que en los relatos originales se expresa en cockney, y encarna al tipo callejero y desenvuelto, con aficiones tan peculiares como la taxidermia.

En todo caso, para evitar equívocos, digamos que en la versión novelesca de Gunga Din no son ellos quienes protagonizan la historia ‒aquí los aventureros son los sargentos Mac Chesney, Ballantyne y Cutter‒, sino quienes la introducen convenientemente. (Archibald Cutter, digámoslo de paso, es una de las figuras que en mayor medida inspiró a los creadores de Indiana Jones a la hora de diseñar la personalidad del arqueólogo y aventurero.)

Aunque el temperamento del trío protagonista queda establecido en ese magnífico relato que es «Los tres mosqueteros» (1888), el lector no tardará en saber mucho más sobre ellos, confiando siempre en la maestría narrativa de su creador.

Algunas de las piezas reunidas en este libro proceden de Soldiers Three (A.H. Wheeler & Co.’s Indian Railway Library, 1888), ampliado un año después en Soldiers Three and Other Stories (1899). Esta última era la segunda serie de relatos que Kipling dio a conocer tras la buena acogida de sus Cuentos de las colinas, y como pueden imaginarse, vino a demostrar que el suyo era un talento inagotable.

Sinopsis

Se reúne aquí una decena de los mejores cuentos de Rudyard Kipling (Bombay, 1865-Londres, 1936) que forman parte de Soldiers Three, volumen publicado en fecha tan temprana como 1888, cuando aún vivía en la India, y Gunga Din, una novela corta aparecida en 1890, en las páginas de la Civil and Military Gazette de Lahore. Esta última obra ha sido pocas veces reimpresa aunque trata el mismo asunto y tiene el mismo nombre que uno de los más famosos poemas de Kipling, «Gunga Din» (1892). En él, un soldado británico cuenta la historia de un auxiliar del ejército, un humildísimo aguador del que todos se burlan, que en una situación comprometida es capaz de dar la vida por salvar la suya.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.