La invasión napoleónica de Italia produjo fuertes alteraciones en su mapa político. Una de ellas consistió en fundar el efímero reino de Etruria, el supuestamente antiguo país de los etruscos, en el centro de la península.
Fue fugaz monarca en él Luis I de Borbón, muerto joven en 1803. Con tal ocasión, los Caballeros de San Esteban, cuyo Gran Maestre era el fallecido, encargaron a Filippo Maria Gherardeschi un réquiem y unos responsorios, que se tocaron en la iglesia de la Orden, en Pisa, y desaparecieron durante un par de siglos, dispersos en distintos armarios y archivos, voces por un lado, instrumentos por el otro.
En 2003, Stefano Barandoni consiguió exhumar estas obras y dirigir su reestreno en la citada iglesia. Barandoni, aparte de director musical, es un atento historiador de la música pisana y ha seguido la trayectoria de Gherardeschi, un maestro de capilla que surgió de las infalibles manos boloñesas y magistrales del padre Martini.
Valió la pena tal detectivesca deriva porque Gherardeschi es un sólido y elegante redactor de música sacra dieciochesca, que sigue de cerca a otro alumno del padre Martini, un tal Mozart de Salzburgo.
Las texturas claras, la habilidad para distribuir instrumentos (cada número con cuerdas y un aerófono), el buen hacer melódico y la ciencia polifónica que evidencia la fuga del Amen final se unen en Gherardeschi a un conocimiento de las posibilidades de la voz humana. El Recordare de la contralto (aquí se trata de un contralto) y el Preces meae del tenor son auténticas arias de concierto con estrambote, saltos y fiorituras. El hecho de la interpretación en vivo y en el mismo lugar de la primera audición, con las anécdotas ya detalladas, es un valor añadido a los trabajos dirigidos por el maestro Barandoni.
Disco recomendado: Filippo Maria Gherardeschi (1738-1808): Requiem / M. Billieri, soprano. A. Carmignani, contralto. L. Melani, tenor, A. Manghesi, bajo. Coro Polifonico & Orquesta San Nicola. Dir.: Stefano Barandoni / BONGIOVANNI / Ref.: GB 2350-2 (1 CD) D2
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