A la hora de escribir o hablar sobre el nazismo, hay demasiadas cosas que se dan por sabidas. Es cierto que, por superficial que sea el conocimiento que uno tenga, el espectáculo siempre es abyecto. Aún nos horroriza la exaltación social que fomentó Hitler. Sobre todo, por sus consecuencias: una guerra atroz y la matanza sistemática de todo un pueblo.
Con solo pronunciar el nombre de ese movimiento político ‒nacionalsocialismo‒, rememoramos la tiranía y la barbarie que resurgieron en el siglo XX. De hecho, Alemania no fue la única que desató sus demonios: ahí tienen la Rusia de Stalin y la China de Mao.
Decía al principio que nos equivocamos al creer que está todo dicho sobre el Tercer Reich. No es cierto. Basta con ahondar en la materia para advertir los matices de ese periodo que discurre entre 1933 y 1945, bajo el control férreo del NSDAP de Adolf Hitler, y cuyo culto a la guerra y al exterminio se justificaron con una ideología que fusionaba el fascismo, el antisemitismo y el pangermanismo.
Cualquier aficionado al cine bélico o a la historia militar sabe que, gracias a esa maldad reconcentrada, los nazis son unos personajes fascinantes. Nadie en su sano juicio puede justificar sus acciones, pero nunca decae el interés sobre Hitler y sus seguidores.
Lo sabe bien Jesús Hernández, cuya tarea como divulgador histórico de la Segunda Guerra Mundial es tan larga como fructífera. En este nuevo libro, salen de nuevo a relucir sus cualidades: rigor en el manejo de los datos, pasión por la materia, prosa ágil y una amenidad constante.
En Eso no estaba en mi libro del Tercer Reich, Hernández aborda una serie de episodios que oscila entre lo sorprendente y lo estremecedor. A un retrato muy personal sobre la figura del propio Hitler le siguen curiosidades como los cruceros a Madeira que organizaba una organización laboral nazi, la Fuerza a través de la alegría (Kraft durch Freude, KdF), las expediciones científicas ‒o seudocientíficas‒ del Reich, los adelantos técnicos, la construcción de la ambiciosa red viaria y el proyecto de arquitectura megalómana que promovió el régimen, o la historia del dirigible Hindenburg.
La segunda parte del libro plantea un repertorio más inquietante. Así, el autor nos invita a conocer a la colonia nazi en Brasil, y luego revela episodios como la persecución de astrólogos y videntes en la Alemania de Hitler, el drama de los prisioneros homosexuales en los campos nazis, o la abyección de tres comandantes de esas fábricas de la muerte.
Lo dicho: esos y otros ejemplos de crueldad nos llevan a respirar hondo al completar la lectura. Como podrán comprobar, estas páginas exponen sin rodeos lo que fue aquella pesadilla, sugestiva pero bestial.
Sin duda, Eso no estaba en mi libro del Tercer Reich es un libro excelente, cuya lectura resume la monstruosidad que prosperó en el corazón de Alemania.
Sinopsis
La Alemania nazi despierta una merecida repulsa por los aborrecibles crímenes que se cometieron bajo aquel régimen abyecto. Pero no es menos cierto que el Tercer Reich suscita también una inconfesada fascinación, que provoca que todo lo que le rodea atraiga un vívido e inextinguible interés.
El que se acerque a estas páginas podrá conocer esa perturbadora dualidad a través de una experiencia inmersiva, mediante la cual experimentará lo que sintieron los alemanes que vivieron aquellos turbulentos años. En la primera parte de la obra, el lector se embarcará en uno de los cruceros a Madeira con los que el régimen premiaba a los trabajadores germanos, viajará por las autopistas que despertaron admiración en todo el mundo o disfrutará de un inolvidable viaje a Río de Janeiro en el dirigible Hindenburg. También podrá, haciendo un ejercicio de imaginación, visitar la Alemania actual para admirar las megaconstrucciones que Hitler hubiera levantado de haber ganado la guerra. Igualmente, se asombrará al conocer los viajes de los exploradores nazis al Himalaya, el Amazonas y la Antártida, o los prodigiosos adelantos técnicos logrados por aquel régimen, que sólo serían superados varias décadas más tarde.
Tras ese espectacular panorama de los brillantes logros alcanzados por la Alemania nazi, el lector deberá enfrentarse en la segunda parte de la obra al terrible contrapunto. Comenzando por las pesadillas que aquel régimen totalitario provocó en muchos alemanes y siguiendo por los episodios menos conocidos del terror y la crueldad que desplegó, esas duras páginas mostrarán hasta qué cotas de iniquidad puede descender el ser humano.
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