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El “tema de la traición” de «Cavalleria Rusticana»

Sin duda alguna, la obra más conocida de Pietro Mascagni (1863-1945) fue una de sus primeras óperas, Cavalleria Rusticana, estrenada con gran éxito en Roma el 17 de mayo de 1890, que forjó buena parte de su fama antes de su triste decadencia como compositor oficial del régimen de Mussolini, viajando ese mismo año a todas las plazas fuertes de Italia –Florencia, Turín, Bolonia, Palermo, Milán, Génova, Nápoles, Venecia y Trieste–, y también a Budapest, introducida en el repertorio por el mismo Mahler. Sobre un libreto de Menasci y Tozzeti, que adaptaron con acierto la obra de Giovanni Verga, Mascagni consiguió una de las óperas veristas más logradas con la influencia del leitmotiv de Wagner, a quien había dedicado una Elegía para orquesta en el año de la muerte del compositor de Bayreuth (1883).

Con un sistema de representación simbólica recurrente similar al wagneriano, pero à l’italienne, es decir, de forma eminentemente melódica, Mascagni hiló una serie de temas identificados con lo narrado, entre los que destaca el llamado “tema de la traición”, una línea melódica descendente con un instrumento de registro medio-grave –violoncello, fagot–, acompañada por un diseño sincopado que transmite la turbación de los protagonistas mientras cuentan o ejecutan una traición en escena.

Así ocurre al principio de la obra, tras el primer número coral, cuando Santuzza, burlada y abandonada por Turiddu, acude a la madre de él, la mamma Lucia, para denunciar el amorío de su hijo con Lola, una mujer casada con Alfio, el carretero del pueblo.

Imagen superior: Mascagni, «Cavalleria Rusticana».

Tras la introducción instrumental y una calculada interrupción de la confesión de Santuzza a la mama Lucia por el mismo Alfio, en el aria Il cavallo scalpita [El caballo trota] y, después, con la entrada a la iglesia en la preghiera Inneggiamo, il Signor non è morto [Cantemos, el Señor no ha muerto], la protagonista lleva a cabo una doble traición con el tema doblado por cello y fagot, la de Lola a su esposo Alfio y la del propio Turiddu a ella misma, a quien había prometido casamiento, en el número titulado Voi lo sapete [Usted lo sabe]:

Imagen superior: Mascagni, «Cavalleria Rusticana».

Santuzza: » Quell’invida d’ogni delizia mia, / del suo sposo dimentica, / arse di gelosia, / me l’ha rapito. / Priva dell’onor mio, / dell’onor mio rimango. / Lola e Turiddu s’amano, / io piango, io piango!» (Ella, envidiosa de mi suerte, / se olvidó de su esposo, / y, ardiendo de celos, / me lo ha robado. / Privada de mi honor, / de mi honor, me he quedado, / Lola y Turiddu se aman, / y yo lloro, ¡yo lloro!»).

El “tema de la traición” culmina cuando Santuzza relata a Alfio, el marido de Lola, la perfidia de su esposa, de nuevo, en una doble traición, porque, con su denuncia, la protagonista traiciona también a Turiddu –¡atención, spoiler!–, propiciando su muerte a manos de Alfio al final de la trama.

Este momento, de gran expresividad, contiene el doblaje de violoncello y fagot en la melodía, sobre un acompañamiento tremolado en la cuerda –sull ponticello, de sonoridad más metálica– símbolo de la máxima tensión que se avecina en el enfrentamiento entre ambos contrincantes, marcado en la partitura como un poco agitato:

Alfio: «Che avete detto?» («¿Qué estás diciendo?»)

Santuzza: «Che mentre correte / all’acqua e al vento / a guadagnarvi il pane, / Lola v’adorna il tetto / in malo in malo modo!» («Que mientras vos vais / bajo la lluvia y el viento / para ganaros el pan, / ¡Lola os adorna el techo / de mala manera!».

Imagen superior: Mascagni, «Cavalleria Rusticana».

Ocurridas ya todas las traiciones (o su relato) en escena, sólo queda esperar al fatal desenlace, de nuevo interrumpido, en un deliberado mantenimiento de la tensión, por el maravilloso intermezzo, el fragmento más conocido de Cavalleria Rusticana.

Imágenes y vídeos: Roberto Alagna, Béatrice Uria-Monzon, Anne-Catherine Gillet, Stefania Toczyska y Seng-Hyoun Ko en «Cavalleria Rusticana» (2009), bajo la dirección escénica de Jean-Claude Auvray. En esta versión, Georges Prêtre dirige la Orchestre National de France.

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Marta Vela

Marta Vela es pianista, escritora y docente en la Universidad Internacional de La Rioja. Junto a una actividad muy intensa en diversos ámbitos artísticos –interpretación, dirección musical, gestión cultural, elaboración de contenidos audiovisuales–, sus líneas de investigación versan sobre música y literatura, interpretación y análisis, música vocal post-tridentina y música instrumental de los siglos XVIII, XIX y XX. Sus artículos han sido publicados en diversas revistas especializadas de España, Argentina, Chile, Venezuela, Colombia, México, Costa Rica y Reino Unido, entre las que destaca la "Revista de Occidente". Sus actividades artísticas han aparecido en medios de alcance nacional, Es.Radio, Cadena Cope, TVE 1, Radio Nacional de España, "El País", "El Mundo", "La Razón". En Radio Clásica ha presentado y dirigido espacios como "Temas de música" y "Música con estilo". Dos de sus libros, "Correspondencias entre música y palabra" (Academia del Hispanismo, 2019) y "Las nueve sinfonías de Beethoven" (Fórcola, 2020) le han valido sendas candidaturas, en 2020 y 2021, al Premio Princesa de Girona, en la modalidad de Artes y Letras. Asimismo, es autora de "La jota, aragonesa y cosmopolita" (Pregunta Ediciones, 2022).