Cualia.es

«El poder del Tai Chi» («Man of Tai Chi», Keanu Reeves, 2013)

El debut como realizador del guapo Keanu no ha concitado la atención merecida, probablemente debido precisamente a esa guapura. Sin embargo, su filme se trata de un homenaje real y sentido al arte marcial del título.

En complicidad con el protagonista, Tiger Hu Chen, Reeves logra filmar cada una de las peleas derrochando atención al detalle y a la belleza de los movimientos, reservándose además el papel de villano: todo el amor que le pone a su trabajo de director, lo contrapesa con la apropiada frialdad de su despiadado personaje.

Buen trabajo, Keanu.

Sinopsis

El ambicioso y joven «Tigre», Chen Lin-Hu (Tiger Chen) trabaja de repartidor en la ajetreada ciudad de Pekín, pero cuando acaba la jornada laboral se convierte en una estrella de las artes marciales que ha ascendido por los diferentes niveles en representación del tradicional Tai Chi Ling Kong. El Tai Chi suele asociarse con movimientos tranquilos y comedidos. Tigre ha perfeccionado el antiguo arte y ha empezado a hacerse un nombre en el prestigioso campeonato de artes marciales Wulin Wang.

En Hong Kong, la detective Suen Jing-Si (Karen Mok), que forma parte del OCTB (Unidad contra el crimen organizado), ha llegado a un callejón sin salida persiguiendo a Donaka Mark (Keanu Reeves). Donaka es un poderoso hombre de negocios residente en Hong Kong que organiza peleas clandestinas sin reglas y retransmitidas de forma privada a apostantes ricos. Donaka necesita a una nueva estrella e intenta atraer a Tigre a sus redes con dinero.

Al principio, Tigre no se deja tentar, ya que está totalmente entregado a la pureza e integridad de su objetivo, pero cuando el templo donde practica se ve amenazado de destrucción por una inmobiliaria, decide probar suerte con la esperanza de poder salvar el legado de Tai Chi Ling Kong. Tigre no tarda en convertirse en la sensación de las peleas clandestinas, derrotando a sus oponentes con golpes letales. Pero poco a poco empieza a emerger su lado oscuro. La agresividad de Tigre durante el torneo Wulin Wang llama la atención de muchos y avergüenza a su viejo maestro (Yu Hai).

Aparentemente incapaz de controlarse, Tigre acaba colaborando con la detective Jing-Si para pillar a Donaka organizando combates clandestinos. Pero arriesga su vida en cada pelea. ¿Podrá Tigre cumplir con su objetivo y dominar su lado más oscuro?.

La raíz de la palabra china «taiji» podría traducirse aproximadamente como «polaridad suprema», el punto en que la energía se carga a partes iguales con tranquilidad y movimiento. Para alcanzar este estado de iluminación, los que practican el arte marcial del Tai Chi Chuan suelen esforzarse en realizar movimientos lentos y controlados que requieren una gran dosis de equilibrio, paciencia y serenidad.

Es posible que los adeptos occidentales se sorprendan al enterarse de que el Tai Chi tiene una larga historia dentro de las artes marciales, tal como lo demuestran las numerosas leyendas de luchadores, guerreros y competidores en torneos que usan sus principios y sus movimientos. Aunque muchos lo consideran un arte marcial «blando», principalmente cerebral y defensivo, el Tai Chi tiene una vertiente «dura» que permite golpear con una exactitud y una rapidez letales, deteniendo la agresividad del contrincante mediante un simple movimiento. Sin embargo, los maestros de Tai Chi recomiendan a sus discípulos que no luchen con dureza ya que las lesiones suelen ser mutuas.

La lucha entre lo blando y lo duro, entre la luz y la oscuridad en el alma humana sirve de telón de fondo en el drama de artes marciales El poder del Tai Chi, la primera película como director de Keanu Reeves, un gran admirador de las artes marciales. «Chen Lin-Hu es un chico normal con una destreza increíble y grandes conocimientos», comenta Keanu Reeces sobre el personaje principal de la película. «Es el último discípulo de Ling Kong Tai Chi, vive en Pekín y trabaja como repartidor. En cierto modo, lleva una doble vida. Es tradicional por las artes marciales, y moderno por su trabajo. Su maestro le anima a pensar en quién es y en su poder. Tigre quiere que el mundo vea de qué es capaz, aunque su maestro cree que demostrar su poder en público no sirve de nada. La historia es el recorrido de Tigre a través de la luz y de la oscuridad».

El origen de la historia se remonta a casi 15 años, cuando Keanu Reeves conoció al especialista en artes marciales Tiger Chen como parte del equipo de especialistas de Matrix. Durante el rodaje de la trilogía se hicieron amigos. A medida que Tiger hacía trabajos más importantes como especialista, crecía la admiración de Keanu Reeves por su ética profesional y su imaginación. «Ensayaba los combates de Kung Fu con Tiger y me contaba historias de su maestro de Tai Chi y su método de entrenamiento fuera de lo común», recuerda el director. «Eso nos llevó al terreno del Tao de la vida, el Chi, las artes marciales y muchas otras cosas». Y en esas conversaciones surgió la idea de colaborar en un guión que no se limitara al Tai Chi como una excusa para combates y secuencias de acción, sino que reflejara los valores filosóficos del arte marcial.

«El enfrentamiento entre la tradición y la modernidad es el tema principal de la película», explica el guionista Michael G. Cooney. «Tiger lucha con los valores de un hombre tradicional en una sociedad donde ya no tienen cabida esos valores. Para conseguir el éxito en el mundo moderno hay que ser despiadado, y si a uno le han inculcado valores tradicionales como el respeto hacia los demás y la búsqueda del equilibrio en la vida, lo más seguro es que se quede atrás. Y es exactamente lo que le pasa a Tiger. Por mucho que luche, siempre tiene la sensación de quedarse atrás».

Además de captar los aspectos más generales de la historia, Michael G. Cooney también tuvo que incluir tres idiomas en el guión: una cuarta parte de la película está en inglés, y el resto en mandarín y en cantonés. A pesar de no hablar ninguno de los dos idiomas, estaba más que dispuesto a enfrentarse al reto: «He viajado bastante y he conocido diferentes culturas. Siempre me han interesado las peculiaridades cotidianas, los comportamientos», dice. «Para incluir esas cosas en el guión recurrimos a Tiger muchas veces. Le preguntábamos lo que él diría en una situación, lo que su madre diría en otra, cosas así. Luego empezamos a trabajar con guionistas chinos para las últimas versiones. Fue un proceso evolutivo entre los dos idiomas chinos, el chinglish y el inglés para que los diálogos fueran auténticos y correctos culturalmente. Sobre todo no queríamos ofender a nadie, como ocurre en las películas de la II Guerra Mundial donde todos los nazis, por alguna curiosa razón, hablan inglés con acento alemán. Queríamos que fuera una película china, pero estamos seguros de que todo el mundo se identificará con la historia».

Debido a la complejidad del Tai Chi como arte marcial, Tiger Chen, Keanu Reeves y el coordinador de combates Yuen Wo Ping (el legendario coreógrafo y director que trabajó en Matrix) se plantearon preguntas poco habituales para diseñar las secuencias de lucha de El poder del Tai Chi. «Tal vez sea la primera vez que se ven peleas de MMA (Artes marciales mixtas) contra Tai Chi», dice Tiger Chen. «Lo más complicado es que cada pelea debe ser diferente, no es cuestión de repetir los mismos movimientos. También hay que contar la historia, hacer el recorrido con Tiger«. Todo esto obligaba a Keanu Reeves a hacer preguntas un poco raras a Tiger Chen. «Keanu me preguntaba: ‘¿Por qué lanzas una patada aquí?’ Era muy difícil contestar por qué golpeaba precisamente en ese momento»

«Las escenas de combate debían reflejar su recorrido», añade Keanu Reeves. «En qué punto emocional se encuentra Tigre, lo que implica saber qué le pasa por la cabeza, qué estilo de artes marciales escoge, qué siente durante la lucha y cómo cambia el resultado de la contienda. Cada escena de combate debía incluir el cambio y el desarrollo del personaje».

El conocido diseñador de producción japonés Yohei Taneda, conocido sobre todo en Estados Unidos por su trabajo en Kill Bill. Vol. 1 y nominado en ocho ocasiones por la Academia Japonesa de Cine, se encargó de crear los extraños cuadriláteros clandestinos y el templo en la montaña donde estudia Tigre. «Taneda-san es muy profesional y muy amable», dice Keanu Reeves. «Los decorados del templo son extraordinarios. Supo encontrar el equilibrio entre el mundo tradicional y el moderno gracias a su gran sensibilidad y gusto. Ha aportado mucho a la película. Se ha ocupado de crear los lugares donde nos movemos».

Keanu Reeves también está muy satisfecho de la relación entre Yohei Taneda y el director de fotografía Elliot Davis. «Colaboraron desde el primer momento y fue genial», dice. «Elliot siempre me preguntaba lo que quería hacer, lo que quería ver, pero también sugería planos que me servirían en el montaje. Lo mejor de todo es su sensibilidad y su capacidad de captar la esencia de los personajes, tal como ha demostrado en las entregas de Crepúsculo, Un romance muy peligroso y Yo soy Sam, por ejemplo». Keanu Reeves también explica que Elliot Davis estuvo más que dispuesto a probar técnicas nuevas para las escenas de combate: «Hablamos mucho del punto de vista objetivo y subjetivo, de cómo llegar a la cuarta pared. Intentamos imprimir mayor dramatismo a las escenas de peleas sin alejarnos de la acción».

Copyright del artículo © Hernán Migoya. Publicado previamente en Utero.Pe con licencia CC.

Copyright de imágenes y sinopsis © China Film Group, Dalian Wanda Group, Village Roadshow, Company Films, Universal Pictures, Village Roadshow Pictures Asia, Universal Spain. Reservados todos los derechos.

Hernán Migoya

Hernán Migoya es novelista, guionista de cómics, periodista y director de cine. Posee una de las carreras más originales y corrosivas del panorama artístico español. Ha obtenido el Premio al Mejor Guión del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, y su obra ha sido editada en Estados Unidos, Francia y Alemania. Asimismo, ha colaborado con numerosos medios de la prensa española, como "El Mundo", "Rock de Lux", "Primera Línea", etc. Vive autoexiliado en Perú.
(Avatar © David Campos)