Escrito en 1929, Matrimonio y moral (Marriage and Morals, Allen & Unwin, 1929) acusa el paso del tiempo en su sentido positivo. Algunas de sus propuestas han pasado a ser el folclore moral del mundo desarrollado, como el manejo de la contracepción, la igualdad sexual entre hombres y mujeres, la libertad de las costumbres corporales, el divorcio, el control demográfico, etc.
Russell tiene un concepto clásico del matrimonio, una sociedad destinada a la crianza y educación de los hijos, dentro de un marco de respeto y liberalidad sexual. El amor es otra cosa, esa cosa más bien indefinible que actúa de modo asocial, secreto y alocado.
El filósofo y matemático inglés prefiere dejarlo fuera del matrimonio. Russell era anticatólico y polemizó con San Pabloy su visión del matrimonio como un remedio contra la fornicación. Quizás hoy el catolicismo le diera más razón al primero que al segundo.
Era, también, partidario de la eugenesia para evitar que proliferaran débiles mentales y cretinos en una sociedad industrial y democrática. No le faltaron arrestos racistas, pues creía que ni los indígenas americanos ni los negros habían aportado gran cosa a la humanidad, salvo cuando fueron conquistados por los blancos. Así de embrollada es la historia de las ideas.
En 1929 toda la Europa continental estaba hechizada con la figura del dictador y Russell militaba a favor del liberalismo democrático y el pacifismo. Pero matices son matices y penumbras son penumbras.
Vivaz, didáctico, elocuente, peleador pero no agresivo, Russell sigue teniendo cierta lozanía insolente a pesar de los años.
Pensarlo en la España de Primo de Rivera y traducido por Azaña no deja de tener un valor añadido. Y en cuanto al matrimonio, si es que subsiste, será porque también aquilata una historia, ahora indecisa, inestable y crítica, pero, por eso mismo, más histórica que nunca.
Copyright del artículo © Blas Matamoro. Este artículo fue editado originalmente en la revista Cuadernos Hispanoamericanos, y aparece publicado en Cualia con el permiso de su autor. Reservados todos los derechos.