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«El fin de la muerte», de Cixin Liu

Hay algo que convierte la literatura de Cixin Liu en una experiencia singular. Y ese algo pasa por la sofisticación y el trasfondo de su obra, insólita en el campo de la ciencia-ficción contemporánea.

El fin de la muerte completa la trilogía de los Tres Cuerpos ‒Remembrance of Earth’s Past en su versión original‒, y cierra la senda narrativa abierta por El problema de los tres cuerpos y prolongada en El bosque oscuro. Una senda que nos permite asistir a los complejos vaivenes derivados del contacto entre la humanidad y los trisolarianos.

La ambición de esta tercera obra queda demostrada, una vez más, en el espectro temporal que abarca. El primer capítulo, con claves que el lector comprenderá al leerlo, nos sitúa en asedio a Constantinopla, en mayo de 1453. El autor presenta aquí a un personaje con poderes extraordinarios, y esa magia, que se apaga en un momento determinante, guarda cierto paralelismo con ese salto que dará la Tierra después del contacto con Trisolaris.

Se abre aquí una nueva trama en la que acompañamos a Yang Dong, la hija de Ye Wenjie, la física que estuvo en el centro de la Crisis Trisolariana. Luego conocemos a Yun Tianming, enfermo de cáncer terminal y candidato a la eutanasia, quien gracias a un patrocinio inesperado se hace la estrella DX3906 con una destinataria en mente, la científica Cheng Xin, a quien conoció antes de que ella ingresara en la escuela de posgrado de la Academia de Tecnología Aeroespacial de Shangái.

Esa historia, con alusiones místicas, se cierra con un detalle ‒no me pregunten cuál‒ que trae a la memoria a escritores como Ray Bradbury. Sugerente, ¿no es cierto? Y eso que solo estoy comentando de la primera de las eras ‒muy sutilmente conectadas entre sí‒ que aborda narrativamente El fin de la muerte.

Resulta difícil enmarcar este libro de Cixin Liu en un solo subgénero. Hay tramos de pura space opera, por cuyos agujeros se cuelan elementos de thriller científico, que finalmente ceden paso al humanismo que supo transmitirnos Arthur C. Clarke. Aquí y allá, también encontramos los ingredientes de esa fantaciencia que abarca enormes tramos temporales, al estilo de Asimov.

No obstante, más que la catalogación de este libro o la certificación de su ADN ‒algo que sólo importará a los especialistas‒, lo relevante es la calidad literaria de su autor, bien transmitida en este caso por la traducción de Agustín Alepuz Morales, corregida por David Tejera Expósito. Gracias a esa pericia narrativa de la obra, y gracias a su sólida versión española, la lectura de El fin de la muerte se convierte en una fiesta memorable.

Sinopsis

Tras El problema de los tres cuerpos y El bosque oscuro, la tensa espera de la humanidad concluye ahora con un último episodio, tan extraordinario como los anteriores, lleno de ideas electrizantes y una calidad de obra maestra.

Ha pasado medio siglo de la batalla del Día del Juicio Final y la Tierra goza de una prosperidad sin precedentes gracias al conocimiento transferido por Trisolaris. Mientras la ciencia humana avance y los trisolarianos adopten la cultura terrícola, ambas civilizaciones podrán convivir sin temor a ser destruidas. Pero con la paz la humanidad se ha vuelto autocomplaciente. Después de una larga hibernación, Cheng Xin, una ingeniera aeroespacial de comienzos del siglo XX, despierta en esta nueva era. Su mera presencia, sumada a cierta información sobre un proyecto olvidado desde el principio de la Crisis Trisolariana, podría alterar el frágil equilibrio entre ambos mundos… ¿Alcanzará el ser humano las estrellas, o morirá en su cuna?

El fin de la muerte, galardonado con el Premio Locus 2017 y nominado al Hugo 2017, es el desenlace de la magistral trilogía de ciencia ficción china que ha conquistado a cinco millones de lectores en todo el mundo.

Cixin Liu es el autor de ciencia ficción más prolífico y popular de la República Popular China. Liu ha sido galardonado ocho veces con el Galaxy Award (el equivalente en su país al premio Hugo) y el Nebula chino, antes de convertir su «Trilogía de los Tres Cuerpos» en una obra capaz de vender un millón de ejemplares solo en China, despertar el interés unánime de todo Occidente, obtener el premio Hugo 2015 a la mejor novela con el presente título, y ganarse prescriptores de la talla de Barack Obama y Mark Zuckerberg. Su enorme éxito se repite ahora en todos los mercados internacionales, gracias a los fans del género, pero también, y sobre todo, a los millones de lectores interesados en la actualidad geopolítica y en el pasado y futuro de China. Son todos ellos quienes han conseguido convertir a un perfecto desconocido, llegado del Oriente más misterioso y hermético, en una de las grandes sensaciones literarias de los últimos años.

Antes de ser escritor, Liu trabajó como ingeniero de una central eléctrica de la ciudad china de Yangquán, en la provincia de Shanxi, ahora temporalmente cerrada debido a la contaminación atmosférica.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.