Pese a ser uno de los libros más traducidos y versionados de la historia, El arte de la guerra de Sunzi se ve, todavía hoy, envuelto en un halo de misterio y desconocimiento. Daniel Tubau ha hecho un monumental trabajo de investigación para ofrecernos una completa visión del gran clásico de la estrategia.
Tubau demuestra que El arte de la guerra, en contra de muchas interpretaciones habituales, es un libro de múltiples y fascinantes lecturas. Descubriremos qué lugar ocupa este clásico entre los tratados de estrategia militar, si fue empleado por Napoleón, el Primer Emperador chino o Mao Zedong, si el arte de la guerra es, aunque parezca paradójico, un arte de la debilidad, que emplea técnicas consideradas tradicionalmente como «femeninas», qué papel juega la adivinación y el cálculo, la importancia del engaño y del uso de espías, el papel que debe jugar el general o estratega supremo en la guerra, y la adaptación a circunstancias cambiantes o imprevistas. También entenderemos las razones que han hecho que sea empleado como libro de texto fundamental en las escuelas militares, pero también que se haya convertido en un manual para ejecutivos, empresarios o políticos y que sus consejos se apliquen casi a cualquier terreno de la vida social.
El libro incluye una traducción completa, realizada por Ana Aranda Vasserot, de los dos grandes clásicos de la estrategia, El arte de la guerra, de Sunzi, y Las 36 estratagemas chinas, con comentarios adjuntos que ayudarán al lector, incluso al menos versado, a comprenderlo en toda su profundidad, además de Las 100 reglas del engaño y la estrategia.
«El engaño, la mentira, los embustes, las medias verdades, la falta de franqueza y los métodos tortuosos e indirectos ‒escribe Daniel Tubau‒ siempre han tenido mala prensa. Es de buen gusto y parece reflejar una gran categoría moral rechazar cualquier procedimiento que no consista en decir la verdad y actuar sin disimulo, de manera sincera y directa, como hacían los caballeros andantes de Europa y los caballeros chinos de la época Zhou. Sin embargo, en cuanto nos alejamos del mundo de las fábulas y observamos cualquier momento histórico, cualquier acontecimiento más o menos célebre, descubrimos siempre la presencia del engaño. (…) En el mundo de la estrategia militar también se pensó durante mucho tiempo que las guerras se ganaban sin engaño, que todo consistía en avanzar con toda sinceridad hacia el enemigo, en descargar lo que se llamó el ataque directo napoleónico. Sin embargo, después de la primera guerra mundial, que puso freno a aquel ataque directo al construir murallas que no podían ser derribadas por tanques ni cañones porque no se elevaban hacia el cielo, sino que se hundían en la tierra, empezó a ponerse en cuestión que aquel enfoque fuera la mejor estrategia militar: millones de soldados en las trincheras descubrieron el horror de saber que allí enfrente estaba el enemigo y que mañana seguiría estando allí, y la semana próxima y dentro de un año. Fue más o menos por esas fechas cuando llegó desde China un punto de vista diferente, gracias a un pequeño libro que conmovió los cimientos del arte militar, establecidos por el prusiano Carl von Clausewitz. Aquel tratado de estrategia, escrito más de dos mil años antes por alguien conocido como «el maestro Sun», había sido traducido alguna vez al francés y al inglés, pero no atrajo la atención hasta que Lionel Giles ofreció su propia versión en 1910, bajo el título El arte de la guerra«.
«No cabe duda ‒añade‒ de que en unos tiempos en los que la información, la desinformación y la contrainformación se han convertido en habituales, las lecciones del engaño del maestro Sun parecen más actuales que nunca, tanto para crear sutiles estratagemas y mentiras como para saber detectarlas y prevenirnos contra ellas. El arte de la guerrademostró también que el engaño y la mentira no solo se habían empleado en aquella China tan lejana, sino que habían sido los métodos habituales en cualquier otro momento histórico y también en el llamado Occidente. Nos reveló que el error de los expertos que desterraron el engaño de sus elegantes cálculos fue pensar que cuando los generales y los estrategas no hablan de engaño y mentira, entonces no hay engaño y mentira. Porque sucede todo lo contrario: el mejor engaño de un estratega consiste en no hablar nunca de engaño y mentira. Como dice Barton Whaley, al examinar la guerra y la estrategia no debemos buscar en las viejas crónicas palabras como «mentira», «engaño», «trampa» o «emboscada», sino «imprevisto», «error», «inteligencia», «secreto» y, por supuesto, «sorpresa», puesto que sin engaño casi nunca puede haber sorpresa».
«Año tras año ‒señala el autor‒ se publican nuevas traducciones y decenas de libros que aplican sus consejos a cualquier terreno imaginable, desde el arte del sexo a la vida social o el éxito en los negocios. Sin embargo, en cuanto nos alejamos de los libros escritos por sinólogos o especialistas en China, lo más frecuente es presentar el libro del maestro Sun de manera distorsionada y propia de una China muy posterior a la época en la que fue escrito el libro. Eso no sería malo si el resultado fuera mejorar el libro y sus consejos estratégicos, pero sucede más bien lo contrario y muchas de sus mejores ideas se convierten en vaguedades de poca o ninguna utilidad. Por eso, en la primera parte de este libro conoceremos la época en la que vivió Sunzi, intentaremos descubrir quién era ese escurridizo maestro Sun y, finalmente, sabremos cómo se transmitió El arte de la guerra a lo largo de más de dos mil años, de una manera accidentada y con un desenlace sorprendente. La segunda parte se dedica a la teoría y la práctica de El arte de la guerra, a sus lecciones estratégicas y a sus consejos, aplicables no solo a la guerra, sino a cualquier situación en la que tengamos que relacionarnos con otras personas. Finalmente, el lector podrá disfrutar de la lectura de El arte de la guerra, en una traducción realizada por Ana Aranda Vasserot, en la que se tienen en cuenta los últimos descubrimientos arqueológicos, que nos están obligando a reescribir la historia de la antigua China. (…) Nuestro libro se completa con una traducción comentada de Las 36 estratagemas chinas, una lista de consejos relacionados con el arte del engaño, que se ha atribuido también a Sunzi o a sus seguidores. Finalmente, se ofrece un compendio de cien consejos tácticos y estratégicos de Sunzi o que aparecen a lo largo de este ensayo».
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