Cada vez que veo el cartel de Desmadre a la americana (Animal House), diseñado por Rick Meyerowitz, me invade una sensación de nostalgia. Suena a tópico, lo sé, pero hay algo en esa imagen que devuelve el reflejo de lo que fueron el final de los setenta y el comienzo de los ochenta en materia cinematográfica.
Dirigida por John Landis a partir de un sólido guión de Harold Ramis, Chris Miller y Douglas Kenney, Desmadre a la americana sirvió para reformular la comedia estudiantil y llevó al cine el espíritu irreverente de la revista National Lampoon y del espacio televisivo Saturday Night Live.
Por otro lado, su reparto es de los que aún se recuerdan: John Belushi, Tim Matheson, Stephen Furst, Peter Riegert, Karen Allen, John Vernon, Verna Bloom, Tom Hulce, Kevin Bacon…
El guion partía de una serie de historias publicadas por Chris Miller en National Lampoon. En ellas, recordaba sus experiencias en la fraternidad Alpha Delta Phi del Dartmouth College, en Hanover, New Hampshire. De hecho, el primer borrador del guion parte de un capítulo de las memorias de Miller, «The Night of the Seven Fires», donde relataba una insólita ceremonia de iniciación. En el libreto también se toma como referencia el falso anuario estudiantil National Lampoon 1964 High School Yearbook Parody (1973), escrito por P. J. O’Rourke y Doug Kenney.
El productor Ivan Reitman fue quien decidió que esta fuera una producción realizada bajo la divisa del National Lampoon, y eso explica que otros colaboradores de la revista se sumaran a Miller. Ramis también recuperó sus recuerdos en la fraternidad Zeta Beta Tau de la Universidad de Washington, en St. Louis, y Kenney hizo lo propio.
Con John Belushi en mente, Ramis escribió el personaje de Bluto para el actor. Al principio, el guión tomó un curso demasiado escatológico y provocativo, y los estudios no se interesaron por él. Se escribieron hasta nueve borradores, cada vez más suaves. Las pretensiones eran mínimas: rodar una película de bajo presupuesto, protagonizada por desconocidos, pero lo suficientemente divertida como para atraer al público más joven.
Aunque en un principio Reitman pensó en ofrecerle el proyecto a Richard Lester o a Bob Rafelson, finalmente fue John Landis quien ocupó la silla del director. Desde el principio, Landis quiso que Desmadre a la americana contuviera homenajes al cine cómico de Buster Keaton, Harold Lloyd y los Hermanos Marx.
«Landis –escribe Bob Woodward– había pasado cierto tiempo con los guionistas: Doug Kenney; fundador y alma creativa de National Lampoon, Harold Ramis, un colega de Belushi de [la compañía] Second City; y otro escritor del Lampoon, Chris Miller. Los escritores se mostraban irritados, y trataban de intimidarlo, pero Landis se había hecho a la idea de que el director podía cortar lo que no le gustara y; sobre todo, era él quien iba a determinar el tono».
La trama se inicia cuando un par de estudiantes novatos, Lawrence «Larry» Kroger (Thomas Hulce) y Kent Dorfman (Stephen Furst) quieren ingresar en una fraternidad del Faber College en 1962. Los rechazan en la elitista Omega Theta Pi, pero no tienen problemas para entrar en Delta Tau Chi, donde conocen a tipos tan carismáticos como John «Bluto» Blutarsky (Belushi), un degenerado alcohólico y juerguista cuya brutalidad es equiparable a su inocencia y optimismo. «Landis –escribe Woodward– explicó su noción del personaje. Bluto era una mezcla entre Harpo Marx y el monstruo de las galletas: dulzura, neurosis y un apetito voraz por la comida, los problemas y las mujeres».
El deán universitario, Vernon Wormer (John Vernon), detesta a los chicos de Delta, y para ello urde un plan que conducirá a su expulsión con el apoyo del odioso presidente de Omega, Gregg Marmalard (James Daughton), y su jefe de cadetes, Doug Neidermeyer (Mark Metcalf).
Pese a que les ofrecieron papeles, Chevy Chase, Bill Murray, su hermano Brian Doyle-Murray y Dan Aykroyd rechazaron participar en la película por desconfianza o por cuestiones de agenda. John Belushi fue la única estrella de Saturday Night Live que creyó desde el principio en el proyecto. «Universal –comenta Woodward– pretendía a Chevy Chase para que fuera Otter (Nutria), el líder imperturbable de los Deltas, pero Landis deseaba a un actor cómico, nada del rollo «yo soy Chevy Chase y ustedes no». Landis había saboteado el movimiento en favor de Chase cuestionando el ego de éste. Le había dicho personalmente que Desmadre a la americana supondría un intenso esfuerzo colectivo. Al igual que en Saturday Night, nadie encabezaría el reparto. Chase rechazó el papel. Universal emitió un ultimátum: o conseguían a Belushi como Bluto o no habría película».
Muchas universidades se negaron a ofrecer sus instalaciones al equipo de rodaje. Al final, gracias al apoyo del responsable de la Universidad de Oregon en Eugene, William Beaty Boyd, Delta House se ubicó en la casa del Dr. A.W. Patterson, empleada por la fraternidad Phi Sigma Kappa hasta 1967.
La banda sonora orquestal de Elmer Bernstein se enriqueció con clásicos inmortales del rock y del rhythm and blues, como «Louie, Louie», de Richard Berry, «Twistin’ the Night Away» y «(What a) Wonderful World», de Sam Cooke.
Desmadre a la americana tuvo una acogida sensacional y acabó transformándose en un fenómeno sociológico. En todos los campus empezaron a celebrarse «fiestas toga» como la de la película y muchas fraternidades tomaron como modelo a los Deltas. Obviamente, Belushi se convirtió en una celebridad.
«En una semana –nos dice Woodward–, Desmadre a la americana se estrenó en cientos de salas de todo el país. Los críticos mostraron su respeto a regañadientes. (…) La juventud empezó a acudir en masa para ver el film. La facturación de taquilla subió hasta más de un millón de dólares al día. John decidió que necesitaba descansar, y el 1 de septiembre de 1978, él y Landis se registraron en La Costa, un afamado balneario situado en las afueras de San Diego. John se tomó en serio el cuidado de su salud: la solución de hierbas, el masaje a 13,80 dólares y el facial por el mismo importe. Pero llevaba un pequeño alijo de cocaína con él; Landis lo descubrió y lo tiró. John se quejó amargamente. Acababa de echar a perder 1.000 dólares de coca» (Como una moto. La vida galopante de John Belushi, Papel de Liar, 2009).
Con el tiempo, ya sabemos en qué medida la película inauguró todo un subgénero. Su éxito fue tal que incluso se rodó una teleserie inspirada en los personajes de la cinta original. Producida por la ABC, la telecomedia Delta House solo es memorable a estas alturas por contar con una debutante excepcional, Michelle Pfeiffer.
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