Fernando Fraga
En su día, llegaron crónicas registrando la tempestuosa velada donizettiana que tuvo lugar en el teatro de Bérgamo que lleva con justicia el nombre del compositor local con un Poliuto (septiembre de 2010), que regresaba al lugar tras las funciones ofrecidas en 1993 dirigidas por Gianandrea Gavazzeni con su esposa Denia Mazzola y el tenor alicantino José Sempere.
Vistos los resultados la cosa no es para tanto. Sí, el montaje es un caos de épocas, entre la Armenia romana donde pasa en realidad la obra original y el fascismo mussoliniano. Y el concepto del montaje en general remite a épocas pretéritas, con soluciones que hoy parecían superadas definitivamente, en un paupérrimo clima global más de medios materiales que de imaginación.
Pero la obra puede seguirse sin sobresaltos, enterándonos bien de lo que ocurre en cada situación aunque no se sepa el argumento al dedillo.
Un mérito hoy, por desgracia, no tan abundante como fuera menester. Se han soportado (y se soportarán, que nadie lo dude) cosas muchos peores. Además, musical y vocalmente este Poliuto ofrece un resultado por lo menos digno. La obra, no es lugar aquí para profundizarlo, tiene páginas imborrables, del mejor Donizetti y en conjunto está mejor estructurada y resuelta que su alter ego Los mártires. Su rescate moderno, se sabe, tuvo lugar en diciembre de 1960, suponiendo con ello el regreso triunfal de la Callas a la Scala tras un momento de conflictiva relación con el teatro. Que entonces la consideraran de interés no sólo la diva de las divas sino también el director Antonino Votto y el inmenso Luchino Visconti (que acabó dejando el proyecto en protesta por la reacción oficial a su magnífico filme Rocco y sus hermanos), hablan lo suficiente para evitarnos elogios innecesarios.
Volvamos a la edición bergamasca para señalar la valentía con que Gregory Kunde, en gloriosa madurez interpretativa, se enfrenta al oneroso rol titular. La voz suena algo dura y a veces cansada, pero estos apuros fugaces los orilla el tenor con su capacidad envidiable para entrar en el estilo y para traducir por un lado el conflicto sentimental con la esposa que cree adúltera y exponer por otro su inquebrantable fe en las creencias cristianas que le llevarán al martirio. Aquella esposa, Paolina, es la sarda Paoletta Marrocu, soprano de medios atractivos con repertorio difícil (Lady Macbeth, Turandot…) por lo que aquí se encuentra más cómoda en una parte no demasiado exigida en coloratura, como sería previsible, ni en tesitura. Dramáticamente, es una actriz con recursos, a veces un poco a la antigua pero respetables.
Simone del Savio es un barítono lírico de homogéneo y atractivo timbre, dotado de temperamento y volcado en la entrega, por lo que es capaz de perfilar un Severo que partiendo de la corrección se acerca a lo notable. No hay demasiados colegas de su cuerda que hoy día, puede afirmarse sin exageración, puedan superarlo.
Andrea Papi extrae del malvado Callistene todas las posibilidades brindadas por libretista (en lo teatral) y compositor (en lo músico-vocal). Y para Nearco, un personaje de apoyo con bastantes oportunidades para superar ese escollo de figura complementaria, se contó con Massimiliano Chiarolla, intérprete con un currículo donde aparece asumiendo papeles de primera magnitud. Marcello Rota se esmera en aprovechar lo que generosamente le puede ofrecer una atenta orquesta y un coro bien preparado por Fabio Tartari.
GAETANO DONIZETTI (1797-1848): Poliuto (ópera en tres actos) Gregory Kunde, Paoletta Marrocu, Simone del Savio, Andrea Papi, Massimiliano Chiarolla / Orquesta y Coro del Festival Donizetti de Bérgamo. Marcello Rota, director musical. Marco Spada, director escénico (grabado en directo, 2010) / BONGIOVANNI / Ref.: AB 20021 (1 DVD) D2 x 2
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