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«Príncipe Valiente: Lejos de Camelot», de Mark Schultz y Gary Gianni

Hay muchas razones por las que la figura del Príncipe Valiente despierta admiración en nuevas generaciones de lectores. El héroe de Harold Foster revive formidablemente el romanticismo de la novela de aventuras, y por otro lado, ya sabemos que su creador alcanzó una altura artística sin igual.

En 1971 Foster cumplió 78 años. Se hace difícil imaginar al maestro ilustrando la página 1.788 de la serie, publicada el 16 de mayo. Fue la última que realizó, antes de pasarle el testigo a su ayudante y sucesor, John Cullen Murphy. A partir del 23 de mayo, Murphy se encargó de la tira diaria.

A Foster le atraía el trabajo de Murphy en Big Ben Bolt, y por eso le pidió que fuera su asistente en 1968. Después de probar a otros dos aspirantes, Gray Morrow y Wally Wood, el maestro tuvo claro quién debía ser el nuevo artífice del Príncipe Valiente.

El propio Murphy lo cuenta en la biografía de Foster escrita por Brian M. Kane: «En 1971 –dice– dibujó su última página y yo continué con las páginas que seguían el modelo de los borradores que él realizaba. También se encargaba del color».

«Colaboramos estrechamente –añade– durante años a través del correo. En ocasiones era muy crítico, pero sus críticas eran siempre constructivas. A veces le compraba narraciones a mi hijo Cullen, que estaba estudiando en el Amherst College por esa época. Él ponía esas narraciones en formato de página. Harold y Cullen tenían una buena relación. Cuando vendió El Príncipe Valiente a King Features Syndicate en 1979, recomendó a Cullen para que escribiera los guiones y a mí para que siguiera con las ilustraciones. Ambos firmamos contratos con King Features».

Un fabuloso ilustrador, Gary Gianni, se convirtió años después en el asistente de Murphy. Tras el retiro de este último, Gianni pasó a figurar como el tercer dibujante oficial de la serie.

Con un grafismo excepcional, Gianni consigue revivir el espíritu de Foster. Heredero de la estética de autores clásicos como Joseph Clement Coll y Franklin Booth, este artista se ha dado a conocer como ilustrador de magníficas ediciones de Moby DickSecuestrado (Kidnapped) y Tarzan: The Lost Adventure.

Asimismo, es el encargado de animar la parte gráfica de varias reediciones de la obra de Robert E. HowardSolomon KaneBran Mak Morn y el segundo volumen de las aventuras de Conan de Cimmeria

Mark Schultz, el guionista, ganó su fama en los ochenta con Cadillacs & Dinosaurios (Xenozoic Tales), y desde entonces ha mantenido su prestigio como autor de cómics e ilustrador.

El libro que motiva estas líneas, publicado en 2010, reúne las páginas dominicales de Prince Valiant editadas en la prensa norteamericana entre el 21 de noviembre de 2004 y el 18 de mayo de 2008.

En manos de Schultz y Gianni, Valiente conserva sus señas de identidad –hablamos de una aventura épica en la que dominan las relaciones familiares del protagonista–. No obstante, hay algo que llama la atención y que acaso merezca algún debate.

Me refiero al modo en que los guiones de Schultz –impecables y bien resueltos– inciden en los detalles pulp que Foster cultivó sólo en la primera etapa de la serie. Y es que, ciertamente, Foster introdujo algún dinosaurio, algún kraken y algún hechicero con poderes en su saga, pero en general se mantuvo dentro de una línea que podríamos considerar realista.

A diferencia del maestro, Schultz disfruta incluyendo en su relato brujas fantasmales, plesiosaurios, víboras gigantes e incluso arpías con alas de murciélago. Con todo, Schultz y Gianni suscitan invencibles deseos de seguir leyendo las aventuras de Val. Gracias a ellos, prolonga felizmente su vida este príncipe vikingo que nunca pierde su encanto.

Copyright del texto © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © Mark Schultz y Gary Gianni, King Features Syndicate, Panini Comics. Cortesía de Panini España. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.