Vicente DíazLa vida y tragedias de John Holmes (1944-1988), legendario portador de los 35 cm más famosos del siglo XX, ya inspiraron hace unos años la brillante Boogie nights, película que lanzó al estrellato al director Paul Thomas Anderson y al Rey de los Remakes Mark Wahlberg.
Val Kilmer (Holmes) es el protagonista de una peripecia vital muy adecuada al clásico esquema de “una vida de excesos que se paga con creces”. En fin, lo cierto es que siempre despierta morbo saber que un tipo con ese atributo físico terminó hecho un guiñapo.
Precisamente Wonderland retrata al Holmes más hecho polvo, polvo de coca y no de los que le hicieron famoso, aunque de aquellos polvos vinieron otros lodos. Kilmer borda un personaje a su medida, tan extremo como él, metido en mil jaleos y con una capacidad asombrosa para arrastrar a la catástrofe a todos los que le rodean. La catástrofe en sí es una violenta ejecución múltiple a golpe de tubería en la cabeza, y la película indaga, policía mediante, en las causas de la matanza y lo que sucedió en ella.
Usando la técnica de Rashomon, asistimos a las distintas versiones que dan las personas involucradas en los hechos.
El director echa mano a una realización nerviosa y adornada con canciones de calidad, en la onda del Scorsese más energético, también utilizada por Paul Thomas Anderson en Boogie Nights. Por supuesto, el nuevo siglo aprieta y no se escatima en trucos de postproducción, como el uso de ventanas y la manipulación de periódicos de la época, en los que aparecen fotos animadas, como si fuera la versión adulta del diario El Profeta que se suele leer en Hogwarths.
A medida que avanza la película, la figura de John Holmes pierde peso narrativo frente a la investigación del crimen, que es medianamente interesante pero no deja de ser lo de siempre. Una oportunidad perdida para profundizar más en ese icono del porno, y sobre ese hecho tan sorprendente consistente en la caída voluntaria en el infierno de los que están en la cumbre.
Wonderland se queda en digno thriller costumbrista, que no es poco.
Sinopsis
Película inspirada en el atroz asesinato múltiple ocurrido en Los Angeles durante el verano de 1981. Motivada por un ajuste de cuentas entre criminales, la investigación se centra en la intervención del famoso actor porno John Holmes (Val Kilmer), cuya carrera profesional estaba tan deteriorada como su situación personal.
Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
