Guzmán UrreroSupongo que en otra época –los años cuarenta o cincuenta– hubo mucha gente esperando películas como Enredados: historias de amor y aventura, destinadas al éxito comercial, admirablemente construidas y resueltas con el ansiado happy end. El cine ha cambiado desde entonces, pero, por fortuna, esta nueva producción Disney nos regala las mismas emociones de antaño, sumadas a ese placer que siempre proporciona el buen cine.
Este musical Disney, visto desde esta segunda infancia que nos llega con los años, es una sorpresa tan grata como inesperada. No solo recupera para el celuloide un romanticismo clásico que hoy está bajo mínimos. También ofrece diversión de la buena, aventuras de capa y espada, humor y una buena excusa para imaginar que los cuentos de hadas son posibles.
Puedes no haber leído en los últimos años una sola página de los hermanos Grimm y tener la seguridad de que esta versión de Rapunzel enriquece el original con desparpajo y dinamismo.
De su factura técnica nada se puede objetar. Con un presupuesto de 260 millones de dólares –el más elevado en la historia de la animación–, Byron Howard y Nathan Greno han conseguido lo inimaginable: rodar una película en 3D, animada por ordenador, y obtener una estética que, gracias al esfuerzo de ese maravilloso artista que es Glen Keane, nos recuerda los grandes clásicos de la compañía.
Por si ello no bastara, cada plano adquiere las tonalidades de un cuadro. No sé hasta qué punto la idea de tomar como referencia las pinturas rococó de Fragonard ha influido en este punto, pero la verdad es que hacía tiempo que no admirábamos una cinta animada con una textura tan rica y sugerente.
¿Animación por ordenador con la intensidad expresiva de los dibujos pintados a mano? Parece un pequeño milagro, pero Howard y Greno lo han conseguido, y es obvio que ambos despejan el camino a los artistas que desean combinar lo mejor de ambos mundos.
Enredados irá ganando con el tiempo. De hecho, está destinada a figurar entre las producciones Disney de siempre, porque su sensibilidad y su emoción son intemporales.
Para completar su espléndida oferta, la película cuenta en su apartado musical con ese valor seguro que es Alan Menken, compositor de las partituras de La Sirenita, La Bella y la Bestia y Aladdín.
Sinopsis
Cuando el más buscado –y encantador– bandido del reino, Flynn Rider (a quien presta su voz en inglés Zachary Levi), se esconde en una misteriosa torre, Rapunzel (cuya voz en inglés es la de Mandy Moore) le toma como rehén. Rapunzel es una bella y vivaz adolescente con una cabellera dorada de 21 metros, encerrada en la torre.
La singular secuestradora de Flynn, que busca la forma de escapar del encierro donde ha permanecido durante años, hace un pacto con el atractivo ladrón. Así es como la pareja inicia un periplo lleno de acción, con un caballo súper-policía (llamado Maximus), un camaleón superprotector (llamado Pascal), y una pandilla de malencarados matones de bar.
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