Vicente DíazEl terror asiático estuvo de moda a principios de siglo, principalmente a raíz del éxito de títulos japoneses como The Ring (Ringu, 1998) o La maldición (Ju-on, 2000). Aunque casi todas aquellas películas procedían del país del sol naciente, también hubo bombazos de taquilla procedentes de otras naciones (con sus consiguientes remakes estadounidenses, más bien cochambrosos). Tal es el caso de The Eye (2002), coproducción entre Singapur y Hong Kong, o Shutter (2004), film tailandés de Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom.
Ahora Pisanthanakun dirige y escribe The Medium, ambiciosa producción de terror que ha gozado de una gran acogida en Asia, gracias en gran parte a que se trata de una coproducción con la todopoderosa compañía surcoreana Showbox. De hecho, incluso fue nominada para representar a Tailandia en los Oscars, aunque no llegó a serlo.
La película, de duración superior a dos horas (quizá su mayor debilidad), combina distintos registros y tonos. Cuenta con tres partes bien diferentes. El planteamiento inicial es el de un falso documental sobre el folclore tailandés. Se centra en el día a día de la chamana Nim (Sawanee Utoomma) poseída por el espíritu benigno de la diosa Bayan. La parte central del film muestra la degeneración de la joven y bella Mink (Narilya Gulmongkolpech) sobrina de la chamana y siguiente «recipiente» para Bayan. El proceso de mudanza espiritual no está yendo muy bien, y el film se transforma en una clásica historia de posesión satánica, aunque sin Satanás presente. Finalmente, el clímax remite a las películas «cámara en mano» con mucho susto y gore, muy, MUY al estilo de [•REC] (2007).
Aunque los tres segmentos funcionan correctamente, lo cierto es que el más tranquilo, el antropológico por así decirlo, resulta más interesante por su retrato del chamanismo tailandés, con sus ritos y mitología, que la posterior deriva de la película a territorios tan transitados como son los de las posesiones demoníacas.
El film, transformado finalmente en un «tren de la bruja» con posesos estándar e incluso algún que otro guiño enfermizo a Hereditary (2018), acaba agotando por alargamiento y saturación. Da miedo a ratos, y otros no tanto como le gustaría.
Sinopsis
Un documental sobre chamanismo se convierte en una horrible pesadilla cuando una muchacha es poseída por algo diferente a la diosa que todos esperaban.
Una aldea rural en la región de Isan en el noreste de Tailandia. Allí sus habitantes creen que todas las cosas y todos los lugares poseen un espíritu: las casas, los bosques, las montañas, los árboles e incluso los campos de arroz. Un equipo documental se desplaza hasta allí para hacer un seguimiento de la historia de Nim, una chamán que ha creído ver extraños signos en su sobrina Mink que demostrarían que está a punto de ser poseída por la diosa Bayan y heredar su chamanismo como ha sucedido a lo largo de generaciones en su familia. Pero mientras tratan de capturar el misterioso fenómeno, el extraño comportamiento de la muchacha se vuelve cada vez más extremo y Nim comienza a sospechar que lo que la posee no es la diosa que todos esperaban que fuera.
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Guzmán Urrero
