Aunque la primera entrega de The Equalizer recibió en España el genérico título de El protector, la secuela de aquel film de 2014 respeta en nuestro país su título original. Como ya sabrán, The Equalizer no trata sobre un técnico de sonido, sino sobre un justiciero urbano lleno de recursos y prácticamente invencible, que desarrolla su actividad en secreto. Algo así como el Equipo A, pero con un solo miembro y con más afición a astillar huesos.
El protector, inspirada por una no muy conocida serie de televisión (al menos por estas tierras), nos presentaba a un Denzel Washington que, bajo su pacífica imagen de empleado de ferretería, ocultaba un pasado como súper-agente de la CIA. Por supuesto, como en todas estas historias, el tipo desempolvaba su destreza guerrera para luchar contra unos mafiosos rusos para ayudar a una pobre prostituta adolescente (Chloë Grace Moretz). La simplicidad de la historia y lo satisfactorio que resulta ‒a un nivel primario‒ ver como unos abusones se llevan su merecido hacían de aquella película de Antoine Fuqua un entretenimiento tan efectivo como olvidable.
Ahora el dúo Washington–Fuqua vuelve a la carga con otra historia de justicia urbana de manual. En esta ocasión, Denzel ha cambiado el negocio del bricolaje por una licencia VTC, y no es precisamente el chófer con el que debería meterse un taxista enfurecido.
El film, como muchos otros últimamente (piensen en Los últimos jedi, por ejemplo) está dotado de un ritmo y una narrativa que recuerdan en exceso las series de televisión, cuyo éxito entre el público está, por así decirlo, “contaminando” el lenguaje del cine.
Denzel Washington se ocupa aquí de tres asuntos distintos, tres (¿tristes?) tramas que no tienen el mismo peso y ni siquiera el mismo tono, con lo cual la película resulta arrítmica.
Los contundentes momentos de acción, más fragmentados visualmente que los de cintas recientes como John Wick o Mission: Impossible – Fallout (Denzel no parece tener tanto interés en lesionarse como Keanu Reeves o Tom Cruise) funcionan bien por su alto nivel de violencia. Al fin y al cabo, a nadie le desagrada escuchar cómo se rompe un hueso de un violador. Por otro lado, las escenas más humanistas del personaje, intentando llevar por el buen camino a un joven tarambana y ofreciendo consuelo a un anciano superviviente del Holocausto son agradables, pero no terminan de casar unas con otras.
Pese al tambaleo narrativo, The Equalizer 2 se disfruta porque nos ofrece justicia primaria, de esa que no abunda en el mundo real. Este tipo de films suele ser denominado por gente más inteligente y decente que yo como “películas fascistoides”. Tengámoslo claro: el fascismo es algo repugnante y debería desaparecer para siempre, pero… las historias “fascistoides” suelen ser las más entretenidas, siempre y cuando tengamos claro que no son más que eso, historias. En definitiva, ficción.
Sinopsis
Si tienes un problema y no sabes a quién acudir, Robert McCall es tu hombre. Él es The Equalizer. McCall asegura una justicia inquebrantable para los apaleados, explotados y oprimidos, pero cuando su peligroso pasado llama a la puerta, necesitará de todas sus habilidades para ajustar las cuentas. Esta vez deberá enfrentarse cara a cara con asesinos altamente entrenados que no pararán hasta acabar con él. Denzel Washington retoma uno de sus personajes más característicos en la primera secuela de su carrera.
«Creo que a la gente le gusta la idea, el mito, de que un tipo como Robert McCall exista. McCall es como un ángel oscuro, el ángel que todos querríamos que bajase e impartiese justicia a la gente que se lo merece» comenta Antoine Fuqua. Fuqua se reúne con Denzel Washington por cuarta vez en The Equalizer 2 , después de haber colaborado en Training Day (Día de Entrenamiento), Los Siete Magníficos y la primera entrega de The Equalizer (El Protector). «Ha encontrado su propósito en la vida, convertirse en en justiciero. Hasta ahora, siempre ha impartido justicia a gente anónima. Pero cuando matan a alguien muy cercano, McCall buscará venganza».
Para Washington, el atractivo de McCall es evidente. «Se esconde tras la fachada de un tipo corriente» comenta el oscarizado actor. «Pero esta vez va un paso más allá. En vez de vender mejoras para el hogar, ahora es conductor de Lyft. El ángel vengador que tanto ha luchado por otros ahora se encontrará con la batalla más personal hasta la fecha. Cuando vemos a McCall por primera vez, está ayudando a gente indefensa, pero todo acaba convirtiéndose en algo muy personal».
Lo más increíble de The Equalizer 2 es que marca la primera secuela en la carrera de Denzel Washington. «He estado en la industria más de 40 años, pero nunca he interpretado a alguien dos veces» explica Washington. «Siempre me emociona hacer algo nuevo. Con respecto al guion, la novedad es la relación con Susan, el personaje de Melissa Leo, y la relación con el joven Miles, interpretado por Ashton Sanders. La película es un viaje más personal para McCall porque trata sobre gente cercana. Era un hombre que no quería a nadie en su vida, y ahora que se abre a un par de personas, ocurre algo malo».
Según Fuqua y los productores de la película, lo que impulsa la trama es la implicación personal de McCall en las peleas. «En la primera película me pareció normal que la gente viniese a ver a Denzel, pero me sorprendió mucho que lo que más gustase fuese la idea de hacer justicia» dice Fuqua. «Creo que la gente siente no tener control sobre su vida y le gustaría tener a alguien como McCall que lo arreglase todo. No necesariamente que resuelva todos sus problemas, pero sí que encarrilase sus vidas».
«The Equalizer (El Protector) fue el origen» dice el productor Jason Blumenthal. «Robert McCall había conseguido salir del punto de mira y deseaba vivir una vida tranquila, hasta que ya no pudo aguantar más las injusticias que veía a su alrededor».
«Pero como sabemos, el pasado siempre vuelve» dice el productor Todd Black. «Si la primera película trataba sobre un hombre buscando un propósito en la vida, esta trata sobre cómo ejercita ese propósito, la búsqueda de venganza y aceptar el pasado. Cuando empezamos a hablar sobre The Equalizer 2 , no pensábamos en investigar sobre quién era Robert McCall y su pasado. Afortunadamente, a nuestro guionista Richard Wenk se le ocurrió una trama que encajaba de forma natural con este capítulo de la historia».
«Curiosamente, una de las cosas que gustó más a la audiencia en la primera película fue el misterio alrededor del protagonista, así que siempre contemplé ahondar más en su vida si hacíamos una segunda parte» explica Wenk.
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