Una de las principales señales indicativas de la crisis de ideas originales que asola Hollywood es la adaptación a la gran pantalla de antiguas series de televisión. Si Los intocables de Elliot Ness resulto un bombazo en taquilla, amén de una película muy por encima de su original catódico, no se puede decir lo mismo de la mayoría de los films que intentaron repetir la jugada. Películas más o menos interesantes como Misión imposible, La familia Addams o la salvaje La tribu de los Brady no salvan un subgénero dominado por la mediocridad de productos como Los Picapiedra, SWAT o Los rústicos en Dinerolandia.
Starsky & Hutch opta por la parodia de la estética y convenciones narrativas de las series de los setenta, una opción acertada que se aleja de renovaciones innecesarias y por lo general dañinas. Creada para el lucimiento exclusivo de la efectiva pareja cómica Ben Stiller–Owen Wilson, esta comedia apuesta más por la ironía suave y la payasada gansa que por el salvajismo desmitificador de la citada Tribu de los Brady o la experimentación pop de Los ángeles de Charlie.
Starsky & Hutch es más bien un ejercicio nostálgico lleno de buena música y actores pasándoselo en grande, todo contenido en una película de presupuesto y ambiciones modestas, un film de los de “echarse unas risas” cuya efectividad, como siempre decimos, depende de la gracia que le haga al espectador la pareja protagonista. Este cronista admite haber expulsado de su pecho carcajadas con tonterías de genial simplicidad como el gag de las toallas de mano o ese Starsky hasta arriba de coca flipando (literalmente) con la canción que entona un Hutch en la mejor tradición de cantautor post-hippie.
No podemos olvidar la pequeña pero tronchante participación de ese extraño cómico que es Will Ferrell, quien parece competir con Stiller en ver quien puede estrenar más películas por mes.
Hablar de un film como este no da para mucho, a no ser que uno empiece a relatar cada uno de los chistes que aparecen en la película o citar los cameos y actuaciones de secundarios (entre los que no podemos dejar de resaltar a Snoop Dogg, en un papel de chulo en la onda de Superfly).
Se agradece que la película no se sature con escenas de acción videoclipera o vanguardista, centrándose en el buen hacer de los actores, que aportan sus gracias o extravagancias a una trama mínima a la que nadie presta demasiada atención, ni siquiera los protagonistas, y que sirve como mero punto de apoyo para la inserción de escenas tontorronas pero francamente divertidas. El guión es un ejemplo académico del casi extinto género de las buddy-movies, y el pitorreo sobre los tópicos de este tipo de películas (Starsky sufre un complejo por no estar a la altura de su madre, la mejor policía del cuerpo) confirman que corren malos tiempos para las Armas Letales.
Por lo demás, es muy poco probable que este divertimento se convierta en la película preferida de nadie, ya que se olvida antes de que a uno se le vaya el tema musical de la cabeza, pero si Las aventuras de Ford Farlaine ha llegado a ser una película de culto, Starsky & Hutch podría seguir la misma fortuna.
Sinopsis
Bay City, década de los 70. Ken Hutchinson (Owen Wilson) es un policía corrupto y vividor, mientras que Dave Starsky (Ben Stiller) está demasiado entregado a su trabajo. Por estas dos actitudes, resultan ser los agentes más conflictivos de la ciudad, por lo que son obligados a trabajar juntos. Mientras intentan resolver sus diferencias, se dedican a la investigación de un asesinato relacionado con el tráfico de drogas.
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