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Crítica: «Rumores y mentiras» («Easy A», 2010)

Dirigida por Will Gluck y escrita por Bert V. Royal, esta sofisticada comedia de instituto reflexiona sobre la fama e incluye una ácida crítica a los sectores conservadores más rancios de los Estados Unidos.

Siguiendo la estela de películas anteriores como Juno (Jason Reitman, 2007) o Election (Alexander Payne, 1999), Rumores y mentiras (Easy A, 2010) se presenta como un producto de ambiente juvenil, fresco y de ritmo rápido que trasciende su envoltura empleando buenas dosis de sarcasmo e incorrección política.

La protagonista indiscutible es la veinteañera Emma Stone, que demuestra sus dotes para la comedia encarnando a Olive, una adolescente guapa, lista y mordaz; sin embargo, su escasa popularidad en el instituto la convierte en alguien invisible. Un día, su mejor amiga Rhiannon (Aly Michalka), escasa de luces pero mucho más popular, la invita a pasar el fin de semana con ella y su familia. Olive se inventa una excusa: una cita con un universitario ficticio. A la semana siguiente Rhiannon da por hecho que Olive ha perdido su virginidad, cosa que esta no desmiente. Será la primera de una larga serie de mentiras que volverán a Olive muy popular a la vez que le acarrearán no pocos problemas.

Algunos de los actores que dan vida a los colegas (o rivales) de la protagonista en el instituto son Penn BadgleyAmanda BynesDan Byrd y Cam Gigandet. A destacar Stanley Tucci y Patricia Clarkson(maravillosos como siempre) como los padres de la protagonista, una pareja excéntrica, desenfadada y carente de prejuicios. También adquieren relevancia Thomas Haden Church y Lisa Kudrow, que encarnan a un matrimonio de profesores (el primero de literatura y la segunda una orientadora).

Aunque su papel es más bien reducido, Malcom McDowell llena la pantalla cada vez que hace acto de presencia. El que fuera en su juventud el «chico malo» por excelencia gracias a su rol protagonista en La naranja mecánica (A Clockwork Orange, Stanley Kubrick, 1971) encarna ahora a un estricto director de instituto.

La película plasma con humor el efecto «bola de nieve» por el que se propagan los chismorreos, especialmente si estos son escabrosos o tienen contenido sexual. En palabras de su director, Rumores y mentiras «trata sobre la moralidad, sobre cómo se originan los rumores y sobre la importancia que la gente da a la opinión que otros tienen de ellos«.

El instituto del filme es un microcosmos que reproduce la pugna entre las ideas liberales y los planteamientos ultraconservadores en el macrocosmos de la sociedad estadounidense. Un choque en el que cuestiones que atañen a la libertad individual como las relaciones sexuales prematrimoniales o la homosexualidad son gravemente censuradas en función de planteamientos ideológicos extremos.

A lo largo de la película se citan varios clásicos literarios estadounidenses. El más relevante en la trama es La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne, sombrío retrato del puritanismo y del fanatismo religioso. La protagonista Olive, como la Hester Prynne de La letra escarlata, es condenada por su conducta promiscua y licenciosa en una suerte de juicio público orquestado por un grupo de estudiantes pacatos liderados por Marianne (Amanda Bynes), una fanática religiosa hija de un pastor igualmente intransigente.

Cargando las tintas contra los potentes aires de ultraconservadurismo que sacuden cada vez más fuerte a los Estados Unidos, Rumores y mentiras ironiza sobre el hecho de que la pérdida o no de la virginidad en las jóvenes trascienda la esfera íntima para convertirse en una «moda», como sucede por ejemplo con el uso de los «anillos de pureza». Una práctica que ya fue duramente criticada en otra comedia teen titulada cínicamente Vagina dentata (Teeth, Mitchell Lichtenstein, 2007), aunque en este caso haciendo gala de un humor mucho más gamberro, gore y grotesco.

El discurso de Rumores y mentiras no debería resultar extraño ni desacertado. Frente a movimientos como el Tea Party, que pretende remontarse ideológicamente hasta los inicios de los Estados Unidos como potencia independiente, la película protagonizada por Emma Stone remite en contrapartida a pioneros de la literatura estadounidense como Nathaniel Hawthorne o Mark Twain, cuyas obras La letra escarlata y Las aventuras de Huckleberry Finn son presentadas como lecciones ejemplares de libertad y progresismo.

Copyright del artículo © Lola Clemente Fernández. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © Olive Bridge Entertaiment y Screen Gems. Cortesía de Sony Pictures Releasing de España. Reservados todos los derechos.

Mª Dolores Clemente Fernández

Mª Dolores Clemente Fernández es licenciada en Bellas Artes y doctora en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid con la tesis “El héroe en el género del western. América vista por sí misma”, con la que obtuvo el premio extraordinario de doctorado. Ha publicado diversos artículos sobre cine en revistas académicas y divulgativas. Es autora del libro "El héroe del western. América vista por sí misma" (Prólogo de Eduardo Torres-Dulce. Editorial Complutense, 2009). También ha colaborado con el capítulo “James FenimoreCooper y los nativos de Norteamérica. Génesis y transformación de un estereotipo” en el libro "Entre textos e imágenes. Representaciones antropológicas de la América indígena" (CSIC, 2009), de Juan J. R. Villarías Robles, Fermín del Pino Díaz y Pascal Riviale (Eds.). Actualmente ejerce como profesora e investigadora en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).