Son los miembros de la generación llamada millennial los que han de juzgar con propiedad esta película, que actualiza uno de los shows más populares entre los que eran niños en los años 90.
Quien escribe estas líneas ya era adolescente en esos tiempos, y fue un espectador casual de la serie, no un verdadero seguidor. Básicamente, aquella producción de 1993 era un ejercicio de caradura al estilo Roger Corman, en el que se intercalaban escenas de una serie japonesa de ciencia-ficción, Super Sentai, posiblemente comprada a precio de saldo, con momentos protagonizados por desconocidos actores anglosajones, grabados como relleno y nexo entre combate y combate.
Power Rangers (también conocida como Mighty Morphin Power Rangers), a pesar de sus obvias carencias, triunfó rotundamente entre los críos por ofrecer artes marciales, robots y monstruos gigantes al viejo estilo nipón, sin ningún tipo de vergüenza ni excesivos filtros dramáticos, y con un entusiasmo potenciado por un energético tema musical guitarrero, tan icónico como puede serlo el de aquel Batman de los años 60.
Lo más divertido de la serie eran las locas secuencias japonesas. El relleno occidental, a pesar de contar con alguna que otra pelea vistosa de artes marciales, solía estar formado por insípidas historietas de instituto, con la inclusión “cómica” de unos enervantes abusones muy tontos, que siempre acababan mal.
Aprovechando la moda, Power Rangers tuvo una adaptación cinematográfica en 1995, dirigida por Bryan Spicer y con los mismos actores protagonistas. Aunque en esta ocasión prescindía de escenas importadas, seguía apostando por la acción y la diversión infantil.
Ahora, los niños que disfrutaron por entonces ya son adultos, y para ellos llega esta adaptación cinematográfica en la que los Power Rangers, como tal, tardan más de hora y media en aparecer. Porque, ya se sabe, la principal tarea del cine de entretenimiento actual es no divertir.
Si las escenas con actores occidentales eran lo más tedioso de la serie, casi un precio a pagar por ver a los héroes pilotar sus robots zord y pelear contra absurdos kaiju, la mayor parte de esta nueva película trata sobre la vida y los problemas de los chavales antes de convertirse en los coloridos superhéroes.
El director Dean Israelite, responsable de Project Almanac (2015), esa especie de versión al estilo Michael Bay de Chronicle (Josh Trank, 2012), vuelve a tomar prestadas ideas e imágenes de aquella película para este Power Rangers, protagonizado por los marginados del instituto (eso sí, unos marginados muy guapos y molones).
Max Landis, guionista de Chronicle y autor de uno de los primeros borradores (presuntamente desechado) de Power Rangers, ha hecho notar el saqueo de su obra, y no es para menos. De todos modos, la carga dramática (de hecho, trágica) de Chronicle no está presente en esta película, en la que los conflictos de los adolescentes no van mucho más allá del clásico “nadie me entiende” y algunos diálogos reciclados de El club de los cinco (John Hughes, 1985).
En el papel del alienígena mentor de los Power Rangers, Zordon, tenemos a un Bryan Cranston calvo y algo gruñón obsesionado con un cristal y aficionado a echar la bronca a los chavales por no estar a la altura. ¿Un guiño a Breaking Bad? Muy posiblemente.
Como la villana Rita Repulsa, Elizabeth Banks se convierte en lo mejor de la película gracias a su desagradable caracterización y sus modos dementes.
Después de más de 90 minutos de metraje, un tercer acto nos trae a los Power Rangers en todo su esplendor, en plena batalla. La refriega presenta ese confuso estilo visual de las películas de Transformers (de hecho, hasta hay una referencia directa a esa franquicia), con abundancia de poco creíbles muñequitos digitales y todo presentado mediante un montaje desorientador.
Esta película es un perfecto ejemplo del cine-espectáculo actual, que escasea en espectáculo y diversión, pero al parecer es del agrado de un público de hoy, que destaca por su nula exigencia.
Sinopsis
Cinco adolescentes corrientes deben convertirse en algo extraordinario cuando descubren que su pueblo, Angel Grove, así como todo el mundo, está al borde de la aniquilación a manos de una amenaza alienígena. Elegidos por el destino, nuestros héroes no tardarán en descubrir que son los únicos que pueden salvar el planeta. Pero, para lograrlo, tendrán que superar sus propios problemas personales y trabajar en equipo como los Power Rangers, antes de que sea demasiado tarde.
Basada en la leyenda eternamente popular de los Mighty Morphin Power Rangers, llega la divertida crónica moderna y llena de acción de cómo el famoso equipo de colores de guerreros adolescentes pasó por primera vez de ser una pandilla de marginados de un pueblo a convertirse en un equipo unido de poderosos superhéroes. Esta es la historia repleta de diversión de cómo el quinteto obtuvo no solo sus poderes alienígenas, sino también los lazos reales e irrompibles que los unen, y los convierten en la única e insólita esperanza de salvar su pueblo, y el propio planeta, de una imparable fuerza maligna que lleva al acecho 65 millones de años.
La historia reinventada de Power Rangers llega a la gran pantalla a una escala emocionante que intensifica la acción, los efectos y el diseño creativo. Un reparto de rostros nuevos y jóvenes de todo el mundo se une a Bill Hader, Bryan Cranston y Elizabeth Banks en una aventura constante que pone a prueba a unos adolescentes corrientes en la situación más extraordinaria imaginable: trascender una olla a presión de ciberacoso, alienación, presión social y problemas familiares propia del siglo XXI, para convertirse nada menos que en la única esperanza de supervivencia de la humanidad.
El adictivo atractivo de los Power Rangers lleva décadas transformándose. Se inició originalmente en Japón, con la serie de acción real de estética encantadoramente kitsch conocida como Super Sentai, que ha mezclado desde 1975 efectos especiales espectaculares con acción cómica mientras sigue a un equipo perennemente cambiante de cinco héroes de vivos colores, que se enfrentan a un disparatado surtido de monstruos con armas de otro mundo. Cada temporada de Super Sentai contaba con un equipo distinto de héroes. Pero fue en 1984, mientras se encontraba en Japón por negocios, cuando el productor de televisión Haim Saban no pudo evitar engancharse a la temporada 16 de la serie, que contaba con unos Dino Rangers adolescentes, que deben recurrir a su poder para enfrentarse a una bruja antigua.
«Estaba viendo a esos cinco chicos vestidos de licra, enfrentándose a monstruos de caucho y me quedé prendado», recuerda Saban. No tardaría en averiguar quién tenía los derechos y hacerse con ellos para su emisión en el resto del mundo, fuera de Asia.
Así es como nacieron los Mighty Morphin Power Rangers, que se estrenaron en la televisión estadounidense en 1993. La serie trasladaba la acción al pueblo ficticio de Angel Grove, California, donde cinco «adolescentes con actitud», cada uno con sus propios colores y poderes, son elegidos para vencer a una hechicera extraterrestre. La serie contaba con una insólita mezcla de secuencias de acción desbordante extraídas de la serie japonesa, con escenas dramáticas filmadas en EE. UU., y no tardaría en establecer su propio tono desenfadado y su particular encanto. Algunos se mostraron escépticos de que pudiera funcionar en Norteamérica, pero los espectadores más jóvenes se quedaron absolutamente prendados, y esa pasión se extendió luego por todo el resto del mundo. Tal vez lo que ha hecho que la serie haya perdurado en tantas culturas es su idea subyacente: que los Power Rangers no solo se enfrentan a una pandilla de monstruos gigantescos y estrambóticos… sino que también aprenden lo que significa sentirse empoderado y por qué son más poderosos cuando trabajan juntos.
Mighty Morphin Power Rangers se convertiría rápidamente en el programa de la televisión infantil más visto de los Estados Unidos, en una franquicia de demoledor éxito y en un fenómeno global que sentó nuevos precedentes.
‘Mighty Morphin Power Rangers fue una de las primeras series de superhéroes multiétnica y también una de las primeras en contar con superheroínas», señala Saban. «Consiguió verdaderamente conectar con el público y, desde entonces, se ha emitido en más de 150 países».
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