Cualia.es

Crítica: «Madre!» («Mother!», Darren Aronofsky, 2017)

Estamos en una época de exageraciones y frases hiperbólicas. ¿La razón? Bueno, principalmente la intención de llamar la atención en un mar infinito de titulares, opiniones y productos, pero también la poca experiencia, memoria o bagaje cultural de quienes suelen decir que cada película que se estrena es la peor o la mejor de la Historia del Cine (que para ellos suele comenzar alrededor del año 2008).

Madre! (así, sin signo de exclamación inicial, para desesperación de un servidor) se nos vende como “la película más impactante jamás producida en Hollywood”. Una experiencia chocante y traumática. Una obra escandalosa, revolucionaria. Un hito.

A ver, un poquito de calma.

Bien es cierto que Hollywood no suele ofrecer películas 100% simbólicas, como es el caso de esta nueva obra de Darren Aronofsky, y que gran parte del público que acuda al cine a ver un thriller de la protagonista de Los juegos del hambre se quede bizco ante lo que viene a ser una adaptación de la Biblia en formato Polanski.

Bueno, Madre! es algo más que eso, ya que nos sirve un contundente mensaje ecologista, algunas gotas New Age y una generosa dosis de misantropía, todo esto para el que quiera verlo, claro. Si prescinde de interpretaciones, el espectador asistirá a una eficaz película de terror psicológico sobre la siempre complicada figura la “esposa de escritor”, o simplemente sobre el abuso de poder por parte del hombre sobre la mujer.

Aronofsky utiliza una cámara nerviosa y un montaje repleto de elipsis casi imperceptibles para crear una constante sensación de angustia y paranoia, mientras que, contra lo que muchos podrían esperar, Javier Bardem y Jennifer Lawrence se muestran razonablemente contenidos, teniendo en cuenta que sus papeles son una tentación para lanzarse a la sobreactuación extrema.

Madre! no es una película al uso, pero tampoco se trata de un film psicotrópico o surrealista al estilo de La montaña sagrada (Alejandro Jodorowsky, 1973) o Cabeza borradora (David Lynch, 1977), inasequible salvo para las mentes muy abiertas o imaginativas. Su alegoría está bastante clara para cualquiera que conozca la tradición religiosa judeocristiana, aunque sea de oídas, y Aronofsky tampoco “disfraza” a sus personajes en exceso. No es una obra cifrada que haya que descodificar y así ganar un apartamento en Torrevieja (Alicante).

Hay violencia, situaciones incómodas y alguna imagen que puede herir la sensibilidad de… prácticamente nadie. The Walking Dead y Juego de tronos son dos de las series de televisión más populares de la actualidad, y en Madre! nunca se superan algunas de las barrabasadas de tan consumidos entretenimientos. Ese tipo de transgresión ya caducó.

Para el público más joven o con menos rodaje, quizá Madre! suponga un hito, su primera “película rara”. Y estará bien que así sea: todas las generaciones necesitan su Tetsuo (Shinya Tsukamoto, 1989). Para los demás, el nuevo film de Aronofsky queda como una peculiar combinación entre La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968) y la catequesis en la que el principal mensaje es “Les das la mano y te agarran el brazo”.

Sinopsis

Madre (Jennifer Lawrence) y Él (Javier Bardem) viven una existencia aparentemente idílica en un paraíso recóndito. Inesperadamente la relación de la pareja se pone a prueba cuando hombre (Ed Harris) y mujer (Michelle Pfeiffer) se presentan en su casa sin que nadie les hubiese invitado. Responder a esa llamada a la puerta altera su apacible existencia, y a medida que se presentan más y más invitados, madre se ve obligada a reexaminar todo lo que sabe sobre el amor, la devoción y el sacrificio.

Este thriller de relación comenzó cuando el guionista y director Darren Aronofsky se encerró durante cinco febriles días con su teclado, solo en una casa vacía. El cineasta nominado al Oscar de la Academia es consciente de que el resultado de ese encierro puede hacer que tenga que enfrentarse a preguntas acuciantes… ¿por qué una visión tan sombría? ¿Su respuesta? Mirad a vuestro alrededor: «Vivimos en tiempos desquiciados. A medida que la población mundial se acerca a los 8.000 millones de personas, nos enfrentamos a cuestiones demasiado preocupantes como para imaginar las consecuencias: Los ecosistemas se derrumban y somos testigos de la extinción a un ritmo sin precedentes; las crisis migratorias desconciertan a los gobiernos; unos aparentemente esquizofrénicos Estados Unidos ayudan a elaborar un tratado señero sobre el clima, y meses después se retiran de dicho tratado; las creencias ancestrales y las disputas tribales siguen provocando guerras y divisiones; el mayor iceberg de la historia se desprende del casquete polar antártico y vaga a la deriva por el océano. Al mismo tiempo, nos enfrentamos a cuestiones que son demasiado ridículas para poder entenderlas: En América del Sur los turistas han matado en dos ocasiones a crías de una rara variedad de delfines, al asfixiarlos en medio del frenesí para hacerse selfies con ellos; la política recuerda cada vez más a los acontecimientos deportivos; sigue habiendo seres humanos que mueren de hambre mientras otros tienen al alcance de la mano cualquier manjar que se les antoje. Como especie, nuestro impacto sobre el planeta es peligrosamente insostenible, y sin embargo, vivimos en estado de permanente negación sobre las perspectivas del planeta y sobre el lugar que ocupamos en el mismo».

«En este caldo de cultivo esencial de angustia y desesperanza», continúa Aronofsky, «me levanté una mañana y la película me salió de dentro, a borbotones».

La gestación de sus otras seis películas le costó años, pero ¿esta? En 5 días tenía entre las manos una primera versión del guión de madre! «En menos de un año, teníamos las cámaras en marcha».

Dos años después de aquel fin de semana largo, la película de Aronofsky se dirigía a su estreno mundial en el 74º Festival Internacional de Cine de Venecia (30 de agosto – 9 de septiembre), seleccionada para competir por el prestigioso premio León de Oro a la mejor película.

Aronofsky admite que Madre! es difícil de encasillar en un género concreto, y eso se debe a que ni siquiera él puede identificar plenamente cuál es el origen de todos los contenidos de la película: «Una parte proviene de los titulares a los que nos enfrentamos cada segundo de cada día, otra parte viene del incesante zumbido de las notificaciones de nuestros teléfonos inteligentes, otros elementos tienen su origen en haber vivido el apagón provocado por el Huracán Sandy en el centro de Manhattan, otras cosas me salieron del corazón, otras de las entrañas. Colectivamente, es una receta que nunca podré repetir, jamás, pero estoy convencido de que la mejor manera de servir este brebaje es de una vez, de un trago».

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Paramount Pictures. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).