Otro remake. Y de una excelente película que cuenta con una legión de fans, además. La falta de ideas nos afecta a muchos, y uno se alivia en cierta manera de compartir esta escasez de inspiración con unos excelentes cineastas como los Coen.
¿Es The Ladykillers una mala película? En absoluto, de hecho es una comedia con momentos hilarantes y personajes sin desperdicio, desde ese ex-general vietnamita de economía verbal y perpetuo cigarrillo hasta el descacharrante protagonista, un fanático de Poe que parece sacado de los Looney Tunes con el que Tom Hanks vuelve a demostrar que es uno de los mejores (si no el mejor) actores norteamericanos actuales.
Abiertamente inscrita en el género de la comedia loca de tintes oscuros, los Coen vuelven a convertir al Sur más tradicional en una presencia clave de su cine, mezclándolo con la mitología clásica (ese Caronte en forma de barco basurero) y deleitándose con las misas Gospel, los largos diálogos rurales de acento arrastrado y las finolis reuniones de vecinas entradas en años y carnes.
Tanto interés demuestran los Coen en estos retratos sureños, que la historia en sí no avanza en exceso hasta el último cuarto de hora, donde los acontecimientos se precipitan (por un puente, para ser precisos) con demasiada celeridad. En todo caso, la risa campa a sus anchas durante todo el metraje de la película, con lo que no hay peligro de aburrirse, que en definitiva es lo que se persigue a la hora de pagar una entrada de cine.
Así pues, ha quedado claro que The Ladykillers no es mala y encima tiene gracia, PERO… Estamos hablando de los tipos que, hasta El hombre que nunca estuvo allí (incluida), fabricaron una película excelente tras otra. Sin ser tan floja como Crueldad intolerable, lo cierto es que se echan de menos el sorprendente ingenio visual y la extravagancia a la hora de escribir guiones de los autores de Arizona baby o Barton Fink, elementos bastante carentes de originalidad o impacto en este remake.
Los fans de estos brillantes niños grandes nos empezamos a preguntar si este bajón creativo se debe a una momentánea relajación o es que se están quedando sin ideas. Lo mejor es pensar en positivo y esperar la recuperación de los más brillantes pupilos de Sam Raimi, los únicos que han logrado que el crítico sesudo y el freak militante se pongan de acuerdo en el elogio.
En todo caso, no piensen que si van a ver la película van a desperdiciar dinero o tiempo de sus vidas porque, aparte de las soberbias interpretaciones ya mencionadas, hay un cameo de Bruce Campbell. Y eso siempre hace a una película imprescindible.
Sinopsis
Un grupo de excéntricos personajes liderados por el profesor G.H. Dorr (Tom Hanks) pretenden robar las arcas de un casino del Mississippi. Para ello, alquilan una habitación en la casa de Marva Munson (Irma P. Hall), una venerable y algo suspicaz dama de color. Haciéndose pasar por músicos ensayando, los delincuentes proceden a excavar un túnel desde el sótano de la casa hasta las arcas del casino.
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