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Crítica: «Con amor, Simon» (Greg Berlanti, 2018)

¿Cómo terminar de una vez por todas con la rutina en las comedias románticas? Es sencillo. En realidad, sólo hay que fijarse en los maestros del género e introducir una novedad lo más llamativa posible. Greg Berlanti ha cumplido esos dos preceptos ‒ahora veremos cómo‒, y el resultado es una película que funciona estupendamente.

Por un lado, es difícil ver Con amor, Simon sin recordar el cine juvenil de John Hugues. Y por otro, nos hallamos con un agradable retrato de un adolescente gay: un joven criado por una familia ejemplar, enfrentado a una serie de complicaciones que le impiden tomar las riendas de su destino y vivir el amor con espontaneidad, sin sentirse juzgado por los demás.

Que nadie espere aquí una comedia gruesa o pasada de vueltas. Con amor, Simon es una película escrita con finura, muy entretenida, emotiva y con más de un punto en común con la propia biografía de Berlanti. También encaja con su propia obra como guionista y realizador, en especial si pensamos en sus primeras creaciones: el film El club de los corazones rotos (2000) ‒su primera aproximación audiovisual al mundo gay‒ y la teleserie Dawson crece (1998-2003).

Aunque en los últimos tiempos Berlanti ha ganado notoriedad como productor del llamado Arrowverso ‒un universo televisivo en el que se entrecruzan las series ArrowThe FlashSupergirlDC’s Legends of Tomorrow y Doom Patrol‒, lo cierto es que este largometraje viene a significar para él un regreso a los orígenes, sobre todo por esos ingredientes que comparten Con amor, Simon y Dawson crece.

El reparto es una consecuencia de lo dicho hasta ahora. Se trata de un elenco en el que nos encontramos a conocidos de Berlanti, o a intérpretes comprometidos en roles que él ya ha abordado en producciones anteriores. El protagonista, Nick Robinson, interpreta al joven gay Simon Spier con evidente ternura, y en determinados momentos, recuerda al James Van Der Beek de las primeras temporadas de Dawson crece. Sus padres (Josh Duhamel y Jennifer Garner) son tan modélicos como los de Dawson, y transmiten la misma calidez.

Como hermana de Simon, la niña Mackenzie Lintz, a quien descubrimos en La cúpula, convierte su papel secundario en una oportunidad para lucirse.

Dos actores de la teleserie Por trece razones aparecen en el film: Miles Heizer y la espléndida Katherine Langford, que borda su papel de amiga del protagonista. Otra de las amigas de Simon es interpretada por una chispeante Alexandra Shipp, la nueva Tormenta de la saga X-Men (y aquí protagonista de un guiño a la competencia de Marvel. Recuerden que Berlanti coescribió Green Lantern y ahora coordina el universo televisivo de DC).

Por último, encontramos al australiano Keiynan Lonsdale, que ya había trabajado con Berlanti en The Flash, en el papel de Wally West / Kid Flash, y que aquí da vida a un chaval de lo más agradable.

Ahora visualicen a este grupo de encantadores intérpretes, y traten de imaginar una comedia sin estridencias, cordial y elevada por un mensaje necesario. Que diera este resultado era sólo cuestión de tino y de buen gusto, y Berlanti posee ambas virtudes.

Sinopsis

Todos merecen una gran historia de amor. Pero la de Simon Spier es, a sus diecisiete años, un poco más complicada: todavía no le ha dicho a su familia ni a sus amigos que es homosexual, y tampoco conoce la verdadera identidad del anónimo compañero de clase del que se ha enamorado por Internet. La resolución de ambos problemas resulta hilarante, terrorífica y capaz de cambiarle la vida a cualquiera. Dirigida por Greg Berlanti (Everwood, The Flash, Riverdale), con guión de Elizabeth Berger e Isaac Aptaker, y basada en la elogiada novela de Becky AlbertalliCon amor, Simon es una historia divertida y con corazón sobre el final de la adolescencia y la emoción de descubrirse a uno mismo y enamorarse.

Con amor, Simon ha sido adaptada de la novela juvenil de Becky Albertalli Yo, Simon, homo sapiens. Publicada en enero de 2012, la obra ganó el Premio William C. Morris a la Mejor Primera Novela para Jóvenes del Año y fue incluida en la Lista de candidatos al Premio Nacional del Libro. Albertalli nunca imaginó que su libro sería publicado; menos aún que se convirtiera en un galardonado éxito de ventas y, ahora, en una importante película: “Cuando escribí el libro, yo era psicóloga”, dice. “Mi hijo tenía entonces un año; ahora tiene cuatro. Yo escribía a la hora de su siesta. Yo siempre había querido escribir un libro, y decidí hacer una prueba. No sé de dónde surgió la idea de la trama, pero los personajes habían estado rondándome por la cabeza desde hacía algún tiempo. Tenía la imagen de un muchacho homosexual de pelo revuelto, vestido con una sudadera con capucha, y ésa resultó ser la de Simon. He trabajado mucho con jóvenes que se identifican como LGBTQ o como disidentes en cuanto a sexo, y sin duda son algunas de las personas más valientes que jamás haya conocido. Como psicóloga, soy concienzudamente cuidadosa para no tomar prestadas las historias de mis clientes para mis obras de ficción; pero, en general, me inspiran mucho todos los adolescentes a los que he tenido la suficiente fortuna de conocer y trabajar con ellos”

El productor Wyck Godfrey y Marty Bowen, su socio en Temple Hill Entertainment, se han convertido en expertos en el reconocimiento de obras literarias que resultan ideales para su adaptación a la pantalla. Habiendo producido la fenomenalmente exitosa serie Crepúsculo y las adaptaciones de Bajo la misma estrella y El viaje más largo, vieron las posibilidades del relato de Albertalli para la gran pantalla.

“Producimos muchas películas para el sector del público joven”, dice Godfrey. “Cada vez tratamos de hallar algo nuevo, diferente y original que dé la sensación de no haber sido realizado antes. Y, fundamentalmente, nunca habíamos visto una comedia romántica de instituto cuyo protagonista sea un adolescente homosexual. Y eso era lo que tenía el libro: lo leímos todos y dijimos: ‘¡Dios mío! ¡Nadie ha hecho esto!’ Sencillamente, nadie ha realizado abiertamente y sin reparos una película sobre un muchacho que está atravesando el proceso por el que pasa cada individuo gay: el de entender su identidad y cuándo debe salir a la luz. Ni lo ha escenificado sobre el fondo de un romance grande y misterioso según va desarrollándose en Internet con un tipo anónimo. Y el libro era desternillante. Y el personaje de Simon era de una clase tan seductora, adorable y abrazable que pensamos que era digno de desarrollarse”.

“Mis primeras conversaciones con ellos me convencieron de que entendían a estos personajes y la historia que trataban de contar”, confirma Albertalli. “Tenían sensibilidad hacia el espíritu del relato. Alguien dejó caer el nombre de John Hughes: el humor y el corazón de sus películas, y el esfuerzo por alcanzar ese equilibrio. ¡Yo supe que querían hacer una película que hubiera sido mi favorita en mi adolescencia!”

“Como alguien que creció a base de películas de John Hughes, esa era para mí la piedra de toque”, reconoce Godfrey. “Cuando le lancé la idea al estudio, dije: ‘Es algo parecido a Dieciséis velas pero en vez de Molly Ringwald, hay un chico. Y Jake Ryan sigue siendo Jake Ryan’. Fue como coger esa adorada película y contextualizarla para que entendieran qué era lo que iba a hacerla diferente. Para mí, es un encuentro entre John Hughes y John Green. Es una excelente mezcla de unos personajes clásicos de instituto y con los que se puede uno identificar fácilmente, ambientada en un mundo divertido y optimista: lo que John Hughes hacía tan bien cuando yo estaba creciendo pero que también tiene eco entre el público joven de hoy en día”.

“Creo que si John Hughes hubiera seguido realizando su serie de películas de instituto no habría sido más que cuestión de tiempo que hubiera roto aquellas barreras y rodado una película como ésta”, comenta Marty Bowen. “Así que de una forma extraña esta película participa tanto del legado de John Hughes como cualquier otra cosa, incluida Temple Hill”.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Fox 2000 Pictures, Temple Hill Productions, 20th Century Fox. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.