Vicente DíazSi las producciones de Luc Besson gozan de un sello de identidad reconocible, en el caso de Colombiana se hace todavía más evidente la influencia del cineasta galo, ya que en esta producción internacional protagonizada por Zoe Saldana son evidentes los ecos de Nikita y El profesional (Léon).
Dirigida por el director de cine con el nombre más contundente del mundo, Olivier Megaton, Colombiana centra su promoción, y prácticamente todo el peso de la película, en el protagonismo de la actriz Zoe Saldana, la heroína extraterrestre del gran éxito Avatar (James Cameron, 2009).
Si en aquella ocasión el célebre cineasta canadiense escogió a la actriz por su aspecto y modos felinos, Colombiana se alza como una nueva celebración de la mujer-gato, con una Zoe Saldana interpretando a una asesina silenciosa e implacable, capaz de colarse en cualquier sitio, con un carácter arisco y solitario y una imagen que refleja al mismo tiempo elegante delicadeza y espíritu agresivo.
Si exceptuamos la explotación del romance entre Zoe Saldana y la cámara, Colombiana se reduce a un entretenido film de acción, bastante irregular en su puesta de escena, que alterna secuencias interesantes como el asesinato en una comisaría con momentos poco llamativos, como es el caso de su decepcionante desenlace. Por lo demás, la película resulta especialmente floja en lo relativo al guión escrito por Luc Besson y Robert Mark Kamen.
El problema de dicho guión no es sólo que la historia sea un refrito de El profesional y Nikita, con diálogos y escenas prácticamente idénticas, sino que también resulta demasiado simple, y la lógica de su desarrollo es, cuanto menos, discutible.
Las partes más intensas de Colombiana, además, se acumulan en el planteamiento de la película, cuyo nudo y desenlace tienen tan poco peso como la inane historia de amor entre la asesina y un pintor.
Los personajes, en teoría gente curtida en el mundo del crimen, se muestran incompetentes y no muy brillantes a la hora de calibrar las consecuencias de sus actos, incluyendo a la protagonista, de lejos el personaje más avispado de una función donde los malos casi resultan tan estúpidos como los de Solo en casa.
Son las pocas luces de los villanos las que hacen que a la asesina protagonista casi todo le salga bien todo en todo momento -algo similar a lo que sucede en Ocean´s Eleven (Steven Soderbergh) y sus secuelas-, eliminándose en gran parte la tensión narrativa.
Alrededor de Zoe Saldana gravitan otros actores con personajes de escasa entidad, incluyendo a un Jordi Mollà tan pasado de rosca como de costumbre, y que aquí encarna a un secuaz con poca presencia amenazadora y con más pinta de cuñado borrachín que de asesino sanguinario.
Sin que tenga por qué ser algo realmente malo, Colombiana no es más ni menos que un film fetichista con fijación por Zoe Saldana, heredera del atractivo letal que derrochaba en 1990 Anne Parillaud con La Femme Nikita.
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Guzmán Urrero
