Con una frecuencia cada vez menor, aparecen en librerías de viejo y puestos callejeros aquellos tebeos de La Pantera Negra ‒así se titulaban‒ que publicó Ediciones Vértice en blanco y negro, a fines de los setenta. Cada vez que los veo, vuelven a mi recuerdo aquellas lecturas africanas de sábado por la tarde, en las que alternaba las aventuras de Kalar, dibujadas por el español Tomás Marco Nadal, con las tempranas peripecias de T’Challa, rey de Wakanda, oculto tras la máscara de Pantera Negra,
Supongo que ha sido inevitable volver a ser el niño que fui ‒y que guardaba esos tebeos como un tesoro‒ a la hora de reencontrarme en una sala de cine con este superhéroe que, vayan a saber por qué, me atrajo tanto en la infancia.
Para qué engañarles. Asisto a la proyección del film de Ryan Coogler (Creed) con esa nostalgia a cuestas, y aunque la película es más vistosa y colorista que aquellos cómics de Vértice, me ayuda a revivir la diversión que experimentaba al leerlos. Y esto es algo que no me ha pasado con otras películas Marvel, empeñadas en acomodarse al humor y el cinismo posmoderno de nuestra época.
Este Black Panther opta por el clasicismo aventurero. Se toma al héroe y a los demás personajes en serio, y los ubica en el territorio que les corresponde: la ciencia-ficción tradicional, las novelas pulp (dentro del subgénero de «reinos perdidos» que tanto gustaba a Edgar Rice Burroughs) y los relatos de espionaje de toda la vida. El resultado es una película de superhéroes de manual: bien contada, con una puesta en escena espectacular y unas interpretaciones sólidas.
Esta perfecta mezcla de fantaciencia y utopía africana podría parecer tan lisérgica y kitsch como aquella corriente afrofuturista que dio lugar a productos como Space is the Place (1974). Sin embargo, uno entra en el relato y en su ambientación olvidando ese prejuicio, y descubriendo que Ryan Coogler se acoge a dos subgéneros que no pierden actualidad: la fantasía heroica y las ficciones al estilo James Bond.
En líneas generales, la película asume las convenciones del cómic (con referencias estéticas a su creador, Jack Kirby, o algún homenaje directo a la etapa de Don McGregor), y refina sus mejores cualidades, aunque también se toma ciertas libertades con algunos personajes. En todo caso, los seguidores del superhéroe wakandiano encontrarán aquí algunas imágenes icónicas del tebeo que lucen en pantalla como es debido.
Chadwick Boseman, en la piel de T’Challa, inyecta dignidad a su personaje, y proyecta un magnetismo que también es propio de sus enemigos: el criminal afrikáner Ulysses Klaue (un soberbio Andy Serkis) y el memorable y trágico Erik Killmonger (Michael B Jordan). Para reforzar el elenco, arropan al héroe secundarios muy bien construidos, como su madre (Angela Bassett) y su hermana Shuri (Letitia Wright), que viene a ser el «Q» de este Bond africano. También sobresalen la agente Nakia (Lupita Nyong’o), el consejero Zuri (Forest Whitaker) o el jefe de la tribu W’Kabi (Daniel Kaluuya, protagonista de Déjame salir), quien tiene una historia de amor con la guerrera Okoye (Danai Gurira, es decir, Michonne en The Walking Dead). Completa el elenco el agente de la CIA Everett Ross (Martin Freeman), que es la única figura principal que sirve de vínculo con el resto del universo cinematográfico de Marvel.
Sin necesidad de subrayar su discurso, el film introduce reflexiones sobre la situación de África, el destino de los afroamericanos y los compromisos internacionales que son más urgentes en nuestra época. Ello no interrumpe en modo alguno una aventura vibrante y espectacular, que evita el exceso de humor o el cinismo y opta por recuperar ese concepto tan manoseado que es «el espíritu original de los cómics».
Black Panther es una sensacional película de superhéroes, y decir eso, a estas alturas en las que el subgénero ha proliferado hasta el exceso, ya es decir mucho.
Sinopsis
Black Panther cuenta la historia de T’Challa quien, después de los acontecimientos de Capitán América: Civil War, vuelve a casa, a la nación de Wakanda, aislada y muy avanzada tecnológicamente, para ser proclamado Rey. Pero la reaparición de un viejo enemigo pone a prueba el temple de T’Challa como Rey y Black Panther ya que se ve arrastrado a un conflicto que pone en peligro todo el destino de Wakanda y del mundo.
El guionista y director Ryan Coogler es conocido por su estilo íntimo basado en los personajes, que lo catapultó a la vanguardia del cine independiente en 2013 con su fascinante y galardonado drama Fruitvale Station, protagonizado por Michael B. Jordan. La siguiente película de Coogler fue Creed: La leyenda de Rocky, que volvió a protagonizar B. Jordan junto a Sylvester Stallone y que consolidó su reputación de realizador que maneja con éxito un material complicado y con múltiples capas.
«Ryan Coogler es un realizador alucinante», comenta el productor Kevin Feige. «Ya ha dirigido dos películas que, estoy convencido, que resistirán el paso del tiempo. El hecho de que estuviera tan entusiasmado como nosotros en hacer esta historia fue increíble. Sus primeros pensamientos e ideas nos cargaron de razones sobre las posibilidades que tenía la película».
Chadwick Boseman, que retoma el papel de T’Challa/Black Panther después de su primera aparición en Capitán América: Civil War, nos cuenta por qué su personaje resulta tan atractivo. «T’Challa es inteligente. Es un estratega y eso siempre me ha llamado poderosamente la atención, incluso en los cómics», dice el actor. «Es un líder mundial y eso conlleva la responsabilidad de regir los destinos de toda una nación y situarla en el mundo. Esa una tarea que no suelen asumir otros Superhéroes, pero además debe mantener su legado. Es una combinación muy interesante».
El personaje Black Panther de Marvel hizo su debut en el mundo del cómic en el número 52 de Fantastic Four Vol. 1, publicado en 1966.
Filmado en Pinewood Studios en Atlanta y Busan, Corea del Sur, el rodaje de Black Panther arrancó en enero de 2017 y concluyó el 20 de abril de 2017.
Mientras se preparaban para llevarlo a la gran pantalla, los realizadores y el equipo de producción comprendieron que el mundo de Wakanda tenía un enorme potencial sin explotar. Dentro de la mitología de Marvel, la nación africana aparentemente empobrecida de Wakanda es, de hecho, la cuna del vibranium, un metal precioso. Y esta característica da pie a abundantes tecnologías, conocimientos, riquezas y poder. Detrás de la máscara de Wakanda se vislumbra una cultura futurista y sobrenatural profundamente arraigada en la tradición africana.
La mayoría de los sets de Wakanda se construyeron en platós de Atlanta, incluido el Consejo Tribal; el Grupo de Diseño Wakandiano, el laboratorio de Shuri para la investigación y desarrollo del vibranium; el antiguo Salón de Reyes subterráneo; y sobre todo Warrior Falls (inspirado en el majestuoso Oribi Gorge de Sudáfrica), el núcleo ceremonial de las veneradas tradiciones de Wakanda.
Provista de una abundante investigación, la diseñadora de producción Hannah Beachler mantuvo sesiones maratonianas con Ryan Coogler, en las que compartieron fotos e inspiraciones de sus visitas a África. Gracias a esta colaboración, Beachler pudo interiorizar el canon de los cómics de Kirby, al tiempo que abarcaba el significado de esta nación africana tecnológicamente avanzada.
La siguiente capa para dar vida a Wakanda en la pantalla grande fue tarea de la veterana diseñadora de vestuario Ruth Carter, quien en colaboración con el diseñador de maquillaje de efectos especiales nominado al Premio de la Academia® Joel Harlow, capturaría el corazón y el alma de las gentes de Wakanda.
Uno de los objetivos principales de Carter era que sus diseños estuvieran imbuidos de las tradiciones africanas apropiadas y al mismo tiempo elevarlos para reflejar los elementos fantásticos inherentes a la misteriosa cultura wakandiana. Trabajó estrechamente con el equipo de diseño de producción para desarrollar una paleta de colores complementaria repleta de tonalidades y patrones africanos vibrantes. Su gran objetivo era capturar la tradición africana y entretejerla en el paisaje visual y en la narración.
Resumiendo, el director Ryan Coogler declara: «La idea de hacer realidad una historia y unos personajes como estos, al tiempo que se abordan algunos de los problemas humanos que hacen que Black Panther sea un tipo normal, fue tremendamente emocionante. Lo que más deseo es compartir la historia de Black Panther con el público y comprobar el impacto que les produce. Y especialmente, ver cómo impacta en los niños pequeños, como él que yo era cuando conocí el personaje en los cómics».
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