Guzmán UrreroPara ser un buen guionista hay que ponerse límites. En el cine, los límites no sólo se refieren a lo que conviene narrar o no. También sirven para modular cada sorpresa y cada intriga, o por citar un ejemplo trivial, para decidir cómo el villano de turno consumará su anhelada venganza.
J.K. Rowling ya ha demostrado que es una eficacísima e imaginativa novelista. Pero me temo ‒y espero no enfadar a sus admiradores‒ que esas dotes no se traducen a su escritura para el cine. Al adaptar la saga de Harry Potter, tuvo el buen criterio de ceder sus personajes a un guionista profesional: Steve Kloves. Es una verdadera lástima que, a la hora de abordar las precuelas, haya decidido ser ella quien se ocupe de esa labor. Lo demuestra el hecho de que Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald evidencie sus mayores problemas en ese apartado. Para entendernos: es un buen producto comercial, con un guión deshilvanado, predecible y demasiado expositivo.
Por suerte, en la narrativa audiovisual, la trama y los diálogos no lo son todo. La armonía de un film no depende por completo de su guión literario ‒que se lo digan a George Lucas‒, y por eso mismo, esta película agradará a los fans de Rowling a pesar de ese defecto que acabo de mencionar: una historia que gira una y otra vez sobre sí misma, reiterando elementos ya conocidos y acumulando clichés sin ningún reparo.
Sobreponiéndose a ese escollo inicial, en Los crímenes de Grindelwald el sentido de la maravilla aflora aquí y allá, muchas veces en segundo plano, gracias a una espléndida dirección artística, a una detalladísima ambientación y a unos brillantes efectos especiales.
Por otro lado, David Yates es un artesano solvente, capaz de llevar a buen puerto este proyecto y de disimular la escasa habilidad de Rowling. En realidad, nos encontramos ante una de esas raras situaciones en las que los valores de producción evitan el naufragio creativo.
No es casual que el film, dejando aparte su exuberancia visual, también cuente con un reparto sólido ‒con Jude Law como Albus Dumbledore y un siniestro Johnny Depp, que no esconde una evidente mezcla de Magneto, líder nazi y rockero a lo Marilyn Manson‒. Esa elección del elenco fue una de las bazas de la saga original, y está claro que los productores repiten aquí lo que ya funcionó en su día. No obstante, he de reconocer que los protagonistas masculinos (esos inadaptados a los que encarnan, con todos los tics posibles, Eddie Redmayne y Ezra Miller) me resultan mucho más cargantes que los femeninos (Katherine Waterston, Alison Sudol, Zoë Kravitz y Claudia Kim), pero esto ya es cuestión de gustos.
Obviamente, llega un momento en que Yates no puede ir más allá, porque le falta el sustento narrativo para imponerse. Quizá estaríamos diciendo otra cosa si el guión llevara la firma de Kloves o de Michael Goldenberg, que en su día supieron sacar bastante más partido de todo este universo de magia y aventura.
Sinopsis
La historia arranca en 1927, unos meses después de que Newt ayudara a destapar y capturar al infame mago oscuro Gellert Grindelwald. Sin embargo, tal y como prometió que lo haría, Grindelwald logró escapar de forma espectacular y ha estado reuniendo a más seguidores para su causa: el alzamiento de los magos sobre cualquier ser no mágico. El único que podría ser capaz de detenerle es el mago, a quien en su día consideraba su mejor amigo, Albus Dumbledore. Pero Dumbledore necesitará la ayuda del mago que una vez frustró los planes de Grindelwald, su antiguo alumno Newt Scamander. La aventura reúne a Newt con Tina, Queenie y Jacob, pero su misión también pondrá a prueba la lealtad del grupo al enfrentarse a nuevos peligros en un mundo mágico cada vez más peligroso y dividido.
El oscarizado Eddie Redmayne (La teoría del todo) protagoniza una vez más al magizoólogo Newt Scamander; junto con Katherine Waterston en el papel de la Auror Tina Goldstein; Alison Sudol como su hermana, Queenie Goldstein; y Dan Fogler como Jacob Kowalski, el único No-Maj de este cuarteto.
El nominado al Oscar Johnny Depp (Piratas del Caribe, Descubriendo Nunca Jamás) encarna a Gellert Grindelwald: el poderoso mago oscuro de la película. El nominado al Oscar Jude Law (El talento de Mr. Ripley, Cold Mountain) interpreta a Albus Dumbledore ‒uno de los personajes más queridos de J.K. Rowling‒ décadas antes de convertirse en el director de Hogwarts.
Credence, cuyo destino era incierto al final de la primera película, regresa misteriosamente y está protagonizado por Ezra Miller. Zoë Kravitz interpreta a Leta Lestrange, que apareció en una foto como una mujer del pasado de Newt; Callum Turner es el famoso Theseus Scamander, un Auror y héroe de guerra, que a su vez resulta ser el hermano mayor de Newt; y Claudia Kim interpreta el papel de una joven que aparece por primera vez como la atracción destacada en un circo mágico.
El elenco de actores también incluye a William Nadylam como el mago conocido como Yusuf Kama; Ingvar Sigurdsson como el cazarrecompensas Grimmson; Ólafur Darri Ólafsson como Skender, que dirige el circo mágico; y Kevin Guthrie como Abernathy, a quien conocimos como el jefe de Tina y Queenie en MACUSA (Congreso Mágico de Estados Unidos).
El equipo creativo entre bastidores que colabora con David Yates está encabezado por el oscarizado director de fotografía Philippe Rousselot (El río de la vida); el diseñador de producción tres veces ganador al Oscar Stuart Craig (El paciente inglés, Las amistades peligrosas, Gandhi, las películas de Harry Potter), el montador tres veces ganador a los premios BAFTA Mark Day (las últimas cuatro películas de Harry Potter, La sombra del poder), la diseñadora de vestuario y cuatro veces ganadora del Oscar Colleen Atwood (Animales fantásticos y dónde encontrarlos, Chicago, Memorias de una geisha, Alicia en el país de las maravillas), el oscarizado supervisor de efectos visuales Tim Burke (Gladiator, las películas de Harry Potter), y el supervisor de efectos visuales nominado al Oscar Christian Manz (Harry Potter y las Reliquias de la Muerte – Parte 1).
El rodaje de esta nueva aventura tuvo lugar en los estudios Leavesden de Warner Bros. que ha sido el hogar cinematográfico del mundo mágico desde la primera película de Harry Potter.
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Hernán Migoya
Vicente Díaz
