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«Contra la democracia», de Jason Brennan

Aunque en el mundo occidental nos rige el libre acuerdo entre ciudadanos, expresado en constituciones democráticas, se advierte en muchos votantes un entumecimiento de la sensibilidad, sobre todo entre aquellos que desconocen los cimientos de la política ‒la historia, el derecho, la filosofía…‒ y que, sin embargo, se han acostumbrado a hablar a la altura del experto, entregándose a la charla interminable de internet con un buen arsenal de tópicos, confusiones y noticias falsas.

En este magnífico ensayo, Jason Brennan, se alarma ante el ruido y la furia que empieza a surgir de esa masa de votantes cuya politización ‒o en otras palabras, su extremismo de hooligans‒ alcanza la misma intensidad que su ignorancia. Una ignorancia que, en demasiados casos, no depende tanto de la incultura como de la voluntad de no saber.

¿Qué origina ese nuevo perfil de activistas empeñados en dibujar el mundo a fuerza de consignas y desprecio al contrario? Como explica el propio Brennan, no se trata de un problema nuevo, y de hecho, grandes pensadores del pasado se preocuparon por esa politización de quien no comprende la política. Sucede que, en la actualidad, los nuevos medios de información canalizan mucho mejor la pólvora partidista, y unos clics rápidos en los hipervínculos adecuados ‒o un scrolling por las redes sociales‒ funcionan como el perfecto catalizador de la ira.

Obviamente, este asunto va mucho más allá de la contienda que se produce online. Los beneficios informativos que uno recibe de internet no son pocos, y sería demasiado simplista aislar el problema en las noticias falsas de Facebook o en los tuits de los manipuladores profesionales. En realidad, como se encarga de explicar Brennan, la clave es que nos afectan varios sesgos cognitivos ‒el de confirmación, el de disconformidad, el motivado, el intergrupal, el de disponibilidad o el de actitud previa, por no hablar de la presión social y la autoridad‒. Y el conjunto de esos sesgos, fatalmente combinado, nos lleva a rechazar evidencias o argumentaciones, a mantener creencias reconfortantes y a demonizar a quienes, simplemente, no pertenecen a nuestra tribu política.

«Teniendo en cuenta lo poco que saben los votantes ‒escribe el autor‒ y lo mal que procesan la información, no es sorprendente que las democracias opten a menudo por malas políticas. Pero dado lo poco que saben los votantes y lo mal que procesan la información, es sorprendente que las democracias no funcionen aún peor de como lo hacen».

En este apasionante y perturbador estudio del proceso político y de las relaciones del electorado con los partidos, Jason Brennan nos plantea las consecuencias que surgen de nuestra propia irresponsabilidad como votantes. Elocuente, lleno de referencias históricas, filosóficas y psicológicas, su libro derriba supersticiones y mitos en torno a la democracia, un sistema que no ha de medirse por su valor intrínseco, sino por sus resultados: más eficaces y más justos.

Aunque uno pueda sentirse incómodo ante algunas de sus conclusiones, Brennan explora temas en los que pocos politólogos profundizan. Temas que tienen un significado ético de extraordinaria importancia. De hecho, depende de ellos nuestro bienestar y nuestra propia libertad.

Sinopsis

Con frecuencia damos por sentado que la democracia es la única forma justa de gobierno y creemos que es honesto y de sentido común que todos tengamos derecho a voto. Este libro demuestra que esto no es así.

Con una lógica implacable, Jason Brennan afirma que la democracia se valora sólo por sus resultados y que éstos no son buenos. El votante medio suele estar mal informado o ignora la información política básica, lo que hace que apoye medidas políticas y candidatos con los que en realidad no está de acuerdo, o incluso, van en contra de sus propios intereses. A menudo también ocurre que la participación en la deliberación política nos vuelve más irracionales, sesgados y crueles.

En contra del pensamiento mayoritario, Brennan considera que una buena solución a estos problemas sería experimentar con lo que llama «epistocracia»: el poder de los que saben. Pero no se trata de eliminar los derechos políticos universales para entregárselos a una pequeña élite de sabios. Su propuesta se basa en asumir que quizá resultaría más eficiente dar un poder político –de voto– distinto a cada persona. Éste se establecería en función de los conocimientos, la capacidad para comportarse de manera racional y el compromiso con el interés general.

Contra la democracia es una demoledora pero sensata crítica de las democracias verdaderas y un conjunto de poderosos argumentos basados en los datos y las ciencias sociales. Pero es, además, una magnífica y polémica obra que pretende hacernos pensar más allá de las convenciones y lo políticamente correcto.

Jason Brennan es profesor asociado en la escuela de negocios McDonough de la Universidad de Georgetown, en el área de Estrategia, Economía, Ética y Políticas Públicas, y profesor de investigación en el Centro para la Filosofía de la Libertad y el Departamento de Economía Política y Ciencias Morales de la Universidad de Arizona.
Sus temas de investigación abarcan, entre otros, la economía política, el comportamiento del votante y la ética del voto, la libertad política, la teoría democrática, la virtud cívica, el comercio y la ética, y los abusos de poder.

Es autor de nueve libros que tratan sobre estas materias y que han sido traducidos a diez idiomas.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.