Guzmán Urrero
Asiste uno fascinado, como le sucederá a casi cualquier lector, al repertorio que nos ofrece Nuccio Ordine. Un breviario de textos clásicos, comentados por alguien que ha leído mucho y que agradece las lecciones recibidas con una perspicacia y una claridad asombrosas.
Hemos diseñado un mundo en el que, ante las coacciones que impone un futuro globalizado y robótico, la enseñanza se diseña a la medida del mercado. Es decir, podando todo aquello que escapa a una lógica utilitaria. Una lógica que acaba condicionando a la producción cultural ‒el éxito se cuantifica mediante la venta de entradas o de ejemplares‒ y que, sin embargo, no tiene en cuenta todo aquello que los ciudadanos necesitan para refinar sus conocimientos y ampliar su pensamiento crítico.
Convencido de que, incluso en esta era de píxeles y microconductores, los saberes humanísticos son un patrimonio insoslayable, Ordine apuesta en esta obra por virtudes que deberían ser contagiosas. A saber: la creatividad, la curiosidad, el asombro, el buen juicio, el amor por el conocimiento, la comprensión del pasado y el afán por atesorar todo eso que, en un libro anterior, él llamó «la utilidad de lo inutil». O en otras palabras, la belleza desinteresada.
Es muy probable que esta colección de miniaturas sea disfrutada por una parte de los lectores de forma aleatoria o caprichosa, como quien revisa los estantes y decide concentrarse en uno más que en otro. La segunda posibilidad es recorrerla de principio a fin, tal y como la diseña Ordine, acariciando cada volumen de esa biblioteca ideal en la que hallamos fragmentos de novelas, relatos y poemas inolvidables.
Todas estas referencias, con sus comentarios correspondientes, aparecieron originalmente en el semanario «Sette», del Corriere della Sera. Pero antes de llegar a la letra impresa, fueron dirigidas por el autor a sus alumnos, a modo de botellas de náufrago. O sea, con la idea de que quien leyera su contenido pudiese emprender una búsqueda vital o una aventura impredecible.
De hecho, la experiencia de la lectura es entendida aquí como un placer, pero también como un ejercicio moral, que nos brinda la sabiduría necesaria para ser verdaderamente libres y encontrar la mejor versión de nosotros mismos.
Shakespeare, Ariosto, Platón, Goethe, Borges, Saint-Exupéry, Zweig, Flaubert, Maupassant… Cada autor nos interpela y nos exige el esfuerzo ‒menor o mayor‒ de adentrarnos en su mundo, tomando el relevo de otros que ‒no importa si ayer o hace cien años‒ también sostuvieron esos libros y encontraron en ellos el reflejo de la felicidad.
Sinopsis
«Que otros se jacten de las páginas que han escrito; | a mí me enorgullecen las que he leído», decía Borges. Y es que los buenos libros nos transforman; un pasaje, por breve que sea, puede despertar la curiosidad del lector y animarlo a leer una obra que cambie su vida para siempre. He ahí el poder de la literatura, que no sólo nos abre horizontes, sino que deposita en nosotros, de manera lenta pero constante, la clave para entender la vida. Llevado por esta idea, Nuccio Ordine nos invita en Clásicos para la vida a descubrir o recordar a algunos de los clásicos de todos los tiempos, maestros de innumerables generaciones: Platón, Rabelais, Shakespeare, Cervantes, Goethe, Rilke… Pues para el autor la enseñanza, la educación, constituyen una forma de resistencia a las omnipresentes leyes del mercado, a la mercantilización de nuestras vidas, al temible pensamiento único.
Nuccio Ordine (Diamante, 1958) es profesor de Literatura italiana en la Universidad de Calabria y autor de diversos libros, varios de ellos sobre Giordano Bruno. Ha sido profesor visitante de centros como Yale, Paris IV-Sorbonne, CESR de Tours, IEA de París, el Warburg Institute o la Sociedad Max Planck de Berlín. Es también miembro del Harvard University Center for Italian Renaissance Studies y de la Fundación Alexander von Humboldt, así como miembro de honor del Instituto de Filosofía de la Academia Rusa de Ciencias y caballero de la Legión de Honor francesa en 2002. En Acantilado ha publicado La utilidad de lo inútil y Clásicos para la vida.
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