Siempre anda por ahí un loco delirante que pretende dominar el Universo. En el caso de esta película se llamaba Roxor. Un papel interpretado por Bela Lugosi. En su camino se cruza un hombre que, en su vida normal, se llamaba Frank Chandler. Tras convivir durante tres años con los yoguis en la India, regresa dotado grandes conocimientos sobre la hipnosis y otras habilidades mecánicas y psíquicas.
Como Superman o El Hombre Enmascarado adopta una nueva personalidad. Con el nombre de «Chandú el Mago» se enfrentará a Roxor y recuperará el rayo de la muerte con el que pretendía hacerse dueño del universo.
La película fue dirigida por Marcel Varnel, un director de operetas francés que dirigió en Broadway varios musicales, antes de trabajar para Hollywood, donde no cuajó. Desarrolló su carrera en Inglaterra.
Con él trabajó William Cameron Menzies –su participación es quizás lo más interesante de la película‒. Un inventor y un creador original, ligado inicialmente a las vanguardias, que se ocupó de la dirección de arte y el diseño de producción, una profesión a la que dio nombre.
La película adapta un serial radiofónico de gran éxito cuyas grabaciones se conservan. Son fantásticas.
El guión fue obra de Philip Klein y de Barry Conners, un abogado convertido en actor y, más tarde, reconvertido en autor teatral cuando le pusieron en la lista negra por colaborar con el Movimiento de las Ratas Blancas, una asociación que pretendía mejorar las condiciones trabajo de los actores sometidos a las imposiciones mafiosas de un monopolio de productores teatrales.
Además de Lugosi en el papel del malvado Roxor, Edmund Lowe interpretó el personaje de Chandú. Lowe era un actor procedente del vodevil y superviviente del cine mudo. Una bellísima Irene Ware le daba la réplica como la princesa egipcia Nadji.
Para disfrutare este fin de semana.
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