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«Batman y el Guante Negro» (2007-2008), de Grant Morrison

En Gotham City existen barrios que sólo Grant Morrison se atrevió a recorrer. Desde sus tiempos en 2000AD –les hablo de mediados de los ochenta–, Morrison se caracterizó por una tensa disciplina de psiquiatra para explorar la mente de los superhéroes. Sólo así se explican títulos como Arkham Asylum (1989).

Aquella novela gráfica, cuyo subtítulo, A Serious House on Serious Earth, estaba tomado de un poema de Philip Larkin, introdujo en la ecuación del Hombre Murciélago variables como el desdoblamiento de personalidad, la paranoia, y por supuesto, los arquetipos junguianos, que dan mucho juego cuando hablamos de figuras como Joker o el propio Bruce Wayne.

Con El Guante Negro (Batman vol. 1, nº 667-669, agosto-octubre de 2007, y nº 672-675, febrero-mayo de 2008) y su continuación, Batman R.I.P., Morrison agita el universo de Batman con otras amenazas: la mortalidad, las alucinaciones y los efectos psicológicos de su actividad secreta.

Cuando el editor Peter Tomasi le propuso hacerse cargo del proyecto, Morrison diseñó una conspiración extraordinaria contra el Hombre Murciélago. Una amenaza muy superior, densa e imponente a las muchas otras que había superado el héroe a lo largo de su carrera, con un villano imponente, el pérfido Doctor Hurt.

«Por eso –escribe el guionista escocés– decidí enfocar todo el pasado editorial de Batman como los acontecimientos que conforman la extraordinariamente vívida existencia de un hombre. Aquella era, para mí, la historia que aún no se había contado; la historia del modo en que esa vida podría incluir toda la trayectoria de Batman como personaje, desde los años 30 hasta la primera década del siglo XXI. La historia de lo que esa vida podría hacer con la mente de un hombre. Y la historia de un villano definitivo, capaz de explotar todo ese pasado como un medio para destruir al Hombre Murciélago. Sería un relato de malévolos planes desarrollados durante años, la historia del genio criminal definitivo, del más siniestro e inesperado enemigo de todos, del malvado manipulador conocido como el Guante Negro».

Pero vayamos por partes, porque aún queda mucha tela que cortar. Además, dado que en el volumen que presentamos no concluye el drama, será mejor que nos detengamos en otros detalles y reservemos para un futuro comentario la identidad del Guante Negro.

La isla del señor Mayhew, primer relato de esta entrega que nos ocupa, viene a ser una historia detectivesca a lo Agatha Christie, pero con una peculiaridad: los personajes a quienes acosa un asesino en la soledad de una isla son los excéntricos justicieros –¿o debería decir imitadores de Batman?– que forman el Club de Héroes.

En realidad, se trata de los Batman internacionales (Batmen of All Nations) que surgieron en el nº 215 de Detective Comics (enero de 1955), y que a Morrison le sirven para sondear antiguos avatares del héroe, propios de un tiempo más ingenuo y disparatado, en el que los tonos grises y los claroscuros aún no habían invadido su horizonte moral.

Los siguientes relatos, hasta llegar a El demonio de nueve ojos, proponen un lento descenso a los infiernos, a lo largo del cual Batman revisa sus orígenes y encuentra nuevas coartadas para su alucinada y alucinante cruzada contra el mal.

No me olvido de la conspiración que antes mencionaba. Poco a poco, la realidad del héroe va distorsionándose, anunciando ese desenlace que no presagia nada bueno, pero que va hilvanando los detalles que Morrison arroja a lo largo del camino.

«Este es el fin de Bruce Wayne como Batman», llegó a decir el guionista en 2008. Tras esa sentencia se ocultan muchas dudas. Acaso sea cierto que la suerte del Hombre Murciélago va agotándose, pero ¿qué hay detrás del Guante Negro? ¿Y por qué el Departamento de Policía de Gotham ha adiestrado en secreto a sus hombres para que sustituyan a Batman en caso de que él fallezca? ¿Puede confiar Wayne en el afecto de Jezebel Jet? ¿Hay algo de lo que un criminal como Joe Chill pueda arrepentirse con sinceridad? ¿Y por qué el lisérgico y estrafalario Batmito aparece aquí y allá como si fuera un coro griego?

Evitemos las revelaciones. Pero quédense con esta idea: Grant Morrison convierte Gotham en una metrópolis amenazadora y fascinante, en la que casi nadie debería someterse al detector de mentiras.

Sinopsis

En una recóndita isla caribeña, Batman y Robin se reencuentran con los integrantes del mítico Club de Héroes. Convocados por John Wayhew –fundador de la organización–, los invitados a la inesperada reunión se convertirán en testigos ¿y víctimas? de un inquietante plan. De regreso a Gotham, el Cruzado de la Capa tendrá que enfrentarse a un individuo que, vistiendo un atuendo similar al suyo, está sembrando el terror en la comisaría de policía. Enigmáticos acontecimientos, relacionados con la irrupción del Doctor Simon Hurt y la organización criminal conocida como El Guante Negro…

J.H. Williams IIIBatwoman– y Tony DanielJóvenes Titanes– plasman en forma de viñetas los guiones de un Grant Morrison empeñado en revitalizar el mito del Caballero Oscuro.

Copyright del texto © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de sinopsis e imágenes © DC Comics, Planeta DeAgostini. Cortesía del Departamento de Prensa de Planeta DeAgostini. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.

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