Hablar de Batman y de Spawn es hablar de dos de los personajes más reconocibles y populares en el mundo de los superhéroes. Ambos triunfaron en la década de los 90, en medio de una ola de titanes oscuros y atormentados. No en vano, el primer número de Spawn (mayo de 1992) coincidió con la etapa en que el veteranísimo Batman ya había adoptado su apariencia actual: la de un justiciero nocturno con más pesadillas que esperanzas.
En 1994, los seguidores de ambos personajes pudieron disfrutar del tan esperado crossover en un solo número: Batman/Spawn: Guerra diabólica. Este cómic, escrito por Doug Moench, Chuck Dixon y Alan Grant, y con el arte de Klaus Janson, llevó a los lectores a un viaje lleno de acción y misterio, que hoy conserva esa estética tan típica y distintiva de los noventa.
La historia tiene lugar poco después de que Al Simmons regrese como Spawn, cuando aún está recuperando fragmentos de su memoria. Al mismo tiempo, Batman se encuentra en busca de una persona de interés mutuo, alguien que Simmons recuerda. Con una premisa oscura, que involucraba a dos héroes inmensamente populares, no debe sorprendernos que este cómic se agotara rápidamente cuando se publicó por primera vez.
Desde la primera página, el lector se sumerge en una historia interesante que entrelaza la trama principal con el misterio real de la desaparición de la colonia de Roanoke en 1590, donde la palabra «Croatoan» fue la única pista visible y enigmática. La historia nos transporta a los primeros años de la colonia, presentando a una niña llamada Virginia Dare, cuyo apellido se revela más adelante. Luego, saltamos al presente, a la ciudad de Gotham, donde Batman está investigando al criminal Virgil Dare, supuestamente descendiente de Virginia Dare.
Batman persigue a Dare, ya que cree que puede llevarlo a descubrir a los responsables de un cargamento de explosivos que acaba de detener, sospechando su posible implicación en actos de terrorismo relacionados con bienes raíces anteriormente propiedad de Wayne Enterprises. Mientras tanto, Spawn reflexiona sobre el hecho de que sus recuerdos no están completos y que lo que recuerda son solo fragmentos que no tienen sentido. Sin embargo, todo cambia cuando ve el rostro de un hombre llamado Simon Vesper, a quien recuerda haber sido contratado para matar hace seis años, pero que ahora está vivo y a punto de inaugurar su Gotham Tower. Tanto Batman como Spawn buscan respuestas de esta persona de interés mutuo: Batman quiere resolver el asesinato que Al Simmons cometió contra Vesper, y Spawn busca otra conexión con su pasado.
Inevitablemente, los dos héroes se encuentran a medida que sus investigaciones los llevan a descubrir un complot más siniestro. El ritmo es muy acelerado, lo que hace que la trama experimente vaivenes bruscos. Aunque se puede ver la historia que los guionistas intentan contar, no se explora en profundidad un trasfondo que podría haberles llevado más allá.
El arte de Klaus Janson es muy sólido en su ejecución. Su estilo dinámico y detallado da vida a cada viñeta y realza la atmósfera opresiva de la historia. Aunque hay algunas poses que podrían parecer un poco incómodas y algunos detalles que se pierden en la tinta, en general, el grafismo es sobresaliente y captura la esencia de Batman y Spawn.
Como ya apunté, no todo es perfecto en esta obra. Hay cuestiones que se resuelven de manera abrupta, dejando una sensación de insatisfacción en aquellos que esperaban un relato más épico y prolongado.
Tampoco termina de fraguar la conexión real entre Batman y Spawn. Aunque hay momentos en los que parecen entenderse mutuamente, esa celeridad constante limita las oportunidades para que los personajes interactúen y desarrollen una relación significativa.
Sinopsis
Bruce Wayne presenció el asesinato de sus padres cuando era niño y, con el objetivo de que nadie sufriera tanto como él, entrenó cuerpo y mente para convertirse en Batman, el defensor de Gotham City. Por su parte, Al Simmons fue un agente de la CIA asesinado en horribles circunstancias que ha regresado a la vida convertido en un ser casi demoníaco que va recuperando fragmentos de su memoria. Es así como recuerda a un hombre que, en teoría, mató hace años… y al que Batman también conoce.
El camino de estos dos referentes del cómic estadounidense se cruza en Guerra diabólica, un cómic escrito por Doug Moench, Alan Grant y Chuck Dixon que cuenta con dibujo del legendario Klaus Janson.
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