Rescatada de las mismísimas llamas del infierno en el que ardía la Bruja, aquí les traigo la novela en la que se inspiró San Tod Browning para rodar sus Muñecos infernales en 1936.
Abraham Merrit, prolífico pulpero norteamericano, fue el escritor. Es una historia de brujería, con una malvada hechicera camuflada de amable viejecita que fabrica en serie muñecos zombies asesinos gracias a las artes del vudú. Todo mezclado con una trama de gangsters que en el cine no aparece para nada, ni falta que hace.
Imagen superior: El ataque de los muñecos engominados e infernales de Madame Mandilip («Arde, bruja, arde» – Texto de A. Merritt, ilustración de Armengol Terrés, Molino, 1935).
Esta edición es de la Biblioteca Oro de Molino, de abril de 1935, antes de que se rodase la obra inmortal. Las ilustraciones, no muy perfectas, son de Armengol Terres, y captan todo el espíritu antañón y desquiciado del fantástico, que tanto agradecemos los fans desde nuestro mundo pautado y uterino.
Imagen superior: Esas manos retorciéndose como garras, ese fondo de llamas, esas letras ardientes, esa mirada lanzando fuego a los ojos del lector, ese rictus de veneno y de odio… Pocas veces se plasmó con tanta intensidad el arquetipo de la Bruja como en esta ocasión, primera edición de 1935 en lengua española de esta novela, clásico absoluto del pulp que narra la inolvidable vida y muerte de la terrible Madame Mandilip y sus espantosos Muñecos Infernales… El pintor e ilustrador catalán Alfredo Armengol Terrés realizó antes de la Guerra Incivil algunos trabajos para editorial Molino, con su trazo vigoroso e inconfundible; entre ellos, este que recrea tan a la perfección el temible arquetipo de la Hechicera.
Sinopsis
Una historia inusitada de brujería en la que caben muñecos demoniacos, matones mafiosos y un vistazo fugaz a una cuarta dimensión.
El jefe mafioso Julian Ricori lleva a uno de sus hombres ante el doctor Lowell, para que lo examine. El paciente sufre de una dolencia inexplicable que lo mantiene paralizado en un estado de terror hasta la muerte. Lowell inicia una investigación que lo lleva a descubrir los esquemas tortuosos de una dama de la magia negra, Madame Mandilip, que utiliza sus conocimientos místicos para robarle el alma a sus víctimas y trasplantarla a muñecos que cobran vida y que le sirven como esclavos para expandir su reinado de miedo. Nueva York, años veinte.
Abraham Merritt (1884-1943) fue periodista y editor. Es uno de los maestros olvidados del género loco. Entre la fantasía oscura y las aventuras, sus historias se mueven en el terreno del pulp y muestran civilizaciones perdidas, brujerías y monstruos de orígenes diversos.
Copyright del artículo © Pedro Porcel. Tras publicarlo previamente en El Desván del Abuelito, lo edito ahora en este nuevo desván de la revista Cualia. Reservados todos los derechos.
Copyright de la sinopsis y de la portada de la nueva edición © Beetruvian Editorial. Reservados todos los derechos.