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«Antes de Watchmen: Ozymandias» (2012), de Len Wein y Jae Lee

Si uno puede apasionarse con una precuela bien hecha, es que una franquicia funciona. Aunque no lo parezca, secuelaprecuela o reboot ‒en nuestro idioma: reinicio‒ son palabras mayores. Ya saben cuánto nos deben importar el respeto a un legado, la continuidad de un proyecto creativo o el homenaje a una obra con mayúsculas.

En el caso que nos ocupa, y por mucho que el excéntrico Alan Moore se desentienda de ello, nos encontramos con un equipo que sabía lo importante que fue Watchmen para, al menos, una o dos generaciones de lectores. Conscientes de ello, los promotores de la serie Antes de Watchmen (2012) apelaron al corazón y al intelecto. ¿De quiénes? Pues de quienes, al cabo de los años, aún siguen considerando que el cómic de superhéroes puede servir para establecer tramas inteligentes, provocadoras y memorables.

Lo que ahora voy a decirles puede parecer un anatema, pero estoy convencido de ello. Moore, que minusvaloró este empeño con cierto desprecio ‒»Es una desvergüenza», llegó a decir‒, ha sido tan irregular en su carrera posterior que uno puede afirmar, sin complejos, que las entregas de Antes de Watchmen son superiores a varias de las obras que el propio Moore se ha empeñado en editar (Y si creen que exagero, hagan la prueba de leer The Courtyard (2003), Neonomicon (2010) o las entregas finales de La Liga de los Hombres Extraordinarios).

El título que hoy nos atrae, Antes de Watchmen: Ozymandias (2012), viene a ser una interesantísima biografía de este personaje, Adrian Veidt, dispuesto a asaltar los cielos desde la infancia. Veidt (Ozymandias) es un tipo ebrio de gloria, con una inteligencia sobrenatural, que recela de los demás seres humanos, y que sin embargo, quiere ver su nombre esculpido en mármol, como sucede con los redentores y los caudillos.

Comprueben en estas páginas cómo este heredero de Alejandro Magno va construyendo su discurso, y lo que es peor, como decide ese plan siniestro que sale a relucir en Watchmen.

¿Evoluciona de algún modo el protagonista? Sí. De hecho, ese trayecto que convierte a Ozymandias en lo que acabará siendo es lo que nos narra este excelente tebeo, bien escrito y con un acabado artístico de enorme calidad.

En el equipo de Antes de Watchmen: Ozymandias encontramos a un guionista tan veterano como admirable, Len Wein, y a un artista de personalidad bien definida, con mucha elegancia en su estilo, Jae Lee. Ambos consiguen que esta historia, relatada desde 1939 hasta 1985, tenga un ritmo impecable y la profundidad que uno espera en un producto con ese precedente tan ilustre (y a la vez, tan incómodo a la hora de establecer comparaciones).

Sinopsis

¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el hombre más listo del mundo para conseguir lo que quiere? Quienes han leído Watchmen ya conocen la aterradora respuesta, pero hasta ahora ignoraban la difícil infancia de Adrian Veidt, sus grandes viajes emulando a Alejandro Magno o sus motivos personales para convertirse en el justiciero Ozymandias y sus primeras aventuras como tal. Quizá resulten más familiares sus choques con el Comediante, los Crimebusters, el Dr. Manhattan, la Ley Keene… o su interés por cierta isla misteriosa, crucial en la trama del clásico de Moore y Gibbons. Todo ello lo relatan en estas páginas Len Wein (La Cosa del Pantano: Génesis oscura) y Jae Lee (Batman: Jekyll y Hyde).

EDICIÓN ORIGINAL: Before Watchmen: Ozymandias núms. 1-6 USA || GUIÓN: Len Wein || DIBUJO: Jae Lee.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © DC Comics, ECC. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.