Al otro lado de las viñetas tenemos al recordado guionista Len Wein y al dibujante John Higgins. Sabes que puedes confiar en sus cualidades narrativas en el justo instante en que abres las páginas de este cómic. Un tebeo que, además, nos brinda una oportunidad para echar de menos a un creador como Wein, cuya larga carrera estuvo llena de títulos formidables.
Dentro de la serie de precuelas de Watchmen, esta fue una de las que más me ha interesó, tanto por el tema ‒piratería y magia negra‒ como por el enfoque literario que propone Wein.
¿Qué razones objetivas hay para recomendar este cómic? El guionista nos brinda dos, con el apoyo de Higgins. En primer lugar, uno puede disfrutar de este relato sin necesidad de tener presentes sus lazos con Watchmen, y esa autocontención es muy de agradecer. En segundo lugar, quien protagoniza la historia, Gordon McClachlan, es un condenado: un personaje maldito, perdido en la tiniebla de un infierno acuático, en el que tienen lugar sus peores pesadillas.
La desventura del protagonista nos hunde en la sombra de galeones fantasmas y de pueblos costeros que parecen fundados por un sacerdote vudú. En ese ambiente, no es difícil encontrar el rastro de escritores como William Hope Hodgson (Los piratas fantasmas, 1909) o Tim Powers (En costas extrañas, 1987), que ya se interesaron previamente por esa conexión entre la piratería y los fenómenos sobrenaturales que prosperan a orillas del mar.
El hecho de que el navío espectral que aparece en la historia sea el Holandés Errante nos conduce a otras evocaciones. No en vano, el mito de este barco maldito no ha dejado de provocar escalofríos desde el siglo XVII, y su presencia en la literatura fantástica, en el cómic, en el cine e incluso en el teatro ha sido continua desde que John MacDonald escribió sobre él en Travels in various part of Europe, Asia and Africa during a series of thirty years and upward (1790).
En estas páginas de Wein y Higgins el horror es inminente, como también lo son el romanticismo y el riesgo. Por otro lado, es relativamente fácil conectar esta obra con aquel cómic, Relatos del navío negro, que Moore introdujo como un elemento metanarrativo en el Watchmen original. Sin duda, nos hallamos ante un tebeo muy digno, bien escrito y dibujado con un estilo entre barroco y realista, que se adapta perfectamente a las exigencias del guión.
Sinopsis
Corre el año 1771 y Gordon McClachlan se embarca como oficial en un navío de la marina británica. Es el inicio de una espantosa odisea que lo conduce directamente a la cubierta del navío de los condenados, el galeón del Corsario Carmesí. Desde ese momento, su vida se convierte en una sucesión de horrores, matanzas, sacrificios, desuellos y cadáveres en descomposición.
Originalmente, La maldición del Corsario Carmesí se publicó por entregas en todos los títulos que componían la línea Antes de Watchmen (2012-2013). En sus páginas, el guionista Len Wein (La Cosa del pantano: Génesis Oscura) y el dibujante John Higgins (Watchmen) crean un relato de bucaneros que destila truculencia y horror sagrado.
Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.
Copyright de imágenes y sinopsis © ECC Cómics. Reservados todos los derechos.