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Alejandro González Iñárritu: «Javier Bardem no sólo es un actor notable, no hay otro igual»

Madrid, 29 de noviembre de 2010.- Una de las intenciones que tiene Alejandro González Iñárritu en Biutiful es reflejar una historia de redención en una urbe populosa, febril y problemática, donde la emigración se convierte en un destino definitivo.

Escrita por Alejandro González Iñárritu, Armando Bo y Nicolás GiacoboneBiutiful está protagonizada por un excepcional elenco que hoy nos recibe en la Casa de América, en Madrid.

Javier Bardem encabeza ese reparto junto a Maricel Álvarez, Eduard Fernández, Diaryatou Daff, Rubén Ochandiano y Ana Wagenener. Todos ellos se muestran orgullosos de este largometraje, avalado por dos notables productores asociados, Alfonso Cuarón y Guillermo Del Toro.

El personaje principal de Biutiful es Uxbal, a quien da vida Javier Bardem. Cuando Uxbal, un tipo que se mueve en el filo peligroso, comprende que una enfermedad terminal amenaza con arrebatarle todo, emprende un camino en el que el amor y el perdón se convierten en dos herramientas imprescindibles.

Su aventura –una aventura trágica, con su correspondiente catarsis– nos arrastra hasta una realidad que, habitualmente, preferimos ignorar.

«Desde el primer momento que empecé a escribir Biutiful –señala González Iñárritu–, siempre pensé en Javier Bardem para encarnar a Uxbal. Hace años que Javier y yo intentamos trabajar juntos y pensé que el personaje sería el puente que nos uniría a ambos en el set. Mi estilo y forma de trabajar con los actores no es fácil ni ligero. Me entrego totalmente a cada proyecto y exijo que los actores hagan lo mismo. Me obsesiona la perfección, o al menos lo que considero perfección; es un duro recorrido físico y emocional. Pues bien, introducir a Javier en la ecuación era como juntar el hambre con las ganas de comer… Los dos ansiábamos quedar satisfechos. Javier no sólo es un actor notable, no hay otro igual. Todo el mundo lo sabe. Se prepara de forma exhaustiva y escribe notas muy extensas sobre el personaje que va a encarnar. Es entregado, intenso y también le obsesiona la perfección. Pero lo que convierte a Javier en especial y único es un peso, una gravedad, una presencia imponente en la pantalla basada en su poderosa reflexión y profunda vida interior».

“Todas las contradicciones estaban en la página escrita –dice Javier Bardem–. Todos los aspectos de Uxbal estaban plasmados y descritos de forma maravillosa en el guión. Sólo me quedaba encontrar el punto de unión entre todos estos rasgos sin traicionar ninguno. Después de todo, Uxbal es una persona normal que debe enfrentarse a una situación muy dura, a la realidad y debe superarlo todo para poder dejar un legado a su familia, un legado que no habría podido dejar al principio de la historia. Quiere dejar algo positivo a sus hijos, algo que les dé esperanza y puedan llevar a sus vidas futuras”.

“Los dos estábamos de acuerdo en que realizaba tres viajes diferentes –explica el actor–Uno es un viaje interior totalmente a solas consigo mismo; otro es un viaje por las calles mientras intenta buscar una solución para que su familia pueda sobrevivir y el tercero es un viaje a lo que hay por encima de nosotros, la espiritualidad, la mortalidad, lo que no se ve y no tiene explicación, pero de lo que Uxbal es consciente y tiene conocimiento. Lo interesante es que cada uno de estos viajes interfiere de algún modo con los otros. Su cuerpo, su espíritu y su mente necesitan algo de él, pero la vida en la calle y las necesidades de su familia, de sus hijos, le piden exactamente lo opuesto. Está en un conflicto constante”.

«Desde mi visita a Barcelona –añade el director–, mi subconsciente empezó a dictarme la historia de forma compulsiva. Mi hija María Eladia me contó que cuando muere una lechuza, escupe una bola de pelos. Aquella noche soñé con esa imagen. Y todo empezó de otro modo. Vi a Uxbal como alguien lleno de contradicciones: un hombre con una vida tan ocupada y complicada que ni siquiera puede morir en paz; que protege a los emigrantes de la policía, pero que los explota. Un hombre de la calle con un don espiritual que le permite comunicarse con los muertos y guiarlos hacia la luz… pero que cobra por hacerlo; un padre de familia con el corazón roto y dos hijos a los que ama, pero con los que pierde la paciencia; un hombre del que todos dependen y que depende de todos; un hombre primitivo, simple, humilde, con una profunda visión sobrenatural».

«Después de recorrer el mundo con Babel –comenta el realizador–, pensé que ya había explorado bastantes líneas múltiples, estructuras fragmentadas e historias entrecruzadas. Cada parte se rodó en un idioma distinto y en un país diferente. Cuando acabé Babel, estaba tan agotado que pensé, deliberadamente, que mi siguiente película tendría un único personaje, con un solo punto de vista, transcurriría en una única ciudad, con una línea narrativa directa y en mi propio idioma natal. Haciendo una analogía musical, si Babel había sido una ópera, Biutiful sería un réquiem, un adagio… y si, aquí estoy. Biutiful es todo lo que no había hecho hasta ahora: una historia lineal cuyos personajes mueven la historia dentro de un género inexplorado para mí: la tragedia».

“El guión e impactó profundamente, desde luego –dice Javier Bardem–. Mi reacción fue muy instintiva, muy emocional. Con esta clase de material, sabes de antemano que vas a zambullirte en un mar de dudas y miedos, pero también de expectativas y alegrías. Al fin y al cabo, en esta historia lo que cuenta es el viaje, pero hay que hacerlo bien, hacerle justicia. No hay que apresurarse en llegar al punto, sino entregarse completamente. Es un recorrido hacia el amor, hacia la luz, hacia las cosas positivas dentro de algo que se ha convertido en negro, oscuro y difícil”.

«Aunque El Raval –dice el director–, también conocido como Barrio Chino, es famoso por ser el barrio más diversificado de Barcelona, me enamoré de Santa Coloma y la cercana Badalona. En esas dos zonas conviven en paz senegaleses, chinos, paquistaníes, gitanos, rumanos e indonesios; cada uno sigue hablando su idioma sin necesidad de integrarse a la cultura española. Y para ser sincero, tampoco parece que la sociedad esté muy interesada en integrarlos. Son barrios aún sin pasteurizar. Son humanos, huelen, tienen textura y contradicciones. Son un auténtico ejemplo de convivencia y comunidad, y tienen el ADN de una ONU perfecta. Las migraciones y mezclas raciales que antes tardaban 300 años en fraguarse se han realizado en apenas 25 años. Obviamente, el proceso no tiene lugar sin dolor o tragedia. Cada año, cientos de africanos mueren en su intento de alcanzar la costa española. Son imágenes duras de ver. Cada día se leen artículos en los periódicos acerca de emigrantes chinos explotados en toda Europa».

“Como cualquier otra ciudad –indica Javier Bardem–, Barcelona tiene luces y sombras, pero no estaba familiarizado con el mundo de las fábricas ilegales en las zonas donde residen los emigrantes hasta que empezamos a rodar. Luego me dio la impresión que salía constantemente en las noticias con redadas policiales cada semana. En las áreas donde rodamos, la vida real es bastante más complicada que la ficción”.

El protagonista de Biutiful se siente feliz por el hecho de que Maricel Álvarez se impusiera a otras candidatas al papel de Marambra. “Cualquiera de ellas –aclara Bardem– habría podido hacer el papel, pero cuando llegó Maricel en el último momento, demostró tener algo que realmente formaba parte del personaje. La gravedad se mezclaba con la ligereza de alguien que no tiene los pies en la tierra en una combinación perfecta. Nada más entrar en la sala, quedó claro que debía ser ella. Trabajar con ella fue una experiencia maravillosa. Juntos exploramos las dos mentes sin estructuras de Uxbal y Marambra. Lo hicimos con compasión, amor y mucho trabajo”.

Copyright de texto e imágenes (Javier Bardem y Alejandro González Iñárritu en el Salón Jorge Luis Borges de la Casa de América, Madrid) © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de las declaraciones de Javier Bardem y Alejandro González Iñárritu © Ikiru Films, Menage Atroz, Mod Producciones. Cortesía de Universal Pictures International Spain. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.