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«A de Andrómeda» («A for Andromeda», 1961)

A de Andromeda fue la primera producción adulta de ciencia ficción de la BBC tras los seriales de Quatermass en los años cincuenta. Pero a diferencia de su predecesor, la historia de amenazas alienígenas contra la humanidad utilizaba dos nuevos campos científicos, la informática y la genética, en lugar de las más tradicionales química y arqueología.

La serie fue desarrollada por el productor John Elliot a partir de una historia del astrónomo de Cambridge y novelista Fred Hoyle, creador del término “Big Bang”. Hoyle ya había visto una de sus novelas, The Black Cloud, convertida en emisión radiofónica en 1957. Cuando John Elliot, uno de los ejecutivos de la BBC, se enteró de que Hoyle estaría interesado en escribir un guión original para una serie televisiva, se reunió con él y cerraron un trato.

Hoyle se inspiró en el trabajo de un colega, el astrónomo Frank Drake, quien entonces había comenzado unos de los primeros experimentos del proyecto que acabaría siendo conocido como SETI (Search for Extra–Terrestrial Intelligence). A partir de la idea de HoyleJohn Elliot escribió los guiones de los siete episodios de que constaría la serie.

En 1970, un radiotelescopio de Yorkshire capta una transmisión alienígena procedente de la remota constelación de Andrómeda. El mensaje, descifrado por el brillante científico John Fleming (Peter Halliday) proporciona información sobre cómo construir una supercomputadora. El gobierno se pone manos a la obra y monta el ordenador en una remota isla escocesa. Una vez terminada, la máquina resulta ser una especie de mensajero que se aprovecha de las luchas políticas por el uso del ordenador para actuar por su cuenta. Tras aprender lo suficiente sobre los humanos, electrocuta a una ayudante de laboratorio y luego la clona. El embrión clonado alcanza rápidamente la madurez y es bautizado Andrómeda (una joven Julie Christie en su primer papel).

El clon se comunica directamente con la computadora y a pesar de su atractiva apariencia humana, el clon tiene una mente alienígena, no siendo más que una extensión del ordenador, fría e inteligente, pero sin emociones. Sus intenciones pronto se revelan a sus compañeros humanos: “Nuestra inteligencia va a tomar el control y la vuestra morirá. Seguiréis el camino de los dinosaurios”.

Así las cosas, Fleming aboga por la destrucción del clon. Pero el gobierno se muestra reacio, ya que Andrómeda ha sabido hacerse valiosa: diseña un nuevo misil antisatélite y una nueva enzima para reparar tejidos humanos además de trabajar en problemas económicos. Para complicar más las cosas, la existencia del ordenador, que ha sido mantenida en secreto por el Ministerio de Defensa, acaba filtrándose a un misterioso grupo empresarial suizo llamado Intel, que desea apoderarse del artefacto para construir su propia computadora.

Considerándolo una amenaza, Andrómeda y el ordenador intentan sin éxito matar a Fleming en dos ocasiones. Al final, el científico consigue destruir el ordenador. Libre de su conexión con la computadora, Andrómeda, humanizada gracias a su relación con la gente del laboratorio, huye con Fleming de la isla. Sin embargo, éste acabará siendo capturado por las fuerzas de seguridad y Andrómeda desaparece, supuestamente ahogada en una caverna.

Fueron nada más que siete episodios de unos 45–50 minutos, pero la respuesta del público fue excelente: el primer episodio tuvo una audiencia de 7,5 millones, cifra que para el final de la serie había ascendido a 12,9 millones. Ante tal éxito, la BBC decidió producir una secuela al año siguiente, The Andromeda Breakthrough (1962), que seguía los pasos de Andrómeda en su huída de los humanos. Intel volvía a aparecer, interesada en hacerse con la inteligencia alienígena y construyendo su propia computadora en el ficticio país de Azaran, en Oriente Medio. Mientras las pautas climáticas comienzan a perturbarse en todo el planeta, el tiempo se agotaba para todos: un fallo genético estaba matando al clon (ahora interpretado por Susan Hampshire, al negarse la BBC a pagar las 300 libras que costaba la opción para retener en el papel a una Julie Christie ya muy solicitada).

Como los seriales del Dr.Quatermass, A de Andrómeda descansaba sobre el potencial melodramático de una horrible amenaza alienígena, pero la participación en sus guiones de un auténtico científico como Fred Hoyle permitió introducir una cara más positiva acerca de los beneficios de la curiosidad científica y el desarrollo tecnológico. Por otra parte, la serie contiene varios elementos innovadores en la ciencia-ficción televisiva de su época. La genética y la informática, claves en la historia, estaban en su infancia. Y las mujeres jugaban un papel fundamental, ya que tanto Hoyle como el director Michael Hays, pensaron que dado que la acción iba a transcurrir en el futuro, la mujer debería ocupar puestos de mayor relevancia. Así, no sólo tenemos a Andrómeda, sino a la científica que promueve el experimento, Madeline Dawnay (Mary Morris) o la agente de seguridad Judy Adamson (Patricia Kneale). Originalmente, Hoyle había imaginado el personaje de Andrómeda como un ser andrógino, pero estaba claro que convertirlo en una atractiva joven funcionaría mejor entre el público (por no hablar de la variación que suponía respecto a los cientos de monstruos alienígenas de ojos saltones que habían poblado grandes y pequeñas pantallas en los últimos años).

La RAI hizo su propia versión, titulada A come Andrómeda, en 1972, siguiendo muy de cerca la historia original aunque rodada en Italia. Y, tristemente, esta hija bastarda es lo más cerca que nos podemos acercar a la serie original, porque esta pequeña parte de la historia de la ciencia ficción se puede dar prácticamente por desaparecida.

A de Andrómeda fue destruida cuando se estimó que su vida comercial había terminado, una práctica habitual en la época. De los siete episodios sólo sobrevivió uno (que hasta 2005 había estado en manos privadas) y 11 minutos del resto.

The Andromeda Breakthrough, sin embargo, se ha conservado entera (además, la BBC hizo un remake en 2006). Por tanto, aparte de algunos fragmentos colgados en YouTube y la memoria de aquellos que la vieron en su día, queda muy poco que nos permita juzgar la calidad de la serie más allá de las ideas que nos mostraba.

A de Andrómeda es la prueba de que ya en los primeros tiempos de la ciencia ficción televisiva podíamos encontrar historias inteligentes en el joven medio audiovisual. Libros, películas y otras series, han tomado prestado a posteriori elementos que ya aparecieron aquí: la premisa inicial de Contacto, de Carl Sagan (1985, a su vez llevado a la pantalla en 1997) está aquí; como lo está la serie de películas de Species.

Nota: Para aquellos que pudieran estar interesados y decidan mirar en Amazon: lo que se vende como The Andromeda Anthology no es más que una compilación de lo poco que se conserva de la serie original más la segunda serie, The Andromeda Breakthrough junto a diversos extras.

Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Publicado previamente en Un universo de ciencia ficción y editado en Cualia con permiso del autor. Reservados todos los derechos.

Manuel Rodríguez Yagüe

Como divulgador, Manuel Rodríguez Yagüe ha seguido una amplia trayectoria en distintas publicaciones digitales, relacionadas con temas tan diversos como los viajes ("De viajes, tesoros y aventuras"), el cómic ("Un universo de viñetas"), la ciencia-ficción ("Un universo de ciencia ficción") y las ciencias y humanidades ("Saber si ocupa lugar"). Colabora en el podcast "Los Retronautas".