Por primera vez en mi vida, constato que existo como una pequeñita pieza tangible en la tradición del cómic underground español: comprar y devorar el impresionante Carne de cañón de Aroha Travé ha sido como descubrir de golpe el influjo de mi generación y, de paso, su verdadero relevo contracultural.
Todo encaja: la obra de esta artista parece consecuencia directa de las miles de páginas publicadas por la revista El Víbora y cabeceras afines en los ’80, ’90 y ’00. Su lectura me arranca el mismo cosquilleo que la primera vez que cayó en mis manos el Ed The Happy Clown de Chester Brown o El resentido de Juaco Vizuete: en ella subyace una chispa equivalente, pero desde nuestros días y coordenadas territoriales. Y en su grafismo rastreo un montón de títulos que tuve la fortuna de supervisar –en ocasiones ejerciendo de sembrador o partero– hace más de veinte años.
Encima este tebeo trata sobre la vida de periferia barcelonesa que tan bien conozco y, aunque pude saludarla en persona por vez primera hace muy poco, uno de los mejores amigos de Aroha (y míos) es Carlos Gambarte, el dibujante que me dio la alternativa como guionista en ¿1991?
Además, tras ver esta dedicatoria que Aroha me dibujó en el Barcelona Còmic de abril de 2019, la sensación de haber contribuido un chisguete al magma perturbador del que en parte nació este tornado de creatividad resulta aún más palpable.
Creo que estamos ante una grandísima autora y que esto sólo es el principio. A Aroha Travé le esperan muchos logros de peso, estoy convencido. Y su lanzamiento confirma que Natalia Mosquera y Emilio Bernárdez están llevando de modo inmejorable el timón de la recién cuarentona Ediciones La Cúpula.
Qué deslumbrante, hilarante y genuino este Carne de cañón… ¡y qué viejo me siento de pronto!
Sinopsis
El Kilian se ha comido un meco contra el canto de la mesa que ahora se desangra a chorros y casi se le puede ver el cerebelo. A la Yanira, que es la hermana mayor, se le ocurre pedir auxilio a los jevis de abajo, que son un par que huele raro. El Jose, entretanto, permanece abducido por su casiotone. Un casiotone a pilas. Un casiotone de mierda.
Así empieza Carne de cañón. Acabar acabará como el rosario de la aurora, eso es lo único seguro.
Aroha Travé (Terrassa, 1985) es colaboradora doméstica de Ediciones La Cúpula, donde ha ejercido de ilustradora, monaguilla y persona humana ejemplar. Su vibrante estilo de dibujo, que bebe a morro de las voces más indómitas del underground, se ha dejado ver en las páginas de la revista Voltio, si bien su auténtico debut es este libro pituso y feroz desbordado de seres patéticos, entrañables y un poco cabronías.
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