Cuando pensamos en la comedia del Hollywood clásico, nos vienen a la mente nombres como Lubitsch, Negulesco o Hawks, cómicos glamourosos como Cary Grant o Claudette Colbert, humor sofisticado y elegancia dominante. Si bien en aquellos tiempos el cine era infinitamente mejor que el que nos ha tocado ahora, también es cierto que se producían muchas más películas, y también había espacio para la morralla.
La comedia simplona, infantil y básica también tenía su lugar, y los filmes de “Bud” Abbott y Lou Costello son un perfecto ejemplo. Esta pareja de humoristas funcionaban por el clásico sistema payaso listo -el siempre malhumorado Abbott– y payaso tonto -el gordito y gesticulante Costello-, este último, como de costumbre, el verdadero protagonista del show.
La comicidad del dúo se basaba enteramente en gracietas de vodevil para todos los públicos, sketches alargados en los que a Costello le sucedían mil contratiempos absurdos, para enfado de Abbott, que siempre le reprendía desde el lado de la lógica o la seriedad.
Trabajadores de la risa en todos los formatos -escena, radio y televisión-, sus películas son famosas por ser el verdadero inicio y dar forma a la denominada comedia de terror más estándar -e incluso al humor pop, cuyo objeto de broma son los iconos populares más o menos contemporáneos-, y también por ser el último clavo en el ataúd del terror clásico de la Universal.
Abbott y Costello contra los fantasmas (Bud Abbott Lou Costello Meet Frankenstein), dirigida en 1948 por Charles Barton, forma parte de una serie de filmes en los que la productora intentaba sacar el poco jugo que le quedaba a sus sobre-explotados monstruos, que ya habían perdido el impacto tras una sangrienta Guerra Mundial que había hecho madurar al público americano. ¿Qué terror podía causar el elegante Drácula después de los campos de exterminio alemanes o la nueva amenaza atómica?
De este modo, el célebre conde transilvano y el propio Bela Lugosi se convierten en comparsas de los dos caricatos, al igual que la criatura de Frankenstein -ni siquiera interpretada por Karloff, sino por el pintoresco Glenn Strange– y Lawrence Talbot, el Hombre Lobo, de nuevo encarnado por el entrañable y mediocre Lon Chaney Jr.
La mecánica de las escenas suele ser siempre la misma: Costello ve un monstruo, gesticula y gime de mil maneras graciosas llamando a Abbott y, cuando este llega, el monstruo se esconde, provocando el enojo del “payaso listo”. Como en los guiñoles de toda la vida.
El film es ideal para los más pequeños, que pueden reír con humor sencillo y, de paso, quitarse el miedo a los vampiros y demás cocos. Los fans de Bela Lugosi, a pesar de ver cómo comienza el declive del actor, al menos disponen de una ocasión para deleitarse con la extravagante elegancia búlgara del actor, tanto en su papel de vampiro como en el de su estiloso alter ego, el Dr. Lejos.
Siendo optimistas, se podría decir que las comedias de terror de estos dos graciosos marcaron el camino para celebradas cintas de culto como El Baile de los Vampiros (Roman Polanski, 1967) o The Rocky Horror Picture Show (Jim Sharman, 1975). Siendo pesimistas, afirmaríamos que son el molde para espantos como los perpetrados por Álvaro Saenz de Heredia ¡Aquí huele a muerto!… (pues yo no he sido) o Brácula: Condemor II, a mayor gloria de su madre de Martes y Trece, Chiquito de la Calzada y Bigote Arrocet.
Sinopsis
Los cuerpos del Conde Drácula (Bela Lugosi) y del monstruo de Frankenstein (Glenn Strange) viajan a los Estados Unidos desde Londres para ser exhibidos en el Museo del Terror.
Chick y Wilbur (Abbott y Costello) son los desastrosos transportistas encargados de llevarlos hasta allí. Pero esa noche, las temibles criaturas vuelven a la vida: El Conde Drácula huye junto al Monstruo de Frankenstein para buscarle un nuevo cerebro. Para poder atraparlos, Chick y Wilbur contarán con la ayuda de Larry Talbot (Lon Chaney Jr.) un misterioso personaje del que les conviene mantenerse alejados las noches de luna llena… Una delirante aventura sembrada de caos, terror y risas.
Bud Abbott y Lou Costello fueron el dúo cómico más famoso de los años 40 y 50, triunfando en el teatro, la radio y la TV. Juntos protagonizaron más de treinta películas, casi todas bajo la producción de Universal. En Abbott y Costello contra los fantasmas, considerada la mejor película de la pareja, protagonizan una entrañable aventura fantástica acompañados de los míticos monstruos del estudio, interpretados por tres de sus grandes estrellas: Bela Lugosi (Drácula), Lon Chaney Jr. (El hombre lobo) y Glenn Strange, el actor que más veces interpretó al Monstruo de Frankenstein junto a Boris Karloff. Juntos, con esta película, culminan una etapa en la que dominaron las taquillas durante más de una década, legando imágenes inolvidables a la Historia del Cine y al imaginario colectivo.
Ficha técnica
Director: Charles T. Barton
Guionistas: Robert Lees, Frederic I. Rinaldo, John Grant
Música: Frank Skinner
Fotografía: Charles Van Enger
Montaje: Frank Gross
Sonido: Leslie I. Carey, Robert Pritchard
Dirección de arte: Hilyard M. Brown, Bernard Herzbrun
Vestuario: Grace Houston
Maquillaje: Carmen Dirigo, Bud Westmore
Producida por: Robert Arthur
Ficha artística
Bud Abbott: Chick Young
Lou Costello: Wilbur Grey
Lon Chaney Jr.: Larry Talbot / El hombre lobo
Bela Lugosi: El Conde Drácula
Glenn Strange: El Monstruo de Frankenstein
Lenore Aubert: Dr. Sandra Mornay
Jane Randolph: Joan Raym
Frank Ferguson: Mr. McDougal
Charles Bradstreet: Dr. Stevens
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