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Crítica: «El Caballero Oscuro: La leyenda renace» (Christopher Nolan, 2012)

Una producción memorable. Eso es El Caballero Oscuro: La Leyenda renace, una película soberbia, emocionante y operística, destinada a perdurar durante mucho tiempo en nuestra memoria, más allá de las modas y de los vaivenes de la misma crítica que hoy resalta sus defectos.

En esta época en la que la industria tiene tendencia a la dispersión, y es incapaz de dotar de profundidad emocional a las superproducciones, nos hallamos ante una cinta de gran presupuesto que nos reafirma en lo que amábamos del cine clásico. Y es que esta tercera entrega de la saga despliega un respeto infinito por los personajes, potencia y lirismo en las escenas íntimas, intriga y escenas de acción que, al margen de los medios invertidos, suenan a auténticas y dejan con la boca abierta al auditorio.

A estas alturas de su excepcional carrera, ya no existen dudas de que ese cineasta que responde al nombre de Christopher Nolan es un maestro en el oficio de contar historias. El nervio narrativo de esta producción lo confirma. Talento, intuición y su forma minuciosa de relatar la tragedia de Gotham City se ponen de manifiesto en cada una de las secuencias.

Nolan otorga vida, elegancia y complejidad a un cómic sombrío, tan absorbente como un film noir de otro tiempo, haciéndonos creer que sus registros son infinitos.

Será porque, en general, adoro la interpretación y todo lo que se refiere a los actores, pero esta es una de esas raras oportunidades en las que uno puede disfrutar de un reparto en el que todos –desde el protagonista hasta el último secundario– tienen ocasiones de lucimiento.

Por si lo dicho hasta aquí no nos diera suficientes alegrías, el guión abarca temas de gran densidad. Entre ellos, el modo en que nuestros peores enemigos pueden tiranizarnos bajo promesas de liberación y boicoteando a los poderes establecidos –en este caso, la Bolsa, las fuerzas del orden, la política…–, poderes cuya aparente corrupción nos impide ver su genuina importancia.

No adelantaré aquí detalles del argumento, pero quedaos con esta idea: Nolan alude a la actualidad, pero también inyecta en nuestra memoria el recuerdo de esas revueltas callejeras y esos vacíos de poder que un día acabaron abriendo paso a sangrientos tribunales revolucionarios. Esta vez Batman no es el único héroe solitario que intenta salvar a Gotham de sus propios instintos, especialmente cuando los viejos símbolos arden en la hoguera. Precisamente por ello, la película es profundamente moral, y deja traslucir valores que van más allá de la ideología, y que antaño supieron poner en imágenes tipos como John Ford y Howard Hawks.

Después de renovar el interés por el Hombre Murciélago con dos películas espléndidas –Batman Begins El Caballero Oscuro–, Nolan completa su trilogía doblando la apuesta… y ganándola.
El guionista David S. Goyer y los hermanos Jonathan y Christopher Nolan regresan a Gotham City para narrar la aventura definitiva del legendario personaje de DC Comics.

La cinta reúne a personajes ya conocidos –Bruce Wayne (un magistral Christian Bale) y sus fieles aliados Alfred Pennyworth (Michael Caine), el comisario James Gordon (Gary Oldman) y Lucius Fox (Morgan Freeman)–, con otros que vienen a enriquecer la franquicia del héroe enmascarado: Bane (Tom Hardy), Catwoman (Anne Hathaway), el policía John Blake (Joseph Gordon-Levitt) y Miranda Tate (Marion Cotillard), una ejecutiva de Wayne Enterprises que ayuda a Bruce Wayne a retomar las actividades filantrópicas de su padre.

Casi todo lo que puede cambiar en el universo de Batman depende de sus enemigos. En este largometraje, sale a escena el mencionado Bane, un personaje que apareció por vez primera en el cómic Batman: Vengeance of Bane #1 (enero de 1993) gracias a la imaginación de Chuck DixonDoug Moench y Graham Nolan.

En los tebeos, esta fuerza de la naturaleza, hijo de un revolucionario, creció en una penitenciaría caribeña. Allí se formó intelectualmente y moldeó sus músculos con una disciplina espartana. Gracias a una droga experimental que casi lo mata, Bane adquirió un increíble poderío físico. Por desgracia, debe administrarse nuevas dosis cada doce horas, a través de un artilugio que distribuye la droga en su circuito cerebral.

La obsesión de Bane por Batman sólo admite un desenlace: la muerte del Hombre Murciélago en las peores condiciones posibles.

Con algunas variantes con relación a su avatar en el cómic, el Bane de Nolan viene a ser un líder guerrillero con alma de psicópata y músculos blindados. Lejos de caer en el estereotipo, Tom Hardy consigue introducir un alma dolorida en esta criatura bestial.
Aunque figuró durante años en el panteón de los supervillanos, Selina Kyle (Catwoman) es un personaje ambiguo y adorable, que en numerosas etapas de la serie ha colaborado con el héroe de Gotham.

Desde su primera aparición en Batman #1 (Primavera de 1940) hasta la actualidad, su presencia felina ha ganado en picardía, dinamismo y voluptuosidad.

Anne Hathaway, que ahora se hace cargo del personaje, tiene la misión de que la audiencia olvide a dos de sus predecesoras: Michelle Pfeiffer, que en 1992 dio vida a Selina en Batman Regresa, y Halle Berry, que protagonizó en 2004 la espantosa Catwoman. Lo cierto es que consigue sobrepasarlas sin problemas. De ahora en adelante, para quien esto escribe, Hathaway será Catwoman más allá de cualquier duda o discusión nostálgica.
No nos engañemos: el reto de Nolan consiste en superar un vaticinio estadístico. ¿Cuándo la tercera parte de una saga se ha ganado el respeto popular? Obviamente, podemos citar pocos, muy pocos ejemplos, y el realizador pretende que la cinta figure entre esas felices excepciones. Después de vera, estoy seguro de que ha triunfado en su propósito.

Obviamente, un proyecto como éste no es cosa de dos días.
El primer borrador del guión de The Dark Knight Rises lleva por fecha diciembre de 2008, justo cuando Nolan emprendía el rodaje de Origen (Inception). Por esas fechas, los rumores en torno al proyecto pusieron a una serie de potenciales villanos en el disparadero de los medios. Ante esas especulaciones, el realizador se limitó a recalcar que su saga –un emblema de realismo y sofisticación– no admitía personajes demasiado caricaturescos, como por ejemplo el Pingüino.

Mientras se difundían esas declaraciones, varios miembros del equipo de Origen pasaron a formar parte del equipo del tercer Batman.

Cuando David S. Goyer fue llamado por Zack Snyder para revivir a Superman en The Man of Steel, Jonathan prosiguió el trabajo de escritura de un guión que adquirió su forma definitiva el 30 de junio de 2010.

A partir de esas páginas y de lo mucho que en ellas se cuenta, el equipo de producción se encargó de calcular y administrar el presupuesto de 250 millones de dólares previsto para el rodaje. Su labor, que nadie lo dude, ha sido modélica.

Sinopsis

Han pasado ocho años desde que Batman desapareciera en la oscuridad, convirtiéndose, en ese instante, de héroe en fugitivo. Al asumir la culpa por la muerte de D.A. Harvey Dent, el Caballero Oscuro lo sacrificó todo por lo que considera, al igual que el Comisario Gordon, un bien mayor. La mentira funciona durante un tiempo, ya que la actividad criminal de la ciudad de Gotham se ve aplacada gracias a la dura Ley Dent. Pero todo cambia con la llegada de una astuta gata ladrona, que lleva a cabo un misterioso plan. Sin embargo, es mucho más peligrosa la aparición en escena de Bane, un terrorista enmascarado cuyos despiadados planes para la ciudad hacen que Bruce regrese de su autoimpuesto exilio. Pero a pesar de volver a ponerse el traje, es posible que Batman no sea suficiente para combatir a Bane.

Al final de la película de El caballero oscuro, que se estrenó en 2008, Batman consigue neutralizar todas las amenazas que se cernían sobre la ciudad de Gotham, pero a un precio muy alto. A ojos de los ciudadanos, Batman se ha convertido en un villano al que hay que dar caza, en vez de en el héroe que ha jurado protegerlos; y, con la banda sonora de Hans Zimmer de fondo, mientras vuela hacia la oscuridad de la noche, con la policía de la ciudad de Gotham persiguiéndolo, el hijo del comisario Gordon le pregunta a su padre por qué Batman huye si no ha hecho nada malo, a lo que éste responde: “Porque tenemos que perseguirle. Porque es el héroe que Gotham se merece, pero no el que necesita ahora mismo; así que lo perseguiremos, porque él puede resistirlo. Porque no es un héroe, es un guardián silencioso, un protector vigilante. Un caballero oscuro”.

Ese momento dejó al público sin aliento, terminar una película con la promesa de otra más, una tercera que cerraría la historia. Ahora, con el estreno este verano de El caballero oscuro: La leyenda renace, épico final de la trilogía de El caballero oscuro, escrita y dirigida por Christopher Nolan, vamos a ver cumplida esa promesa. c

Cuando comenzó este viaje con Batman, Nolan no se imaginó que estaría terminando su tercera película a estas alturas. Pero, dice: “Toda historia tiene un principio, un desarrollo y un desenlace, y una trilogía te permite contar una historia muy completa”.

Estamos en Las Vegas, es por la tarde y hace una temperatura agradable; faltan todavía varios meses para el estreno mundial de El caballero oscuro: La leyenda renace, y Nolan se ha tomado un desacostumbrado descanso de la sala de edición, donde está montando la película junto al editor Lee Smith“Yo todavía tengo un par de meses más con todo este proceso”, comenta el director, que lleva puesto un traje y el pelo rubio peinado hacia atrás. “La banda sonora la estamos grabando en Londres. Es la historia más grande que he contado y estoy muy emocionado. Además, tiene muchas cosas que me encantan así que, de momento, estoy disfrutando muchísimo”.

El caballero oscuro se llevó el aplauso de crítica y público por igual por superar con creces lo que cabía esperar de “la peli de un cómic”, pensada para tener un alcance masivo, pero afianzada por las complicadas emociones que experimenta el perseguido anti-héroe. Esta película supuso el segundo capítulo de la historia de Batman, después de Batman Begins, la primera parte, que se estrenó en 2005. Antes de comenzar la producción de su último largometraje, Origen, Nolan ya había reclutado a sus colaboradoressu hermano, Jonathan Nolan, y David S. Goyer para que empezasen a conceptualizar y a escribir el guión de El caballero oscuro: La leyenda renace.

“Fue una decisión complicada para Nolan la de hacer una tercera película, porque él decía que para que mereciese la pena, tenía que ser algo diferente”, comenta Emma Thomas, la socia y productora de todas sus películas. “Chris y David pasaron muchísimo tiempo perfilando la historia. Fue un proceso muy largo, porque incluso a pesar de que ya se estaba escribiendo el guión, le seguían dando muchas vueltas a todo. No podía ser simplemente un capítulo más, tenía que ser un final concluyente para la trayectoria de los personajes de Bruce Wayne y Batman”.

“Puesto que la historia nace de la colaboración entre David y Chris, y el guión de este último y Jonathan, el resultado es una cinta con la que, según Chris, se llegará a más público todavía que las dos primeras partes, aunque parezca imposible”, añade el productor Charles Roven, que ha producido las tres películas junto con Emma Thomas. “Pero el objetivo era asegurarse de que la trilogía terminase de manera satisfactoria e hiciese justicia a las dos películas anteriores y al legado de Batman”.

En El caballero oscuro: La leyenda renace, Nolan y su galardonado equipo de colaboradores han creado un mundo tan oscuro y complejo como realista, habitado por personajes innegablemente humanos. “Para mí, el atractivo del personaje de Bruce Wayne siempre ha sido que no tiene superpoderes más allá de su opulenta riqueza”, explica el director. “Así que puedes presentarlo como una persona real, utilizándole para mostrar el mundo en el que vivimos y aportar algo relevante que no esté necesariamente basado en ningún género concreto. Yo las considero películas de acción, pero más allá de eso intento no definirnos”.

Roven considera las tres películas en conjunto como un gran espectáculo. Pero añade: “Antes de poder crear este gran espectáculo, Chris se centró en los personajes y sus relaciones, y a medida que avanzaba el rodaje, se aseguró muy mucho de que no se perdiera esa faceta, que es lo que convierte esta saga en destacable. Queríamos sorprender al público, pero también cuidar los detalles. Esto es una constante en todas las películas de Chris y, en la trilogía de El caballero oscuro, ha sido capaz de mantener un nivel de rodaje genial en cuanto a intimidad y matices del personaje, pero el factor sorpresa sigue in crescendo.

A todas luces, El caballero oscuro: La leyenda renace es la definición de película épica; rodada a lo largo y ancho de tres continentes, contiene una secuencia aérea muy arriesgada; una escena muy concurrida, con más de mil extras, en la que hay explosiones y un montón de artilugios y vehículos. Sin embargo, para Nolan, la espectacularidad queda casi relegada a un segundo plano en favor de los retos que deben afrontar los personajes.

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Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.