Incluso las precuelas de calidad, como podrían ser (parte de) El padrino II, Twin Peaks: Fuego camina conmigo, El rey escorpión o La venganza de los sith, no pueden librarse de su condición de complemento, de «extra» que, en realidad, las hace prescindibles. Si las historias que narran hubieran sido necesarias desde el primer momento, bueno, se habrían contando desde ese primer momento. En la mayor parte de los casos, una precuela es la respuesta a una pregunta que nadie hizo: ¿Cómo se aficionó Leatherface a la motosierra? ¿Cómo se consiguieron los planos de la Estrella de la Muerte? ¿Cómo era Willy Wonka de zagal?
En esta ocasión, se nos habla de cómo fue concebido Damien, el fallido Anticristo de la trilogía (¿tetralogía?) La profecía, revelándonos toda aquella sórdida historia del chacal que siempre nos perturbó precisamente por estar poco explicada, haciendo así trabajar las partes depravadas de nuestra imaginación. Pero la imaginación del espectador se ha convertido en algo a evitar, ya que el público cada vez tiende más a la pasividad, así que aquí tenemos una precuela que nos lleva a la Roma de comienzos de los 70, a una Italia con las calles al rojo vivo, escenario de tanganas entre radicales de izquierda y de derecha, con la policía por medio y a un Vaticano no menos caldeado, todavía a la gresca un lustro después del Concilio Vaticano II, con los religiosos conservadores enfrentados a los progresistas.
El mayor interés de esta precuela es, precisamente, hacer que esta división (la Iglesia Católica como poder político contra la Iglesia Católica como portadora del mensaje de Cristo) sea la raíz de la sangrienta biografía de Damien, añadiendo un giro de tuerca a los orígenes del Anticristo, y todo sin alejarse de las psicodélicas predicciones de Juan el Apokaleta. Así, asistimos a un retorcido contubernio que coincide en muchos puntos -e incluso en algunas líneas de diálogo-, con lo que hemos visto en la apabullante serie de Álex de la Iglesia 30 monedas.
Pero no es ese el único parecido-homenaje-plagio-coincidencia visto en La primera profecía, lo cual le resta puntos a una película cuya única referencia debería ser el magnífico film original de Richard Donner y sus posteriores secuelas. Tomar préstamos o hacer llamadas a otras películas –La semilla del diablo, La posesión o incluso imágenes «subliminales» con eco de El exorcista– le resta foco y entidad a una historia que comienza con intensidad y atmósfera inquietante, pero que no puede evitar subirse al tren del terror estándar actual, con fantasmas gritones propinando sustos de forma aleatoria (cortesía de las siempre útiles «alucinaciones» de la protagonista) y momentos de gore de intenciones perturbadoras pero, en alguna ocasión, resultados involuntariamente cómicos casi propios de las parodias Scary Movie.
Los modos del cine actual también están presentes en un desenlace que parece dejar abierta la puerta a una nueva serie-precuela, porque parecer ser el público ya no parece acostumbrado a que las historias se cierren (y mucha culpa de esto tiene que el cine hable ya el idioma de las series de streaming).
En la parte positiva, la tenebrosa fotografía de Aaron Morton, con mucha luz de vela y tonos setenteros y europeos, que aporta la mayor parte de la calidad a una película dirigida de forma algo estándar y con un guion al que le sobran lugares comunes, incluyendo uno de los giros de guion «sorpresa» más predecibles desde los tiempos de Scooby Doo.
En lugar de percibirse como una entrada sólida en la otrora trilogía -algunos no podemos dejar de recordarla como una trilogía, como nos sucede con Indiana Jones-, La primera profecía resulta más bien una muestra más del revival de terror católico, con predominancia de la variedad monjil, que tampoco se diferencia tantísimo de títulos como La monja II o El exorcista del Papa, y no resulta mejor que, pongamos, la española Hermana Muerte. Quedamos a la espera de ver qué nos depara el inminente estreno de Immaculate.
Sinopsis
Cuando una joven estadounidense es enviada a Roma para iniciar una vida de servicio a la Iglesia, se topa con una oscuridad que pone en cuestión su propia fe y descubre una conspiración aterradora que espera provocar el nacimiento de la encarnación del mal.
Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
Copyright de imágenes y sinopsis © Phantom Four Films, 20th Century Studios, Kiwii, Cattleya, Abbey Road Studios, The Walt Disney Company. Reservados todos los derechos.