El título deja claro de qué va esta película. Se puede tomar como una invitación o como una advertencia, dependiendo de si uno es fan de Pokémon o de si tiene más de 35 años. Y es que la franquicia de videojuegos, dibujos animados, peluches y un eterno etcétera cobra un papel muy importante en la infancia de la generación millennial, mientras que al resto nos resulta algo ajeno (y tirando a insípido). En todo caso, la innumerable colección de criaturas que forma la fauna Pokémon y el mundo que la rodea no carece de imaginación, y está claro que sabe ganarse a los más jóvenes. ¿Qué ofrece esta adaptación que combina bichos digitales y actores de carne y hueso?
Al contrario que Pokémon: La película (Kunihiko Yuyama y Michael Haigney, 1998), no nos encontramos con los protagonistas de la serie de TV (Ash, Misty, Brock…), sino que se nos cuenta la historia de Tim (Justice Smith), un chaval que viaja a Ryme City, una ciudad donde los Pokémon y los humanos viven en igualdad y donde los combates están prohibidos. En esa urbe, Tim investiga la desaparición de su padre, y lo hace con la ayuda del Pikachu de su padre, al que, por alguna razón misteriosa, el chaval entiende lo que dice (cuando el resto de los humanos sólo escucha “pika-pika”).
Evidentemente, estamos ante una película que le debe mucho a ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (Robert Zemeckis, 1988): una especie de noir detectivesco, ambientado en un mundo donde las personas conviven con criaturas animadas, protagonizado por un humano y un animal parlanchín que no deja de dar la tabarra.
La genialidad y la sordidez soterrada de la película de Zemeckis están ausentes en Pokémon: Detective Pikachu, un film para todos los públicos que trata de evitar cualquier polémica posible (algo habitual en el cine comercial actual). La voz de Pikachu la pone Ryan Reynolds, quien aporta al personaje el reconocible humor del protagonista de Deadpool, pero de manera contenida respecto a sus habituales groserías y rupturas de la cuarta pared.
Y es que, pese a su absurda premisa, Pokémon: Detective Pikachu es todo lo sobria que puede ser una película con ese título. Se trata de una coproducción entre varios países en la que se nota mucho la mano japonesa (al fin y al cabo, Pokémon es un producto de lo más nipón). Es una cinta menos estrambótica de lo que cabría esperar, con una historia convencional y sin demasiados excesos, y con cierta mesura en sus formas, sobre todo si tenemos en cuenta que responde al tipo de película fantasiosa y “de efectos”.
Detective Pikachu no llega a dañar los ojos, no marea e incluso la fotografía de John Mathieson resulta vistosa. Es más de lo que se puede decir de otras superproducciones recientes.
Rob Letterman (Pesadillas), experto en personajes animados, realiza un trabajo puramente artesanal pero impecable, logrando que Pokémon: Detective Pikachu no espante ni traumatice al espectador ajeno al mundo Pokémon. Todo un logro.
Sinopsis
La primera aventura de acción real de Pokémon titulada Pokémon: Detective Pikachu está protagonizada por Ryan Reynolds, voz del Detective Pikachu y se basa en la popular marca Pokémon, uno de los productos de entretenimiento multigeneración más populares del mundo y la franquicia de medios más exitosa de todos los tiempos.
Ahora, los fans podrán divertirse como nunca con Pikachu ya que el detective Pikachu, un Pokémon que no se parece a ningún otro, aterriza en la gran pantalla. En la película también participa un buen número de entrañables Pokémon, cada uno con sus propios poderes y personalidades.
La historia arranca con la misteriosa desaparición del detective Harry Goodman que lleva a su hijo Tim (Justice Smith), de 21 años, a averiguar qué ha sucedido. En esta misión le ayudará el Detective Pikachu, antiguo compañero Pokémon de Harry. Se trata de un súper-detective adorable y muy divertido que asombra a todo el mundo, ¡incluso a sí mismo! Lo más curioso es que descubren que forman un equipo perfecto para trabajar juntos, ya que Tim es el único humano que entiende a Pikachu. Así que ambos unen sus fuerzas en una emocionante aventura para desentrañar este gran misterio. Buscan pistas por las calles de la futurista Ryme City, una enorme metrópoli futurista en la que los humanos y los Pokémon comparten un mundo hiperrealista de acción real. Se encontrarán con distintos Pokémon y descubrirán que un escalofriante complot podría destruir esa convivencia pacífica y amenazar a todo el universo Pokémon.
La marca Pokémon se lanzó en 1996 y logró un éxito descomunal. Se trata de un fenómeno mundial que cuenta con un ejército de fans de sus videojuegos con más de 324 millones de unidades vendidas en todo el mundo; los juegos de cromos Pokémon disponibles en 11 idiomas con más de 25,7 millones de cromos vendidas; una serie de televisión anime que está en su 22ª temporada y puede verse en 160 países; y más de 20 películas de animación; así como libros, cómics manga, música, juguetes, merchandising y aplicaciones, incluido el popular Pokémon GO, que se ha descargado más de 850 millones de veces y del que disfrutan fans de todas las edades en todo el mundo.
Como saben los fans de todo el mundo, Pikachu es un Pokémon, y a pesar de lo expresivos que pueden resultar los Pokémon gracias a sus rasgos, sus actos, su lenguaje corporal y sus poderes especiales, lingüísticamente se limitan a decir sus nombres. Inexplicablemente, ese no es el caso de este individuo tamaño bolsillo, que se mueve a toda velocidad y lleva una gorra de investigador: el Detective Pikachu.
Puede que sea su considerable consumo de cafeína, un caso de amnesia o su personalidad eléctrica, pero lo cierto es que este investigar privado amarillo brillante habla por los codos. Intenta callarlo si puedes.
«El Detective Pikachu es bastante descarado», dice Ryan Reynolds, que ha clavado el estilo y el humor irreverente del protagonista de la película. «Se lo toma todo muy en serio. Es un personaje descomunal, aunque no lo parezca. En realidad se asemeja a una bolita de algodón. Imagínate que alguien me lanza un destello y me inyecta dentro de este ser diminuto y amarillo; en realidad es lo que sucede.
«Ya he trabajado en películas con personajes digitales, pero nunca había visto una interacción a esta escala», añade. «Es muy especial. Cuando ves en la pantalla esta versión completamente digitalizada de un Pikachu vivito y coleando, te da la impresión de que puedes tocarlo y abrazarlo. Pero no lo abraces. No me hago responsable de su reacción».
«Me enamoré de la historia», dice el director Rob Letterman. «Tiene alma y es muy original. Sientes una enorme admiración por este personaje, por lo que ha hecho, pero también quieres aportar algo nuevo. En esta película, Pikachu es diferente debido a la historia que contamos y al mundo en el que habita».
Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
Copyright de imágenes y sinopsis © Warner Bros. Pictures, Legendary Pictures, The Pokémon Company. Reservados todos los derechos.