Una pizzería ochentera abandonada, de suelo ajedrezado y neones pop, es el trampantojo escénico propicio para esta aventura que mezcla el terror paranormal con el slasher light, y que juega al inevitable «susto o muerte» con la acostumbrada rutina del género.
La pizzería Freddy´s es el hogar de unos muñecos diabólicos del tamaño de Shaquille O’Neal, que deambulan por pasillos tortuosos y almacenes saturados de chismes que es mejor no tocar. En esta casa encantada asistimos a persecuciones terroríficas entre gritos y mortecinas luces parpadeantes, donde sólo faltan Scooby-Doo y Shaggy desenmascarando al fraudulento propietario de turno.
Mike Schmidt (Josh Hutcherson) es un apático pero noble muchacho que vive atascado en el laberinto de sus propios traumas, y que cuida de su hermanita Abby (Piper Rubio) del mejor modo que un treintañero desestructurado sabe y puede hacer. Abby es una niña sensible y dulce, ensimismada en el universo de sus dibujos y fantasías, a quien le cuesta relacionarse con los demás debido a su condición de huérfana, tutelada por un hermano voluntarioso que escasamente puede sustituir a los padres ausentes.
Las dificultades por las que atraviesan, llevan a Mike a aceptar un trabajo como vigilante nocturno en una decadente pizzería con recreativos que lleva veinte años cerrada… Sí, yo también me pregunto qué necesidad hay de contratar a un vigilante en un lugar como ese, salvo por la exigencia del guion para poner en marcha la acción de una película inspirada en un videojuego, y es que si ya vimos a un fontanero yendo en rescate de una princesa secuestrada por un dragón, cualquier premisa puede ser válida.
Aprovechando la inestable situación del joven, la tía de los chicos ‒una codiciosa «Cruella de Vil» sin elegancia ni carisma‒, pretende hacerse con la custodia de la niña con fines espurios, el clásico recurso en la subtrama dramática del cine de palomitas que, junto con la amenaza de divorcio y la de desahucio, componen ese triángulo de las Bermudas en el que naufragan sistemáticamente los guionistas perezosos.
Una piruleta envenenada de aroma ochentero
La presencia de Mike en la desangelada pizzería, va a provocar una sucesión de acontecimientos azarosos y paranormales que acabarán teniendo relación con su propio pasado, lo que le llevará a esclarecer el motivo de su tormento: el secuestro de su hermano pequeño cuando eran niños, a quien vio desaparecer en el coche de un extraño durante un día de picnic familiar. Vanessa (Elizabeth Lail), una joven agente de policía y antigua cliente de la pizzería, ayudará al desorientado vigilante en los arduos y previsibles giros «imprevistos» que se les van a ir presentando.
Mike y su hermana Abby componen un dúo entrañable ‒que salva en cierta medida las carencias y excesos del filme‒, y hasta llegan a hacernos recordar los descriptivos retratos de aquellos personajes protagonistas que nos cautivaron en películas como Los Goonies, E.T. o Jumanji.
Caracteres reconocibles, expresivos, con personalidad y sello propio, muchachos ingenuos, idealistas y lúcidos, con los que el espectador se identificaba fácilmente en aquel cine añorado de los años ochenta y noventa que tantos iconos indelebles nos dio. Virtud de la que carece el cine de este siglo, que ha perdido definitivamente la frescura de las golosinas pop para caer en el precocinado con sabor a plástico del mainstream.
Five Nights at Freddy’s es una entretenida piruleta envenenada de aroma ochentero, una colorista y algo empalagosa pizza de «atún y pollo con anchoas, salami y cuatro quesos» que deja un regusto contradictorio, agridulce y espeso, de las que sacia el apetito, aunque acabas dejándote los bordes por empacho.
Niños desaparecidos, un picnic familiar convertido en pesadilla, un siniestro conejo amarillo, sueños recurrentes, un restaurante lúdico-juvenil abandonado, muñecos poseídos… son las fichas y el tablero de este terror de juguete a modo de matanza de Texas infantil, una peripecia resbaladiza que zigzaguea de lo macabro a lo emotivo, donde los gremlins traviesos saben lo que hiciste el último verano, y el fantasmita Casper resulta apellidarse Krueger.
Sinopsis
¿Puedes sobrevivir cinco noches?
El aterrador y exitoso juego de miedo se convierte en un evento cinematográfico cuando Blumhouse, la productora de M3GAN, Black Phone y El hombre invisible, lleva Five Nights At Freddy’s a la gran pantalla.
La película gira en torno a un atormentado guardia de seguridad que empieza a trabajar en Freddy Fazbear’s Pizza. En su primera noche de trabajo, se da cuenta de que no será nada fácil superar el turno de noche en la pizzería.
Protagonizan la película Josh Hutcherson (Ultraman, la franquicia Los juegos del hambre), Elizabeth Lail (Con canas y a lo loco), Piper Rubio (Holly & Ivy, la serie Inestable) y Kat Conner Sterling (Un fantasma anda suelto por casa, la serie 9-1-1), con Mary Stuart Masterson (Blindspot, Tomates verdes fritos) y Matthew Lillard (Chicas buenas, Scream).
Emma Tammi (El viento, Blood Moon) dirige Five Nights At Freddy’s a partir de un guion de Scott Cawthon, Emma Tammi y Seth Cuddeback.
Los icónicos personajes animatrónicos son creaciones de Jim Henson’s Creature Shop.
Los productores de Five Nights At Freddy’s son Jason Blum y Scott Cawthon. La producción ejecutiva corre a cargo de Bea Sequeira, Russell Binder, Marc Mostman y Christopher H. Warner.
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