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Crítica: «Zu Warriors» (Tsui Hark, 2001)

Para el aficionado más visceral no hay sensación más desagradable que sufrir una decepción por parte de un director que admira. Hace un par de años se estrenó de tapadillo en algún cine de nuestro país El tiempo no espera, uno de los mejores thrillers de los últimos años, lleno de energía visual y de ritmo vitalista. Hasta el momento era la última película estrenada de Tsui Hark, director de origen vietnamita que en Hong Kong ha desarrollado una importantísima labor como director, productor, guionista y hasta actor. A él se debe la producción de la mítica The Killer, de John Woo o el lanzamiento a la fama de Jet Li con la serie de películas Érase una vez en China.

Zu Warriors es un remake de la película que él mismo dirigiera en 1983, estrenada en España con el título de Guerreros de la montaña mágica. Aquel film tenía el objetivo de introducir los efectos especiales de Hollywood en el cine de Hong Kong, usando como pretexto un encantador cuento fantástico, lleno de guerreros voladores y magia, y bastante difícil de seguir para el espectador occidental no familiarizado con los personajes de la mitología china que protagonizaban la historia.

Este nuevo Zu está ideado con similares objetivos, aunque ahora se trata de experimentar con los efectos digitales, renovando la tecnología. Desgraciadamente, esta película es básicamente, un continuo efecto digital durante toda la historia (todavía más confusa que la anterior), dejando poco que hacer a los actores, que apenas aparecen, o al propio director.

El film no da un momento de respiro entre efecto y efecto, siendo más un trabajo de infografía, y no precisamente de extrema calidad, que se hace insoportable de ver por puro empacho, y les dice esto alguien que disfruta con las nuevas películas de Star Wars.

Tsui Hark se limita a hacer primeros planos de los actores para remezclarlos con montaje vanguardista, y el coreógrafo Yuen Wo Ping poco tiene que hacer, salvo una fugaz pelea a espada “de verdad” que se convierte en lo mejor de la película.

Los actores son desaprovechados, de hecho se convierten algo secundario, lo cual resulta doloroso teniendo en cuenta la presencia de actrices tan hermosas y competentes como Zhang Ziyi o Cecila Cheung, o de un Sammo Hung que repite el mismo papel de la primera versión, un viejo inmortal de barbas blancas que en esta ocasión pierde todo su carácter humorístico.

La película tiene algunos toques de originalidad y fantasía que son más que salvables, como esa encarnación del mal en una minúscula hadita, los diseños del mundo mágico de Zu o el maléfico yelmo parlante.

Una lástima que la película se despoje de la humanidad y el sentido de la maravilla de la anterior versión. Esperemos que Tsui Hark, continuo experimentador, se de cuenta que esta película repite y amplifica los errores de films como The Stormraiders (protagonizada, como esta, por Ekin Cheng), que demostraba que la conjunción entre efectos digitales y artes marciales es algo que, si bien no es un error (Matrix demuestra que no), sí se debe hacer con mucho cuidado y con sentido de la proporción.

Zu Warriors es un film destinado a fans completistas y a niños que viven con una consola instalada en el cerebelo. Daremos otra oportunidad al loco de Tsui Hark.

Crítica

Zu es una región montañosa en la que habitan los inmortales. Un mundo de magia que se ve ahora amenazado por Onix, un poderoso espíritu maligno. Los inmortales unirán fuerzas para impedir que Onix se haga todopoderoso. Para ello deberán hacer uso de armas mágicas fusionadas por poderes especiales. Una expedición humana en la zona se encuentra atrapada en esta monumental batalla, produciendo gran impacto en una joven (Zhang Ziyi), quien decide ser entrenada por estos seres mitológicos.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).