Una isla solitaria de Mississippi. Un hombre que huye de su pasado, y dos adolescentes implicados en un torbellino de soledad y desolación. Hablamos de Mud (2012), film dirigido por Jeff Nichols y protagonizado por un brillante Matthew McConaughey –premiado, este año, con el Oscar al mejor actor por Dallas Buyers Club–, ReeseWitherspoon –ganadora del Oscar por su interpretación de June Carter en En la cuerda floja– y Sam Shepard (quien volvió a sorprendernos, recientemente, con su magnífica interpretación en Agosto).
Mud ahonda en la inocencia de la niñez y el paso de la juventud a la edad adulta, explorando la importancia del primer amor, las separaciones y el reconocimiento de nuestros límites. Envuelta en un ambiente sofocante, la infancia de los dos protagonistas adolescentes (con Tye Sheridan como Ellis y Jacob Lofland como Neckbone) se ve afectada por una aventura cruel y despiadada, donde aprenderán que las pérdidas y las separaciones forman parte de la existencia. Una historia de aventuras que, a medida que avanza, va mostrando las sombras más oscuras del ser humano, así como las debilidades que pueden llevarnos a traspasar límites insospechados.
La película arranca cuando Ellis y Neckbone encuentran, en una isla cercana al pueblo costero donde residen, restos de comida y pisadas extrañas en la arena. En la lejanía, aparece Mud, un fugitivo con un oscuro secreto que dará una vuelta de tuerca a sus vidas.
El relato que van tejiendo Mud y los dos niños puede recordarnos a Las aventuras de Tom Sawyer, Huckleberry Finn o Matar un ruiseñor; todos ellos relatos de iniciación donde los protagonistas deben enfrentarse a la realidad que los rodea, en un proceso de aprendizaje, maduración y exploración del alma humana.
A partir de este inesperado encuentro, Ellis interrumpe su inocencia y empieza a descifrar la importancia de las decisiones y el poder que pueden alcanzar nuestros deseos. McConaughey nos ofrece una de sus mejores interpretaciones –junto a El chico del periódico, El inocente o Dallas Buyers Club– en la piel de un prófugo, obsesivo y primitivo pero que, a la vez, aún conserva ese lado humano que enternece al espectador y consigue crear un vínculo con los niños protagonistas. Una relación que cambiará el curso de su existencia y significará su salvación en un mundo de cazarrecompensas, maltratos y abandonos del ser amado.
Nichols nos ofrece un mundo visto desde dos perspectivas completamente diferentes, alejadas por el tiempo y las experiencias vividas: la visión romántica del niño que aún cree en los héroes y la mirada sin esperanza del prófugo. Paralelamente, cabe destacar la magnífica interpretación de Sam Shepard como Tom, el hombre que crió a Mud, y Reese Witherspoon en el papel de Juniper, el amor de infancia del fugitivo. Una relación rodeada de ruina, violencia y serpientes que aguardan, sibilinas, a que Mud baje la guardia.
En este film, Jeff Nichols hace un retrato preciso del sur de los Estados Unidos, y consigue transmitirnos el suspense y la angustia de los personajes en un largo y cálido verano. La película, premiada en el festival de Cannes en 2012, nos trae una visión cruda de la existencia, donde no siempre hay lugar para los héroes, y los finales se dibujan con grises.
Copyright del artículo © Silvia Coma. Reservados todos los derechos.
Copyright de las imágenes © Studio Everest Entertainment, Brace Cove Productions, FilmNation Entertainment, Lionsgate, Roadside Attractions. Reservados todos los derechos.