Se ha dicho del guitarrista y compositor de la banda californiana Mazzy Star, David Roback, que tiene tres tempos: lento, más lento y lo más lento posible. Sus mundos musicales, psicodélicamente somnolientos, ofrecen un marco perfecto para los susurros de la vocalista Hope Sandoval.
«Una sirena ‒así describe Claudio Fabretti a Sandoval en Onda Rock‒. O más probablemente un fantasma. Tal vez el de una chica con el corazón roto que deambula entre las ruinas de un castillo o entre las brumas del páramo. Ciertamente, una criatura fuera de lo común, hipnótica y encantadora. Más allá de la imaginación humana. Hope Sandoval ya es un caso musical en sí mismo. Una mexicana de Los Ángeles, muy joven, dotada de un canto etéreo, y como dije, fantasmagórico, pero a la vez sensual y envolvente. Ella asistió a la disolución de la banda Opal, reemplazando a Kendra Smith, y continuó su trayectoria en Mazzy Star, junto al guitarrista David Roback. Mientras la furia nihilista del grunge devoraba Estados Unidos, una generación de músicos se refugió en su dormitorio para soñar con canciones de cuna dream-pop. Su vertiginoso ensimismamiento quizá estuviera filtrado por la sensibilidad de dioses del indie-rock como Galaxie 500 y Yo La Tengo. Bandas como Codeine y Low transfiguraron el rock, despojándolo de su núcleo y dejándolo flotar en texturas dilatadas y exangües. La narcolepsia se convirtió en música. Y aquí Mazzy Star introdujo una variante decisiva, al reafirmar su trasfondo psicodélico (Roback había sido parte del movimiento Paisley Underground, muy propenso al uso de guitarras y a la nostalgia flower-power), con el añadido de un talento melódico de ascendencia folk-pop».
Un crítico musical describió la relación creativa de Mazzi Star en los siguientes términos: “Ella está deprimida y él es retraído”. Hay algo de magia narcótica en sus ocasionales grabaciones: un poco country, un poco Velvet Underground… Pero son canciones que perdurarán, porque su sustancia es espectral y siguen repitiéndose en la cabeza una vez que el eco de la voz de Hope se apaga.
Roback había rondado la escena de rock independiente de Los Ángeles desde principios de los ochenta. Ya entonces, tocaba una música country lenta y temperamental. Sandoval había sido fan de su grupo Rain Parade, y al final iniciaron una relación sentimental – que ya acabó– y también creativa.
Mazzy Star, sólidos y consistentes en esa tendencia introvertida, escriben cada canción como un pequeño mundo de suaves y escurridizas notas de guitarra. Un ejemplo perfecto de ello es su composición más conocida, “Fade Into You”, incluida en el álbum So Tonight That I Might See (1993).
Este uno de esos temas que acaso no recuerdes… o que no seas capaz de tararear si te lo piden. Pero cuando uno lo escucha, todo parece encajar a la perfección.
«En una entrevista de 1994 ‒escribe Quinn Moreland en Pitchfork‒, un periodista le preguntó a Hope Sandoval, la vocalista de Mazzy Star, qué respondería a quienes encuentran la banda ‘demasiado oscura’. La respuesta de Sandoval fue simple: ‘Eso forma parte de la realidad. A veces, la vida es oscura’. Mazzy Star hizo música para aquellos que implícitamente saben que esto es cierto: introvertidos, hipersensibles, solitarios… Personas que pasan suficiente tiempo ensimismadas para comprender que la melancolía, a menudo, se confunde con la desdicha. Sandoval se crió en el seno de una gran familia, mexicoamericana y de clase trabajadora, en el Este de Los Ángeles, (…) Cuando era niña, era muy tímida y tenía problemas en la escuela. Como tantos otros pensadores y soñadores, Sandoval encontró refugio en la música. A menudo, abandonaba la clase para escuchar discos. Adoraba a los Rolling Stones, en particular sus versiones de clásicos del blues como ‘Love in Vain’, de Robert Johnson, o el álbum The Rolling Stones, Now!, de 1965, que incluye versiones de Bo Diddley, Willie Dixon y Chuck Berry. Por la noche, Sandoval se colaba en los clubes nocturnos para ver las actuaciones de bandas como Rain Parade, Dream Syndicate y Three O’Clock, líderes de un resurgimiento del pop psicodélico de los 60: el denominado Paisley Underground. El cofundador de Rain Parade, David Roback, estaba callado como Sandoval, completamente absorto en su propia visión. Voluntariamente enigmático según cuentan, idolatraba a músicos como John Lennon y Syd Barrett. (…). Roback dejó Rain Parade después de un disco (Emergency Third Rail Power Trip, de 1983) y pronto se asoció con la ex bajista de Dream Syndicate, Kendra Smith, y comenzó un proyecto de blues psicodélico llamado Opal. Mientras tanto, Sandoval y su amiga Sylvia Gómez habían formado una banda propia, un dúo de folk llamado Going Home. Una cinta de prueba llegó a manos de Roback, quien acabó produciendo el primer disco del grupo, nunca editado».
«En lugar de dejar que So Tonight That I Might See desapareciera en el éter de su propio conjuro ‒añade Moreland‒, Capitol respaldó la pista más accesible del álbum durante casi un año. ‘Fade Into You’ abre el disco con una guitarra acústica pensativa, un slide tembloroso y una pandereta que se agita suavemente. De esta ensoñación surge el murmullo de sándalo de Sandoval. (…) La canción toma prestada una progresión de acordes de otra canción evanescente, ‘Knockin’ on Heaven’s Door’, de Bob Dylan. (…) Como toda la música de Mazzy Star, ‘Fade Into You’ no te insta a pensar, sino a sentir. Es un pop de ensueño en el sentido más puro. El director de marketing de Capitol lo expresó de manera un poco diferente en Billboard: la pista tenía un gran potencial para provocar besos. ‘Todos esos chavales tienen novios y novias, y les gusta besar en el cuello, y no creo que escuchen a Barry White‘, explicó el ejecutivo. La fe de la discográfica dio sus frutos: en el verano de 1994, ‘Fade Into You’ fue un éxito, y en 1995, So Tonight That I Might See se convirtió en disco de platino».
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