Miembro de la misma dinastía de one-hit wonders que Eden Kane («Well I Ask You», 1961) y Clive Robin Sarstedt («My Resistance Is Low», 1976), el hermano de ambos, Peter Sarstedt copó las listas de éxitos de todo el mundo con «Where Do You Go To (My Lovely)» (1969), la historia de una niña de Nápoles, nacida en la más absoluta pobreza, que acaba entrando en la jet set y viviendo en París.
Narrada desde el punto de vista de un amigo de la infancia, su tono melancólico apunta a que quizá la riqueza y el glamour no dieron a la muchacha la felicidad.
Con esta canción, «Money», incluida en el álbum The Dark Side of the Moon (1973), Pink Floyd hizo una excursión al funky. Por si el sonido de la máquina registradora al principio no te da suficientes pistas, las letras de un hastiado Roger Waters dejan claro lo que él pensaba de la codicia por el dinero.
«El dinero me interesaba enormemente ‒dijo Waters en 1993‒. Recuerdo que pensé: ‘Bueno, esto es todo: tengo que decidir si soy realmente socialista o no’. Todavía estoy interesado en una sociedad del bienestar, pero el caso es que me convertí en capitalista. Uno tiene que aceptarlo. Recuerdo haber ansiado con locura un coche de lujo ‒un Bentley‒. La única forma de conseguir algo así era a través del rock o de las quinielas. Quería tener bienes materiales de ese tipo».
Siguiendo con el tema del rock y el dinero, nos encontramos con esta canción de la Steve Miller Band, incluida en el álbum superventas Fly Like an Eagle (1976).
«Take the Money and Run» cuenta la historia de unos Bonnie y Clyde modernos. Robar bancos nunca ha sonado tan bien…
La mayoría de las canciones de Mojo Nixon son muy divertidas, pero esta diatriba de 1986 contra el sistema bancario, «I Hate Banks», grabada junto a Skid Roper en el álbum Frenzy, cobró más relevancia y actualidad que en su propia época tras la crisis crediticia mundial de finales de los 2000.
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