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Batman y Robin a la española

Durante mi trabajo de investigación para nuestro tebeo de guerra («nuestro”, de Bernardo Muñoz y mío) (1) he dado con libros y páginas de Internet de lo más interesantes. Pero quizás nada supera este blog inesperadamente abierto por un superviviente de la División Azul: El macuto de un guripa es el último do de pecho de Sento Ferrer, un falangista cascarrabias, viejo y desengañado, que escribe muy bien y aún cree en cosas increíbles.

Para nuestra generación, es muy fácil hablar de valentía poniendo de única referencia un edulcorado cómic de la Marvel, relativizando el nacionalismo del Capitán América o desapegándose con risa nerviosa de todo lo que 300 trae consigo, porque en realidad sabemos que nada de eso va con “nosotros”: nuestra sociedad no nos ha puesto en el brete de tener que defender con la violencia nuestro sistema de vida… o huir despavorido, que es lo que, como buen escritor comprometido, reconozco que yo haría, hasta que no me dejasen huir más.

¿Pero quién se atreve en este país a relativizar la tremenda carga ideologizada que a menudo conlleva el valor personal en la vida real… o, peor aún, lo motiva?

El caso de Sento Ferrer no es una excepción. Pertenece a una serie de personas que fueron a matar o morir por unos ideales, por mucho que la bruma épica de la memoria “ficcionadora”, que a mí me seduce y conviene, emborrone ese hecho. (A este respecto, uno de los testimonios más lúcidos ‒¿desencantado? ¿autoexculpatorio?‒ de ex divisionario que he encontrado es el de Ángel Salamanca, en un documental pro-División: “Ellos (los rusos comunistas) vinieron aquí a fastidiarnos y nosotros fuimos allí pues poco más o menos a lo mismo”.)

Sabia manera de decir que el Romanticismo ha sido el mayor genocida de la Historia.

A estas alturas de la democracia es mejor no enfangarse en las motivaciones de unos y otros ‒aunque por fuerza uno acabe enfangado: también la democracia nació de la sangre‒, pero desde la distancia segura, egoísta y mitificadora me gusta el tono crepuscular, de último guerrero, de ese blog y el inesperado aliado que Sento Ferrer halla en su nieta, una estudiante mestiza, fruto de español y paraguaya. Ni Frank Miller hubiera imaginado una alianza más paradigmática.

Hoy, dramatúrgicamente, el caso de este “guripa” tiene más que ver con el anarcofascismo de Harry el Sucio o Dark Knight, con un superviviente inadaptado y lleno de rabia a cuyo grito de formación sólo acuden fantasmas y una nieta, que con un fenómeno representativo de ese colectivo que todo el mundo quiere ya alejar de sí como a los apestados.

A Miller le hubiera encantado.

PD. Para disfrutar El macuto de un guripa como es debido, lean desde la primera entrada cronológica, esto es, desde el final al principio.

(1) «Unidos en la División». Nuevas Hazañas Bélicas: Serie Azul. “Más de cincuenta años después, Ediciones Glénat rinde homenaje al clásico de Editorial Toray presentando la colección Nuevas Hazañas Bélicas, un proyecto del guionista y escritor Hernán Migoya, quien ha reunido un equipo artístico de lujo para contar historias de guerra con una visión actual y una perspectiva diferente: esta vez los protagonistas son españoles y tú eliges el bando”.

Copyright del artículo © Hernán Migoya. Previamente publicado en Comicsario, un blog para la fenecida editorial Glénat España. Reservados todos los derechos.

Hernán Migoya

Hernán Migoya es novelista, guionista de cómics, periodista y director de cine. Posee una de las carreras más originales y corrosivas del panorama artístico español. Ha obtenido el Premio al Mejor Guión del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, y su obra ha sido editada en Estados Unidos, Francia y Alemania. Asimismo, ha colaborado con numerosos medios de la prensa española, como "El Mundo", "Rock de Lux", "Primera Línea", etc. Vive autoexiliado en Perú.
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