Crítica: «El último desafío» (Kim Jee-woon, 2012)

Lejos quedan ya los tiempos en los que cada película de Arnold Schwarzenegger era un evento cinematográfico ineludible. Y no sólo ha sido por sus años de retiro del cine –la era “Governator”–, sino porque sus películas posteriores a la brillante Mentiras arriesgadas (1994) fueron inesperadamente mediocres.

Tras sus cameos en esos desconcertantes ejercicios de nostalgia que son las películas de Los Mercenarios, Arnold vuelve con un papel protagonista y, al fin, vuelve a trabajar con un buen director, el surcoreano Kim Ji-woon, creador de películas tan brillantes y variopintas como Dos hermanas, A Bittersweet Life, El Bueno, el Malo y el Raro o I Saw the Devil.

Como suele pasar en estas ocasiones, el debut hollywoodiense del director asiático no es más que un encargo por debajo de sus aptitudes –esto viene a ser lo que Broken Arrow fue para John Woo–, pero aun así El último desafío (The Last Stand) resulta lo suficientemente vistosa y resultona como para destacar sobre las demás películas “recientes” de Arnold.

Hablando de la estrella, el austriaco tiene a bien dejar claro en la cinta que ya tiene una edad, y que no está para los trotes de antes, pero tampoco llega al nivel molesto de autoparodia/guiño al fan que distigue a las películas de Los Mercenarios.

Su personaje es aquí un superpoli de narcóticos de Los Ángeles –típico héroe de acción de los 90– retirado a un apacible pueblo donde ejerce de sheriff, harto de tiros y sangre.

Tampoco es que nos encontremos ante Sin perdón. De hecho, The Last Stand tiene un tono ligero, casi de comedia amable –salvo por los trozos de gente volando por los aires–. Se trata, básicamente, de un western moderno hermanado argumentalmente con Río Bravo y con Solo ante el peligro, con algún aderezo de Punto Límite: Cero y Jungla de Cristal 2.

No es nada original, no es nada espectacular, pero sí que resulta entretenida por la franqueza y por el candor de sus personajes, en especial un Arnold Schwarzenegger que parece estar divirtiéndose, algo que termina por contagiarse al resto del reparto y al espectador.

Sinopsis

El último desafío, el arrollador debut estadounidense del director coreano Kim Jee-woon, supone el esperadísimo regreso a la gran pantalla de Arnold Schwarzenegger, referente indiscutible del cine de acción.

Hundido por el arrepentimiento y atormentado por la culpabilidad tras una operación fallida con consecuencias desastrosas, el sheriff Ray Owens (Schwarzenegger) deja atrás la ciudad y su puesto de trabajo en el departamento de narcóticos de la policía de Los Ángeles para mudarse a Sommerton, un pequeño pueblo fronterizo donde nunca pasa nada. Pero la idílica vida rural de los habitantes del pueblo queda trastocada por completo cuando Gabriel Cortez (Eduardo Noriega), el narcotraficante más conocido y más buscado del hemisferio occidental, se juega la vida para huir espectacularmente de un convoy del FBI.

Acompañado por un ejército de violentos mercenarios liderados por el impávido Burrell (Peter Stormare), Cortez se encamina hacia la frontera con México a 400km/h en un Corvette ZR1 tuneado con un rehén a bordo. La ruta que ha elegido Cortez para huir del país pasa directamente por Sommerton, donde un amplio despliegue policial, entre ellos el agente John Bannister (Forest Whitaker), tendrá una última oportunidad para interceptar al violento fugitivo antes de que cruce la frontera y desaparezca para siempre.

Descartado inicialmente por su falta de interés y posteriormente por la supuesta impericia de los guardias locales, el sheriff Owens acabará cerrando filas con sus policías y se pondrá toda la carne en el asador para preparar el escenario donde se desencadenará el último desafío.

Es uno de los tipos más duros de la historia del cine de acción, pero durante los últimos años el mítico Arnold Schwarzenegger ha desempeñado otro intenso papel: el de gobernador de California. En El último desafío, su esperadísimo regreso a la gran pantalla, interpreta su primer papel protagonista desde hace una década. Schwarzenegger da vida a un sheriff atormentado que reside ahora en un pequeño pueblo fronterizo, y vuelve a sus raíces con un personaje que transmite una intensidad familiar vista desde una perspectiva inesperada. Este valiente y experimentado hombre de la ley cree que la acción es cosa del pasado hasta que una banda de criminales va a topar con el pueblecito al que se ha mudado para escapar de ellos.

«En esta película vuelve el Arnold que echábamos de menos y nos encontramos con un Arnold que no conocíamos», resume en director del filme Jee-woon, cuyo debut en Hollywood coincide con el regreso de Schwarzenegger a la gran pantalla. Jee-Woon, uno de los directores más taquilleros y reconocidos de Corea, su país de origen, causó sensación con su elegante thriller con tintes de cine negro A Bittersweet Life, la galardonada comedia sobre forajidos El bueno, el malo y el raro, la tenaz película de terror Encontré al diablo y la aterradora historia de fantasmas Dos hermanas. El director nunca había rodado una película de acción en Estados Unidos y ha debutado con la estrella de acción más brillante de todo Hollywood.

Nada más leer el guión, Jee-woon se sintió atraído por el ritmo desenfrenado, el humor socarrón y los personajes extravagantes que pueblan la historia a ambos lados de la ley en El último desafío, pero lo que más le enganchó fue poder presentar a Arnold como paladín de la justicia, incluso cuando parte con la desventaja de que hayan ninguneado a su pueblo y sus recursos.

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