Antes pertenecientes al sello Acanta, luego recicladas por Arts Archives, dos autorizadas versiones de L’italiana in Algeri e Il Trovatore volvieron a recuperar espacios actuales, tras años sumergidas en el olvido, fuera de la circulación discográfica.
Las dos fueron planteadas como bandas sonoras para filmes televisivos y, pese a tal destino visual, organizadas con un rigor musical y una elección de solistas realmente ejemplares. La rossiniana agrupa un cuarteto en su época inmejorable, con Lucia Valentini Terrani en cabeza, una Isabella de referencia en la discografía comparada, por el autorizado concepto, la exactitud estilística y la belleza y riqueza intrumentales, en un papel ya dominado a sus entonces 32 años de edad.
Flanqueando a tan selecta cantante, tres voces masculinas de formación enteramente rossiniana: Ugo Benelli, Sesto Bruscantini y Enzo Dara, Lindoro, Mustafà y Taddeo, respectivamente.
En un momento en que resurgía el canto rossiniano, estos tres intérpretes representaban en el marco de la ejecución de la música del de Pésaro, el paso del testigo de la mejor tradición mantenida (Benelli, Bruscantini) a los nuevos y más genuinos valores (Dara).
Gary Bertini, al frente nada menos que de la Staatskapelle Dresden, logra el color, el ritmo y la transparencia propios del compositor, valores que el paso del tiempo no hace otra cosa que corroborar.
La verdiana llama de improviso la atención por su protagonista femenina, Raina Kabaivanska, una Leonora de fuerte personalidad, traducida con vigorosos acentos y con el hálito expresivo que corresponde a la cantante-actriz de seguros recursos que todos conocemos y muchos admiran, con justicia, hasta el delirio.
El Manrico de Franco Bonisolli está planteado dentro de la mejor tradición del tenor heroico, extravertido, generoso y, puede que, vociferante. Pero este Manrico, que años después sería elegido por el exigente Karajan para su segunda grabación discográfica de la obra, es capaz cuando ello es necesario de replegar fuerzas y mostrar acentos más recogidos y seductores, en base siempre a una voz de particular energía y virilidad.
Azucena es una irreprochable Viorica Cortez, aunque no se la relacione tanto como se merece con este repertorio, y el Conde de Luna un dúctil, señorial y dignamente fraseado Giorgio Zancanaro. El Ferrando de Giancarlo Luccardi no se queda atrás ante sus compañeros, con papeles más agradecidos, en una versión que dirige con la solvencia de su especialización y con la garantía de su experiencia Bruno Bartoletti, con otra flexible Staatskapelle, la de Berlín, a su cargo.
Discos recomendados: G. Verdi (1813-1901): Il Trovatore / Franco Bonisolli, Raina Kabaivanska, Giorgio Zancanaro, Viorica Cortez. Staatskapelle Berlin. Dir.: Bruno Bartoletti / ARTS / Ref.: 43045-2 (2 CD)
Rossini (1792-1868): L’Italiana in Algeri / Lucia Valentini-Terrrani, Ugo Benelli, Sesto Bruscantini, Enzo Dara. Staatskapelle Dresden. Dir: Gary Bertini / ARTS / Ref.: 43048-2 (2 CD)
Imagen superior: Raina Kabaivanska.
Copyright del artículo © Fernando Fraga. Este artículo se publica en Cualia por cortesía del autor y de Diverdi. Reservados todos los derechos.