¿Alguien se acuerda de aquella vieja serie norteamericana titulada Wild Wild West? Bueno, los creadores del programa de televisión que ahora comentamos sí se acordaban y se inspiraron en su mezcla de aventuras, ciencia-ficción y fantasía para desarrollar una serie inteligente que, desgraciadamente, no llegó muy lejos.
A primera vista, es un serial de aventuras ambientadas en la California del Viejo Oeste a finales del siglo XIX, en las que se van contando las andanzas del protagonista que da título al programa. Pero aunque el decorado de fondo es el familiar en los westerns (diligencias, tiroteos y cantantes de saloon), también hay sitio para guerreros chinos Tong entrenados en cámaras secretas bajo una tienda de aspecto inocente, forajidos que se esconden en guaridas góticas o caballos telépatas. Y lo más extraño de todo: es un mundo bendecido por el Orbe –una misteriosa esfera metálica hallada en un cráter, que puede otorgar asombrosos poderes a su dueño. Y todo el mundo quiere ser su dueño.
Brisco (Bruce Campbell) es un graduado en derecho por Harvard e hijo del sheriff con mejor puntería del territorio (R. Lee Ermey). Un grupo de adinerados hombres de negocios locales lo alquilan para cazar a una banda de doce forajidos encabezados por el siniestro John Bly (Billy Drago). Para Brisco, se trata también de un asunto personal, porque los hombres de Bly fueron los que asesinaron a su padre.
Pero Brisco es algo más que un simple justiciero: es un soñador, un romántico, un visionario con la mirada siempre puesta en el futuro. Esa predisposición le acerca al estrafalario profesor Wickwire (John Astin), obsesionado por viajar a las estrellas y las nuevas tecnologías. Sus otros aliados son su leal caballo telépata Comet, el abogado Socrates Poole (Christian Clemenson) y el cazador de recompensas Lord Bowler (Julius Carry). Otros personajes habituales eran la ocasional novia de Brisco, Dixie Cousins (Kelly Rutherford), el forajido Peter Hutter (John Pyper-Ferguson), el sheriff Aaron Viva (un enérgico sosias de Elvis Presley, encrnado por Gary Hudson) y el jugador y playboy Whip Morgan (Jeff Phillips).
En cuanto al Orbe, al principio lo desentierran los trabajadores chinos del ferrocarril. Cuatro de ellos lo tocan y adquieren una gran fuerza que les permite romper sus cadenas. Más tarde, cuando un empleado lo embala para enviarlo por tren, lo etiqueta como «Unearthed Foreigned Object» (Objeto Forastero Desenterrado)- «Esto es muy lioso», decide otro operario, procediendo a escribir «UFO», en el lateral del baúl. Son detalles como estos los que hacían de la serie una pequeña e ingeniosa joya, burlándose de los clichés propios del western al tiempo que introduciendo detalles característicos del fantástico o la ciencia-ficción.
En una secuencia, por ejemplo, Brisco ata el cohete experimental del profesor Wickfire a un vagón y utiliza su propulsión para frustrar el robo de un tren. En otro episodio aparece el fantasma del padre de Brisco, ofreciéndole consejo como si de Obi Wan Kenobi se tratara e incluso diciéndole que «sienta la Fuerza». Finalmente, el protagonista acabaría descubriendo el secreto de los Orbes (enviados desde el futuro para beneficio de la Humanidad) y enfrentándose a Bly, que resulta ser un fanático del futuro que desea el poder del artefacto para esclavizar a su propia gente.
The Adventures of Brisco County Jr resultaron ser demasiado extravagantes para el público americano y la serie no sobrevivió más de una temporada (27 episodios de una hora de duración, incluyendo un piloto de dos horas).
Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Publicado previamente en Un universo de ciencia ficción, y editado en Cualia con permiso del autor. Reservados todos los derechos.