Uno de los títulos que sobresalen por mérito propio entre el –me cuentan– cada vez más nutrido número de cómics bolivianos (parece que la historieta del país vive una bonanza creativa sorprendente) es este Cuentos de Cuculis. En la librería limeña que rastreé, su volumen 2 destacaba con mucha fuerza y, tras írseme los ojos por sus páginas al primer vistazo, no me pude resistir a adquirirlo, pese a que el volumen 1, Noche de mercado, se encontraba agotado. Afortunadamente, cada número (de momento han aparecido tres álbumes de la serie) es autoconclusivo.
Se puede decir que con Cuentos de Cuculis 2: El partido de la oscuridad, su autor, Álvaro Ruilova, ha creado una obra (al menos en lo referente a este volumen) que aguanta la mirada y sin pestañear a cualquier (buen) título estadounidense, europeo, japonés o de cualquier otra industria establecida. Y lo hace en un género que me apasiona, quizá el género más difícil en el lenguaje del cómic. Y lo hace a todo color.
Para que sepáis un poco de qué va, sólo os avanzaré que Cuentos de Cuculis plantea historias fantasmagóricas de raigambre autóctona (parece que los cuculis, por lo poco que he buceado en Internet, son espectros procedentes del folklore típico boliviano) y, en concreto, El partido de la oscuridad trata sobre una pandilla de chavales que, jugando al fútbol en una explanada, descubre varias fosas abiertas en un cementerio adyacente, hecho que propicia el uso de una calavera como balón. El sacrilegio está servido.
El partido de la oscuridad, habilidades plásticas aparte (un excelente dibujo realista con una leve distorsión muy expresiva, marca de la casa, junto a un color atinado y ominoso), ofrece a mi parecer dos virtudes insoslayables y claramente merecedoras de elogio:
1) El localismo de su trama. El autor comprende que para crear un universo propio y, verdad de Perogrullo, universal, hay que saber utilizar las convenciones del género, pero no calcar referencias prestadas de hábitats ajenos. Ruilova (ojalá hubiera muchos más como él) ha echado un vistazo alrededor y se ha apercibido de que SU realidad contiene tanta riqueza (yo apostaría que más) en materia prima susceptible de explotación ficcional como la estadounidense cuando Stephen King entró en ella a saco. Al igual que el mayor acierto del reciente filme Rec, de Balagueró y Plaza, fue el de por fin generar un cuento de horror nacido del propio paisaje e idiosincrasia barceloneses, en un marco reconocible de facto pero inédito durante años en la ficción para el público español, el talento de Álvaro Ruilova consiste en saber organizar una propuesta clasicista que se nutre principalmente de factores generados en su propio entorno y que, por su infraexplotación hasta la fecha en obras de ficción, conforman un aparato sanguíneo renovador y refrescante. El esquema tradicional ve sus cuarteadas tierras regadas por nueva savia inspiradora. Ello le confiere al resultado un sabor y textura únicos. Stephen King abre sus obras con citas a Bruce Springsteen y The Ramones: está muy bien que los autores no yanquis también usen estas referencias, pero ya echaba de menos alguien que aprovechara su propio arraigo diferencial como terreno abonado para la fabulación.
2) El otro gran logro de Álvaro Ruilova es su arrojo a la hora de lanzarse a conjugar sin miedo el terror con el costumbrismo y el humor negro, consiguiendo que ninguno de esos tres elementos rechinen o descoyunten del conjunto. El partido de la oscuridad no es sólo una ingeniosa trama que bebe de la literatura gótica; también es un fresco de la adolescencia y su vocabulario, sus relaciones y, cómo no, sus fantasmas. Ruilova no titubea en el planteamiento ni recela que la intromisión de temáticas más o menos ligeras, injerencias de matices más o menos realistas, o incluso el cruce de pinceladas religiosas o morales desde los personajes, desvíen o diluyan la atención entregada del lector.
En suma, la lectura de Cuentos de Cuculis 2 me ha resultado una bocanada de aire fresco, casi helado y, si nada lo evita antes, creo que anuncia un autor que en el futuro puede erigirse él solo en un referente insoslayable y necesario que marcará su propia ley.
PD. Para saber más sobre el autor, resultará sin duda útil su propio blog.
Sinopsis
Los cuculis son entes odiados por feos, sucios y dañinos. Sin embargo, algo en esas criaturas nos resulta conocido.. algo que está en nosotros: la parte desagradable, mentirosa, pérfida, la parte asesina que cada quien alberga en el fondo de su alma. Los odiamos porque en ellos vemos algo de nosotros mismos”, dice Álvaro Riulova, uno de los nombres más importantes de la historieta boliviana de hoy en día. En sus Cuentos de Cuculis, mezcla la actualidad de Bolivia con sus antiquísimas creencias y tradiciones narrar, con pericia de brujo, unos cuentos de terror universal.
Copyright del artículo © Hernán Migoya. Previamente publicado en Comicsario, un blog para la fenecida editorial Glénat España. Reservados todos los derechos.